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Teología

martes, 31 de mayo de 2016

GRANDES TEMAS PARA ENTENDER AL HOMBRE - 40


EL ASCENSO DE ROMA  

A principios del siglo III a. C. los griegos dominaban la mayor parte del mundo civilizado. Las ciudades de la propia Grecia se habían reducido a una sombra de lo que fueron, pero los restos del imperio conquistado por Alejandro Magno estaban gobernados por griegos, lo que hacía que a cualquier griego de cualquier condición social le fuera muy fácil encontrar un trabajo, montar un negocio, viajar, estudiar o establecerse en cualquier parte. Los historiadores distinguen entre el Periodo Helénico, en el que la preponderancia política la tenían las ciudades de la Grecia continental y el Periodo Helenístico, que tradicionalmente se acepta que empezó tras la muerte de Alejandro. El mundo helenístico estaba dividido en cuatro partes: la primera comprendía Grecia, Épiro y Macedonia, gobernadas por Casandro, la segunda incluía Egipto y Canaán, gobernados por Ptolomeo I, la tercera, bajo el gobierno de Lisímaco, contenía a Tracia y Asia Menor, excepto el reino del Ponto, al norte, que se acababa de independizar, y la cuarta era el Impero Seléucida, bajo el poder de Seleuco I, que comprendía Siria y toda la parte asiática del imperio de Alejandro. Aparte estaba Demetrio, que se había quedado sin territorio, pero todavía conservaba su flota. Por otra parte, también Sicilia era griega casi en su totalidad (gobernada por Agatocles) y por último había colonias griegas en el sur de Italia.
Seleuco I celebró la reciente anexión de Siria a su Imperio construyendo en 300 a. C. una ciudad en la región, a unos 15 kilómetros del mar. La llamó Antioquía, en honor a su padre, que se llamaba Antíoco, y la convirtió en la capital de su imperio.
Pero la ciudad más importante del siglo iba a ser, sin duda, Alejandría. Ptolomeo I mandó construir una gran biblioteca. Contrató a un erudito ateniense para que supervisase la organización. Sus primeros ejemplares fueron nada menos que los que habían constituido la biblioteca de Aristóteles, pero pronto fueron incorporándose nuevos volúmenes. Junto a la biblioteca había un templo dedicado a las musas, era el Museo, donde los sabios podían vivir y trabajar tranquilamente, con un sueldo del estado. Se dice que en su apogeo el Museo llegó a acoger a 14.000 estudiantes.
Por otra parte, Ptolomeo I estimuló la emigración de judíos a Alejandría. Parece ser que estaba interesado por su cultura y su religión. Al menos, la conocía lo suficiente como para haber atacado Jerusalén en sábado. Además de un enriquecimiento cultural, tal vez el rey pensó que una presencia judía en la capital le daría un ambiente cosmopolita que atenuaría las fricciones entre griegos y egipcios. Hasta cierto punto fue así, pues en la capital convivieron en relativa paz las tres culturas, pero lo cierto es que cada parte despreciaba a las otras dos: para los egipcios, los demás eran extranjeros y no querían saber nada de ellos; para los judíos, ellos eran los únicos que conocían al verdadero dios y abominaban las costumbres heréticas de griegos y egipcios; los griegos, por su parte, se consideraban los amos del mundo y tenían a su cultura por infinitamente superior.
Roma había estado afianzando su posición en Italia. Se anexionó un territorio etrusco al norte del Samnio, con lo que llegó por primera vez al Adriático. Fundó ciudades en los Apeninos que le serían de gran ayuda en una hipotética guerra contra los samnitas. La expansión romana inquietaba tanto a los samnitas, como a los etruscos y a los galos del norte de la península, lo que les llevó a aliarse contra su enemigo común. Así, cuando en 298 unas tribus lucanas enviaron una embajada a Roma para quejarse de que los samnitas les estaban hostigando, Roma no dudó en iniciar la Tercera Guerra Samnita, e invadió el Samnio, pero los samnitas no opusieron resistencia, sino que su ejército se abrió paso hacia el norte, para unirse a los etruscos y los galos.
Ese mismo año murió Casandro y sólo dejó dos hijos pequeños, el mayor de los cuales se convirtió en Filipo IV. En 295 Demetrio puso sitio a Atenas y nuevamente la tomó. Desde allí conquistó Grecia y luego entró en Macedonia, donde hizo asesinar a Filipo IV. A continuación descendió sobre el Peloponeso y se dirigió a Esparta. Una vez más, los espartanos se negaron a rendirse y Demetrio tuvo que dejar la ciudad a causa de problemas surgidos en otras partes. El caso es que, milagrosamente, una Esparta inerme se había salvado sucesivamente de la ocupación por Epaminondas, Filipo II, Alejandro, Antípatro, y ahora Demetrio. Ese mismo año murió el rey de Épiro, y el trono pasó a su hermano Pirro. Era uno de los mejores generales de la época. De hecho, la guerra era su mayor, tal vez única, afición. A los diecisiete años había participado en la batalla de Ipso, del lado de Demetrio, y desde entonces había estado combatiendo aquí y allá.
Roma envió al norte a Fabio Máximo, el que años atrás había derrotado a los etruscos, sólo que esta vez tenía que enfrentarse a etruscos, galos y samnitas juntos. Se libró una batalla cerca de Sentinum, a unos 180 kilómetros al norte de Roma. Los galos y los samnitas resistieron, pero los etruscos se dispersaron en cuanto Roma envió un destacamento a saquear Etruria. El segundo cónsul, junto a Fabio, era Publio Decio Mus, hijo del cónsul que se había inmolado en la guerra latina. El hijo decidió hacer lo mismo que su padre y, tras los rituales apropiados, se lanzó él solo contra los enemigos para morir y ganar el favor de los dioses. Nuevamente, los dioses se sintieron complacidos, pues los galos fueron barridos y los restos del ejército samnita se retiraron con enormes bajas. Así los romanos se libraron del temor que les inspiraban los galos desde que Brenno entrara en Roma. Por esta época la vía Apia fue empedrada con grandes bloques de piedra. En lo sucesivo, los caminos romanos serían empedrados de esta forma y durarían más de mil años. En 294 Etruria hizo una paz separada con Roma y sólo el Samnio siguió combatiendo.
Por estas fechas Tarento volvió a solicitar ayuda externa para enfrentarse a sus vecinos italianos del norte. La última vez había apelado a Alejandro de Épiro, ésta llamó a Agatocles. Roma estaba demasiado ocupada contra los samnitas para prestar atención al asunto, pero al final quedó en nada, pues, al igual que le había sucedido a Alejandro de Épiro, Agatocles se encontró con que los tarentinos no deseaban que se perturbara excesivamente su cómoda vida, así que, viendo que no podía hacer nada serio en Italia, decidió volverse a Siracusa.
Los samnitas se rindieron finalmente en 290, pero Roma no se vio en condiciones de exigir demasiado. La paz fue casi una alianza entre partes iguales. La única condición favorable a Roma fue que el Samnio renunciaba a combatir independientemente. Sus soldados sólo podrían luchar bajo la dirección romana. No obstante, el Samnio conservaba su independencia. En 289 murió Agatocles y Sicilia cayó en un periodo de anarquía y desorden. Esto se debió a que Agatocles había llevado a la isla un grupo de mercenarios italianos llamados Mamertinos (hijos de Marte) que formaban una especie de guardia de corps. Muerto su jefe, decidieron cobrar su salario saqueando una ciudad tras otra.
En 288 Lisímaco invadió Macedonia, hizo prisionero a Demetrio y se alió con Ptolomeo I, casándose con su hija Arsinoe. En 287 muró Teofrasto, y la dirección del Liceo pasó a Estratón, de Lampsaco, quien realizó interesantes experimentos de física y tuvo ideas acertadas sobre el vacío, la caída de los cuerpos y las palancas. En 286 Pirro, el rey de Épiro, decidió invadir Macedonia, con lo que el reino cayó en un estado de confusión. Pirro fue expulsado a los siete meses, pero la confusión continuó.
En 285 Ptolomeo I tenía ya ochenta y dos años, y decidió abdicar. El rey tenía varios hijos de varias mujeres. El primogénito era hijo de su primera esposa, Eurídice, y se llamaba también Ptolomeo. Era conocido como Ptolomeo Ceraunos (el rayo) para distinguirlo de su hermanastro, llamado también Ptolomeo, hijo de su segunda esposa, Berenice. Ésta había convencido a su marido de que su hijo estaba más capacitado para gobernar Egipto, así que unos años antes había exiliado a Ceraunos y desde entonces había compartido las tareas de gobierno con el segundo Ptolomeo, que ahora se hizo cargo del trono definitivamente como Ptolomeo II. Éste se casó con una hija de Lisímaco, que se llamaba Arsinoe, como su madrastra.
En 284 Arsinoe convenció a su marido, Lisímaco, de que su hijo Agatocles pretendía asesinarle para usurpar el trono, por lo que Lisímaco lo hizo matar. Esto provocó una sublevación en Asia Menor. Además, la mujer de Agatocles, Lisandra, huyó a la corte de Seleuco I, y lo persuadió para que se enfrentara a Lisímaco. Ptolomeo I murió en 283, el mismo año que Demetrio moría en su cautiverio. Mientras tanto, Ptolomeo Ceraunos acabó en la corte de Seleuco I, que probablemente vio en él una posibilidad de hacerse con Egipto.
En 282 una ciudad griega del sur de Italia, Thurii, pidió ayuda a Roma contra las tribus italianas de Lucania. Roma se ofreció inmediatamente y envió un destacamento a Thurii. No era la primera ciudad griega que acudía a Roma, ya Nápoles había firmado un tratado con ella tiempo atrás, pero Tarento se escandalizó de ver a unos bárbaros en territorio griego, así que cuando sus barcos se encontraron con unas pequeñas naves romanas que iban hacia Thurii, las hundieron y mataron a su almirante. Acrecentados por su éxito, enviaron un ejército a Thurii y expulsaron a los romanos.
Por aquel entonces, Roma estaba ocupada en el norte, consolidando los territorios de Etruria y la Galia Cisalpina, así que no quería problemas en el sur, y mandó una embajada a Tarento para concertar una tregua y pedir la devolución de Thurii. Los tarentinos se burlaron de la forma en que los romanos hablaban el griego y, cuando uno de los delegados abandonaba la reunión, alguien de entre la multitud se meó deliberadamente en su toga entre las risas de los presentes. El embajador anunció montado en cólera que la mancha sería lavada con sangre. Volvió a Roma y mostró la toga al senado. En 281 Roma declaró la guerra a Tarento. Los tarentinos no tardaron en comprender que se habían metido en un buen lío y que necesitaban ayuda. Roma dominaba completamente el Lacio, la Campania y Etruria, tenía sometido al Samnio, atemorizados a los galos y mantenía alianzas con los pueblos de Lucania y Apulia y algunas ciudades griegas. En suma, era la mayor potencia de Italia con diferencia.
Finalmente, los tarentinos encontraron la persona que estaban buscando: era Pirro, el rey de Épiro. Tras su aventura macedónica, llevaba varios años sumido en una paz que le hastiaba, así que aceptó encantado la petición de auxilio de los tarentinos y empezó a preparar una expedición.
Ese mismo año Seleuco I venció finalmente a Lisímaco junto a la ciudad de Corupedion, en el interior de Asia Menor. Lisímaco murió en la batalla, con lo que Seleuco I fue el último diádoco que quedó con vida. Con la ayuda de Ptolomeo Cerauno conquistó Macedonia. Arsinoe, la viuda de Lisímaco, se casó con su hermanastro Ptolomeo Cerauno. Seleuco I quiso viajar a Macedonia para tomar posesión del nuevo territorio, pero allí Ptolomeo Cerauno lo apuñaló, lo que le permitió apropiarse de Macedonia. El Imperio Seléucida lo heredó el hijo de Seleuco I, Antíoco I.
El cambio de rey fue aprovechado por Filetero, un gobernador local de Asia Menor, para independizar su territorio y erigirse en monarca del reino de Pérgamo, llamado así por la fortaleza del mismo nombre que pasó a ser su capital, situada a unos 30 kilómetros de la costa mediterránea, hacia el norte, frente a la isla de Lesbos. Filetero había estado al servicio de Antígono, Lisímaco y Seleuco, pero se había apropiado de un tesoro que le había confiado Lisímaco con el que consolidó su poder en la región. En realidad Filetero nunca ostentó el título de rey, sino que fue después de su muerte cuando fue considerado como tal. El caso es que el territorio dejó de formar parte del Imperio Seléucida.
www.uv.es/ivorra/Historia/Indice.htm

Revisión textual y fotografía selecta: Alfonso Gil

CONCIERTOS ALFONSINOS N. 105

Hipnosis celeste

El concierto puramente pianístico está revestido de cierta elegancia. Su música nos lleva a una sala coqueta, en que los invitados siéntanse en sillas o sillones, mientras en lugar estratégico el pianista desglosa tan bellas melodías como éstas:
De CHOPIN, Vals n. 6 en Re bemol. 
Nocturno n. 2 en Mi bemol. Estudio n. 3 en Mi.
De BRAHMS, Vals n.1 
Vals n. 15
De PROKOFIEV, Marcha.
Para oír a Bach nos imaginamos el clavecín.
De BACH, TRES PEQUEÑOS Preludios en Do, Fa y Fa.
Allegro y Allemande en Do.
Invenciones en Do, Re, Re menor y Fa.
Preludios en Re y Sol. Uno de ellos le sirvió de soporte armónico a Gounod para su “Ave María”.
Gavotte en Sol.
Minueto en Sol.
Marcha y Músete en Re.
Fantasía cromática y Fuga.
De esta hipnosis celeste nos saca, casi abruptamente, BELA BARTOK con su Concierto n. 2 para violín y orquesta. 
Acabado, hay unos compases de música clásica adaptados a ritmo moderno o bailable.

Alfonso Gil González
Vals n. 6
Nocturno n. 2
Estudio n. 3
Vals n. 15
Concierto n. 2 para violin de Bela Bartok

ESPIRITUALIDAD.... 2

Las cartas de San Ammonas

San Ammonas es uno de los llamados "Padres del Desierto". Estamos en los inicios del monaquismo, época que puede incluirse entre los Padres Apostólicos y los Santos Padres. Las cartas de san Ammonas se refieren a diversos aspectos de la vida cristiana, monacal, evangélica, ascética, etc..., cuyos consejos afectan a la salud, la alegría, humildad, discernimiento, carisma, perseverancia, tentación, soledad, justicia... He aquí una sínstesis de sus catorce cartas:
- Todo cuerpo muerto le sobreviene al hombre a causa del amor de la vanagloria y de los placeres.
- Si alguien ama al señor con todo su corazón y con toda su alma, y permanece en el temor con toda su fuerza, éste le dará lágrimas y las lágrimas le traerán alegría. La alegría engendra la fuerza y, por ella, el alma da frutos en todo. Y Dios, viendo que su fruto es tan hermoso, lo recibe como un perfume agradable. Pues, a todos los que la cultivan,  Dios se la da. Dios no hace acepción de personas, sino que Él la da, en cualquier época, a quienes la cultivan. He aquí cómo cultivarla, hasta que esa fuerza habite en el hombre: que desprecie todos los ultrajes y los honores humanos, que odie todas las ventajas de este mundo consideradas como preciosas y todos los placeres del cuerpo, que purifique su corazón de todo pensamiento impuro y de toda la sabiduría vacua de este mundo, y que pida la fuerza día y noche, con lágrimas y ayuno.
- La mayoría no han recibido la fuerza de la gracia que anima al alma y la dispone a la alegría, haciendo que arda su corazón en Dios. Y eso es porque lo que hacen lo hacen según el hombre; de modo que la gracia no ha venido sobre ellos. En efecto, la fuerza de Dios aborrece a aquel que obra para agradar a los hombres. Si veis que el corazón repentinamente se adormece en ciertos momentos, sometedlo a examen con preguntas piadosas, y necesariamente volverá a tener calor y a inflamarse en Dios.
- El alimento sólido es para los perfectos, para aquellos cuyas facultades están ejercitadas por el hábito de discernir el bien del mal. El fiel es cautivado por la imagen del bien, y muchos se engañan pues todavía no han recibido esa visión de lo alto. Porque los corazones negligentes no tienen fervor, sino que siguen sus propias voluntades. El espíritu se apaga por las palabras vanas y las distracciones.
- El amor de Dios exige el amor al prójimo sin cesar. 
- Los grandes misterios de la divinidad no son de este mundo y se revelan sólo a quienes tienen el corazón purificado de toda mancha y de toda vanidad mundana. Es decir, a quienes han tomado su cruz y se odian a sí mismos, obedeciendo a Dios en todo.
- Renunciamos a nuestra vida para recibir el Espíritu, y éste habita en los corazones rectos. Cuando recibas el Espíritu, Él te revelará todos los misterios celestiales. Entonces estarás libre de todo temor, una alegría celestial te rodeará y te sentirás como si ya hubieras sido llevado al reino de los cielos.
- Hay penas en el corazón, porque se ha caído en la tentación. Pero si las soportas con valor, alcanzarás alegría. Todos los santos, cuando pidieron un aumento de fe, se encontraron frente a las tentaciones. El remedio para superar las tentaciones es no caer en la negligencia y orar a Dios, dándole gracias de todo corazón, teniendo una gran paciencia en todo. Dios es fiel, y no permite que seamos tentados por encima de nuestras fuerzas. Los árboles agitados por el viento echan mejores raíces y crecen más: así sucede con los justos.
- Si quieres que el fervor que se ha alejado vuelva a ti, he aquí lo que debes hacer: un pacto con Dios, diciéndole: "Perdóname lo que hice por negligencia, ya no seré más desobediente"; no camines más a tu antojo, para satisfacer tu voluntad propia, sino que tus pensamientos estén vigilantes ante Dios noche y día, y llora a toda hora ante Dios, diciendo: "¿Cómo he sido tan negligente hasta hoy?" Y el fervor de Dios volverá a ti.
- Si un hombre hace algo pensando que eso agrada a Dios, en tanto que se mezcla su voluntad, Dios no le ayuda y el corazón del hombre se encuentra triste y sin fuerza en todo lo que emprende. Hay caminos que nos parecen buenos a los humanos, y conducen a las profundidades del Infierno. Hay tres voluntades que acompañan constantemente al hombre, pero pocos las conocen: Una es aquella sugerida por el Enemigo; la otra, es la que brota en el propio corazón; y la tercera es la que siembra Dios en el ser humano: Pero de estas tres, Dios solamente acepta la suya. Es una gran cosa conocer la voluntad de Dios, pero es más grande cumplirla.
- Después de la transgresión de un mandamiento el alma no puede conocer a Dios si no se aleja de los hombres y de toda distracción. Muchos son los que no han sido capaces de perseverar en la soledad. A causa de esto no alcanzan la dulzura divina ni la fuerza divina habita en ellos. El amor del dinero, la vanagloria, todas las otras enfermedades y distracciones del alma impiden que la fuerza divina descienda sobre ellos.
- Al igual que una perla preciosa no se encuentra en todas las casas, así este Espíritu no se encuentra sino en las almas de los justos que han llegado a ser perfectos. La tentación no le sobreviene al hombre si no ha recibido el Espíritu. Es imposible para el diablo tentar a un fiel, si Dios no se lo entrega.
- los padres según la carne dejan en herencia a sus hijos el oro y la  plata; pero los justos dejan esto a sus hijos: la justicia. El oro y la plata son corruptibles, pertenecen a la miserable tienda de este tiempo tan breve. Pero la justicia pertenece a la morada de lo alto y le queda al hombre para siempre.

Que os aproveche.

Alfonso Gil González

GUÍAS DE AUDICIÓN... 8

LAS DE CAÍN 

Es una comedia quinteriana, que se estrenó el día 3 de octubre de 1908. De ella los Sorozábal, padre e hijo, han hecho esta zarzuela, que aquí está interpretada por Teresa Turné, Ana María Higueras, Caridad Casau, Alicia de la Victoria, María Aragón,  Charito Jiménez, Renato Cesari, Julio Catania, Segundo García, Luis Frutos, Ramón Regidor y Tomás Cabrera, con la Orquesta de Conciertos de Madrid, bajo la dirección del propio maestro Sorozábal.
El matrimonio tiene muchas hijas, de las que ya han casado a varias. Pero les quedan otras, a las que hay que casar, y, joven que entra en la casa, joven al que echan el lazo para marido de alguna de ellas. Se trata de una comedia llena de gracia, cuya acción ocurre en Madrid. Al Preludio sigue un Terceto. Le sigue un Cuarteto. A continuación, un dúo. El final del Acto I está hablado y cantado.
El Acto II da comienzo con un Preludio. A continuación, una romanza de “Alfredo”. En este mismo acto, un concertante. Don Segismundo, el tío Cayetano, Pepín y Alfredo, en un cuarteto. Y se llega, así, al final del segundo Acto.
El Acto III, al igual que los anteriores, comienza con un preludio. Sobre el amor, canta Rosalía en una romanza. Después, un dúo entre Rosalía y Alfredo. La obra finaliza con un parlamento sin música.

Alfonso Gil González

FUNERAL EN BULLAS

Funeral por Paco Amor

(Bullas, 8 noviembre 2011)
*

Cielo y tierra en Bullas se juntaron, 
en plegaria de amor agradecida. 
Cielo y tierra cantaron la partida, 
la llegada, más bien, de quien amaron.

Cielo y tierra sus cantos entonaron 
en un Requiem de luz amanecida, 
y la mano de Paco bendecida 
 voces bendijo que por él cantaron.

A este funeral, por él llamados,
vinieron con Fauré, Chopin, Victoria, 
y Haydn, por Bernardo acompañados.

Fue tal acto entrada de la Gloria, 
a que todos estamos convocados. 
¡Y sírvale a su nieto de Memoria!







Alfonso Gil González
Coro Ciudad de Cehegín

MÚSICA INFRECUENTE... 5

Esteve

Tenía yo un cuaderno de folios cuadriculados con separaciones alfabéticas, en cuya letra E tenía registradas dos obras: la una, se titulaba "La Paz, en La mayor"; la otra, "La Guerra (marcha, recitado y copla). Eran de Francisco Esteve. El apellido Esteve está unido a varios compositores españoles. No es demasiado frecuente escuchar esta música, y tampoco sé si la voy a poder mostrarla, pues yo la conservo en cinta de cassette.
Tengo un segundo cuaderno de característica similar al primero, y en la letra E sale expresamente un Francisco Esteve con la obra "G. 20". Tampoco es muy frecuente que digamos. Pero, espero daros alguna sorpresa rebuscando en el "Youtube". Por ejemplo, éstos de los muchos pasodobles que tiene, y marchas.

Alfonso Gil González







CRISTOLOGÍA... 3

Jesús en la primitiva Iglesia 

El profesor de Nuevo Testamento, Aguirre Monasterio, hace unas reflexiones sobre la personalidad de Cristo para aquellos primeros seguidores y para los creyentes de hoy. La primera pregunta que le dirijo es sobre "cómo reflexionaron" sobre Jesús aquellas primeras comunidades cristianas.
1- La reflexión de los primeros cristianos sobre Jesús resulta apasionante para el creyente que entra en contacto con el surgimiento de la fe. ¿Cómo es que aquel judío galileo, de oscuros orígenes, que algunos tenían por maestro e incluso por profeta llegó a ser considerado en el Concielio de Nicea, año 325, "consustancial con Dios Padre"? Nos encontramos con un proceso rápido, plural y profundamente original. El Nuevo Testamento es un proceso corto en el tiempo, producto de una experiencia breve, intensa y muy creativa. Es interesante notar que las más importantes y antiguas afirmaciones sobre Jesús se encuentran en himnos y confesiones de fe, no en prosa especulativa. Fue una experiencia muy plural. Los primeros cristianos procedían del judaísmo, que era enormemente plural en sus grupos religiosos. Pluralismo acrecentado por la influencia griega y por la entrada de los paganos.
2- Los primeros cristianos tuvieron una doble experiencia: la histórica de Jesús de Nazaret y la pascual de su Resurrección. Esta es clave para interpretar la persona de Jesús. La pascual está enraizada en la histórica. Sin Jesús no hay Cristo.
3- Jesús había anunciado el reino de Dios, pero, pronto, el anunciador se convirtió en el anunciado. Era él quien traía el reino de Dios. La fe cristiana es esencialmente la experiencia de la persona de Jesús. La identidad cristiana consiste en la vinculación a Jesucristo, pero considerado en relación con Dios y con la salvación para el hombre.
- Entiendo. Pero, ¿cómo se elabora esa cristología primitiva de la Iglesia?
Dos líneas cristológicas tienen su raigambre en el Antiguo Testamento: a) Jesús es el "justo" que pone su suerte en manos de Dios. b) Jesús es el profeta escatológico, que cumple la profecía del Antiguo Testamento.
c) Nos encontramos ahora con un título de Jesús que no ha perdido su vigencia para nosotros: Jesús es el Señor. En Oriente la divinidad recibía el título de "Señor". Este uso antiguo está en continuidad con la designación que se le dirigía al Jesús histórico en su vida terrestre. En la comunidad judeocristiana ese título adquiere un sentido nuevo a causa de la resurrección. El caso es que el nombre que se utilizaba para Yahveh en el Antiguo Testamento los cristianos lo utilizaban para Jesús. El único señorío de Jesús se oponía frontalmente a la divinización del emperador y a su pretensión de dominio absoluto sobre sus súbditos.
d) Jesús es el Hijo de Dios. La exégesis reciente piensa que ese título tiene un origen judío. Pero hay que decir que Jesús no usó este título, si bien tuvo la privilegiada experiencia de serlo. Esa confesión de los primeros cristianos pronto se profundizó teológicamente. La filiación divina se fue entendiendo no como sinónimo de la mesianidad, sino como algo que afectaba al mismo ser de Jesús.
e) Jesús es mediador de toda la creación. Aquí late una mentalidad según la cual el salvador escatológico es el creador inicial y la salvación es la plenitud de la creación. Se conecta a Jesús con toda la historia humana, como principio universal de salvación.
f) El pensamiento cristológico avanzó a través de polémicas y conflictos. En esta línea polémica se encuentra la cristología de "Jesús Justo", "Jesús Profeta", "Jesús Mesías", "Jesús Señor"... El crucificado es el Mesías. Aquí está la fuerza polémica y paradójica de la confesión cristológica. Hay un escrito del Nuevo Testamento que desarrolla la cristología de "Jesús Sumo Sacerdote": la Carta a los Hebreos.
Conclusión: Jesús Mesías no se puede confesar de verdad más que denunciando a los falsos mesías que pretenden reducir y engañar al pueblo. Reconocer a Jesús Señor significa entrar en contradicción y en conflicto con tantos que quieren erigirse en señores de este mundo.
- Gracias.

Alfonso Gil González

lunes, 30 de mayo de 2016

CONCIERTOS ALFONSINOS N. 104

Alrededor del mundo

Graciosa esta música de VIVALDI, titulada Canta in Prato, para soprano, clave y orquesta. Pieza de lucimiento para una buena soprano. Lo ha interpretado la Orquesta de Cámara de Lausana con la cantante Uta Splekensen.
De Doylan, hay una Canción maravillosa, interpretada por contralto y laudista.
De DELIBES, aquí tienes una selección de su Copelia, para orquesta. En este caso, la Filarmónica de Londres.
De JULIÁN PRIETO, como ves, una selección de su Sonata para clave. La interpreta Pablo Cano, en directo, para los oyentes de Radio Nacional. 
John Williams dirigió  a la Boston Post. Sus conciertos se iniciaban con música ligera, se continuaban con famoso solista vocal o instrumental, y acababa con una sección de temas populares, traídos de películas, obras teatrales o, simplemente, de temas en boga. Aquí hay un atractivo programa, incluido EN el CD titulado ALREDEDOR DEL MUNDO. Y son siete oberturas de autores de distintas épocas y estilos. DIMITRI CAVALESKI, con su “Gruñón”. FRANZ SUPPE, con su “Boccacio”. DANIEL FRANCOIS AUBER, con su “Caballo de bronce”. GLINKA con su “Ruslán y Ludmila”. JOHN WILLIAMS con su “Cowboy”. GIACOMO ROSSINI con su “Italiana en Argel”. LEONARD BERNSTEIN con su “Cándido”. 
Pocos artistas tan geniales y tan desconcertantes, a un tiempo, como el pianista italiano ARTURO BENEDETTI MICHELANGELI. Ha pasado por todo. El mismo año que ganó el Concurso Internacional de Ginebra, consiguió el Primer Premio en una carrera automovilística. Después, ha sido piloto de avión, campeón de esquí, se ha retirado temporalmente de los escenarios, debido a una enfermedad que arrastraba desde su infancia, se refugió durante un año en un convento, se marchó a una zona campestre de Suiza… Es indudable que asombró con su técnica pianística. En 1981 se le grabaron las Baladas op. 10 de Brahms, que cierran este estuche musical.

Alfonso Gil González
Vivaldi
Delibes
Cavalesky
Suppé
Auber
Glinka
Williams
Rossini
Bernstein
Benedetti interpretando a Brahms

FE Y SOCIEDAD... 3

Dios y la Ciencia

Mi tocayo Pérez de Laborda hablaba sobre este tema en una charla madrileña. Partía él de que parecía ser norma entre los filósofos de hoy el no hablar de Dios. Y le extrañaba de que los teólogos no parecieran estar demasiado interesados en plantearse las preguntas sobre la existencia, la identidad y la relación con Dios. También se preguntaba sobre si las ciencias dejan algún lugar en donde quepa hablar de Dios. Y eso, precisamente, es lo que le pregunté.
- Dios es inverificable hasta el extremo. Lo verificable está constituido de manera extraordinariamente singular por la ciencia y la técnica. Con la racionalidad apuntada por este positivismo científico no hay lugar para Dios.
- ¿Dónde está el desatino?
- Las ciencias son teorías extraordinariamente complejas en la mayor parte de los casos, y los llamados "datos" no son otra cosa que datos entendidos y enmarañados en las sutiles redes de las propias teorías. Ninguna ciencia del pasado o del presente ha seguido jamás exactamente el llamado "método" para merecer el nombre de ciencia. Es un mero nombre utilizado para embaucar a incautos, pues se nos está ofreciendo de matute una interpretación, una metafísica, so capa de mera ciencia; se nos está ofreciendo una descalificación no razonada de los que no están de acuerdo, bajo el manto de la así llamada racionalidad científica.
- ¿Podría ser más explícito?
- Hubo un tiempo en que la materia era mera extensión geométrica, y todos los movimientos quedaban explicados por choque, incluido ese movimiento tan especial que es la vida. Eran los tiempos del mecanicismo. Luego, Leibniz propugnó con acierto que ínsita en ella hay una actividad original, que la materia no es meramente pasiva. Así fue posible que se desarrollara en los siglos XVIII y XIX una idea científica que puede resumirse así:todo es materia y sólo materia; la materia además conlleva como parte esencial de sí misma la actividad. Durante muchos años las cosas discurrieron por esos cauces. El materialismo parecía imparable. Los físicos comenzaron a expresar una pregunta llena de indiscreción: y ¿qué es la materia? El punto clave de nuestros físicos al hacerse con sospecha esa pregunta se debía al mismo desarrollo de la física atómica y de partículas sobre todo, que habían puesto desde mediados de los años veinte en el centro a la mecánica cuántica, y a las nuevas maneras de teorías como la de la relatividad. Una vez conocida una ley, no se pudiera predecir con rigurosa exactitud un comportamiento físico. Pues bien, esto es lo que acontece en la física que es regida por la mecánica cuántica.
Al entrar en el reino de la microfísica tenemos que abandonar muchas de las ideas que teníamos de antes. Nuestro conocimiento de los fenómenos físicos es un conocimiento preñado de "incertidumbre". Todo el problema viene de que la probabilidad se interfiere en nuestras leyes físicas, y la mecánica cuántica tiene a la probabilidad escondida en su regazo. Son las propias partículas elementales las que no tienen un comportamiento siempre idéntico a sí mismo; existen diferencias en esos comportamientos.
- ¿Seguimos, entonces, sin saber qué sea la materia?
- Es normal que los científicos en su hacer tomen en serio estas dos actitudes: el reduccionismo y el materialismo. Hay en la labor científica una reducción metodológica de los ámbitos de realidad, precisamente para ser lo que dice su nombre: científico. Lo que ya no es aceptable es decidir que esas actitudes legítimas y posiblemente necesarias en los científicos sean el "único" camino de acceso que tenemos a la realidad. El problema no es un problema de ciencia, sino de filosofía de la ciencia. Lo que aquí pongo en dificultad no es otra cosa que el "reduccionismo filosófico" y el "materialismo filosófico". He ahí una clara asunción de lo que es la materia: aquello que puede recibir patadas y también darlas.
Para Popper y Bunge, hay dos tipos muy distintos de cosas: las físicas y las mentales. Lo mental no es reductible a lo físico, como querían los fisicalistas. Sin embargo, la teoría de la evolución, aceptada como marco general de explicación en la ciencia, nos lleva a sospechar que lo mental "emerge" de los físico: sin química no cabe la posibilidad de la vida, pero la vida emerge como algo repleto de novedad desde la química; sin cerebro, "sin cabeza", no hay pensamiento, pero el pensamiento emerge como algo repleto de novedad del cerebro. Cuando lo "mental" se pone a producir, el mundo entero se llena de nuevas adquisiciones. nace así esa novcdad emergente también que es la cultura. El mundo de la cultura tiene una realidad tan real como el mundo de lo físico o el mundo e lo mental.
- ¿Todo esto tiene algo que ver con Dios?
- He querido con lo anterior señalar la "inconsistencia de la prueba de la inexistencia de Dios basada en la ciencia". Una prueba muy discutible en su conjunto. La complicación de nuestro mundo es tan grande que se nos escapa más y más esa simple razón que quiere dar cuenta de todo. Para Newton su física era la prueba más segura de la existencia de Dios. El discurso sobre la fe y la razón no puede de ningún modo ser un discurso que no esté en nuestros labios, excepto si nos negamos a dar razón de nuestra fe. Debemos y podemos entablar hoy un diálogo racional con nosotros mismos y con todos sobre la "existencia de Dios". Un planteamiento serio de la validez o invalidez de los argumentos que quieren probar la existencia o inexistencia de Dios es de una extraordinaria complejidad filosófica. La "vías" que conducen a la afirmación racional de la existencia de Dios lo hacen desde el portillo de la "verdad", pero hay que decir que existen otros portillos por los que también cruzan vías que señalan la existencia de Dios, como son lo "bueno" y lo "bello".
- Conclusión.
- Es hora de despertar y tomar muy en serio el "problema de Dios", y hacerlo desde bases racionales, desde bases compartibles con todos los que también quieran hacer uso de su razón, porque en la solución que demos a dicho problema encontraremos que se engarzan los motores mismos de nuestra visión del mundo, de nuestro comportamiento y de nuestras actitudes sociales. Y démonos cuenta que estamos en un punto tan importante que ha de ser llenado de todas maneras, por lo que si no lo llenamos a fuerza de razón, se nos llenará a fuerza de sinrazón y de opresión, de engaño o de dejadez. Y si así lo aceptamos, han de verse las consecuencias al punto.
-Gracias, profesor.

Alfonso Gil González

domingo, 29 de mayo de 2016

GUÍAS DE AUDICIÓN... 7

Inauguración Teatro de La Maestranza


Tienes frente a ti un documento histórico de primera magnitud: el Concierto que se dio con motivo de la inauguración del Teatro de la Ópera de Sevilla, el día 10 de mayo 1991, un año antes de la Exposición Universal celebrada en aquella misma capital andaluza. Allí se reunió la flor y nata del lirismo español: Alfredo Kraus,  Plácido Domino, José Carreras, Joan Pons, Jaime Aragall, Pedro Lavirgen, Montserrat Caballé, Pilar Lorengar, Teresa Berganza… Eran las 9 y media de la noche. Se inició la inauguración con el Himno Nacional, pues estaba presente la reina de España, Doña Sofía de Grecia. El Teatro de la Maestranza de Sevilla estaba a rebosar. La expectación era enorme. Además de los citados cantantes de primera fila, iban a intervenir la Orquesta Sinfónica de Sevilla y el Coro del Gran Teatro de Córdoba, todos ellos dirigidos por Edmon Colomer, Enrique García Asensio y Luis Antonio García Navarro. 
Al himno nacional siguió el Preludio de La Torre del Oro, de Jerónimo Jiménez, que fue muy aplaudido. A continuación, Joan Pons cantaba el aria para bajo de la ópera Rigoletto, de Giuseppe Verdi. La ovación fue de antología, con gritos de “vivas” y “bravos”. Después, dúo de tenores, Plácido Domino y Juan Luque, cantando Mackbeth, también de Verdi, con el coro del Gran Teatro de Córdoba. Los aplausos se entremezclaban, creando una atmósfera muy especial de entusiasmo colectivo. Ovación que se prolonga para recibir a Teresa Berganza, que cantaría el aria del acto I de Tancredo, de Giacomo Rossini. Luego seguía el tenor Pedro Lavirgen con el aria de Don Alvaro, en la Fuerza del Destino, de Verdi. A continación, Alfredo Kraus cantaba el aria A mes amis, de los nueve “Do de pecho”. Ya te puedes imaginar la reacción del público. Era la locura eufórica, porque Kraus tenía una técnica inimitable. Parecía que el Teatro se venía abajo. Indescriptible. Donizzetti sonreiría desde el celestial parnaso. Y la contralto Teresa Berganza, para no ser menos,  se cantó las seguidillas de la ópera Carmen de George Bizet. Mas Pilar Lorengar interpretaba con el tenor Jaime Aragall, con la misma maestría, el dúo de Mimí y Rodolfo de La Boheme de Puccini. Hablando de dúos, el Dúo de la Africana, de Manuel Fernández Caballero,  lo cantaron, nada menos, Montserrat Caballé y José Carreras. La emoción del respetable llegaba hasta el paroxismo. Se cerraba así la primera parte de este magno concierto.
Antes de iniciar la segunda parte se entrevistó al director artístico del Teatro La Maestranza de Sevilla, Luis Andreu, que explicaba cómo se lograba reunir tantos y tan buenos cantantes en una sola gala, primera de una larga serie en el siguiente año. Se trataba de hacer óperas que tuvieran relación con Sevilla durante la Expo´92. Y se entrevistó, también, a Aurelio del Pozo, el arquitecto del mayor Teatro de España, junto con el arquitecto Luis Marín, que ganó el proyecto. Decía que se optó por la forma circular para obviar problemas arquitectónicos de las calles a las que afectaba su construcción. 
La segunda parte se iniciaba con música española. Concretamente, la Canción húngara de Alma de Dios, de José Serrano, en la voz de Pedro Lavirgen y el coro antes citado. Después, Pilar Lorengar, que sustituía a Victoria de los Ángeles, indispuesta por enfermedad transitoria, cantaba la romanza de Paloma del Barberillo de Lavapiés, de Francisco Barbieri. Más tarde, Plácido Domingo y Joan Pons, en el dúo de La fuerza del Destino, ópera que se inicia expresamente en Sevilla. Por su parte, Jaime Aragall, interpretando a Tosca, de Puccini, canta el conocidísimo “adiós a la vida”. A continuación, Plácido Domingo toma la batuta para dirigir el aria que Montserrat Caballé va a cantar de la ópera El Cid, de Massenet. ¿Para qué comentar la ovación? Asombroso. Y José Carreras continuaba con la interpretación de la romanza de zarzuela “No puede ser”, de La tabernera del Puerto, de Pablo Sorozábal. Pieza maestra, y, como tal, premiada con los aplausos del público asistente. Por otra  parte, Alfredo Kraus, el eternamente joven Duque de Mantua, sería quien cantase “la donna e movile”, del Rigoletto de Verdi. La prolongada y altísima nota final puso de pie al respetable. No era para menos. El tenor canario demostraba, una vez más, que nadie puede comparársele. Para terminar, Teresa Berganza cantaba la Habanera de Carmen, de Bizet, si bien es cierto que el Concierto de Inauguración de este Teatro de la Maestranza de Sevilla concluiría soberbiamente con el Brindis de La Traviata de Verdi, cantado por todos las voces de esa noche memorable. 

Alfonso Gil González


MIS APUNTES PATRIOS (XXXII)

Análisis de las estructuras políticas

Aportación creyente al compromiso con la ciudadanía

Donde se decide la organización de la vida pública es en las estructuras e instituciones políticas; en consecuencia, los cristianos deben comprometerse en la vida pública, teniendo en cuenta que es un compromiso difícil y con riesgos, en el que nunca deben perder su propia identidad. Pero no es posible tal compromiso sin conocer adecuadamente las estructuras políticas. De ahí que voy a exponer brevemente los distintos significados de política, los regímenes políticos, la democracia y los partidos políticos.
I
En los medios de comunicación y en las conversaciones de la vida cotidiana oímos muchas veces expresiones en las que aparece la palabra política: la vida política nacional, la política económica, los partidos políticos, abandonar la política, la politización del deporte, tener una actitud política, etc… Enseguida nos damos cuenta de que el término política se emplea con distintos significados. Etimológicamente tiene su origen en la palabra griega polis, que significaba ciudad. Las antiguas ciudades griegas eran ciudades-estados y, en consecuencia, la política es todo lo que haga referencia a la vida en la ciudad, o sea, a la vida social. Dentro de esta concepción genérica de la política existen unos sentidos más específicos que expresan distintas dimensiones de la política, como, por ejemplo: la política como forma de ejercer el poder, gobernando la sociedad y dirigiendo un Estado; la política como forma de presión sobre quienes gobiernan, a través de la difusión teórica y práctica de determinadas ideologías; la política como militancia en algunos de los partidos que luchan por conquistar el poder e implantar un determinado modelo sociedad. Es decir, que la política abarca el conjunto de la vida social, pero centrándose en dos dimensiones: una más personal y subjetiva (el comportamiento político), y otra más social y objetiva (las estructuras políticas).
II
Una de las dimensiones más específicas de la política es la estructura y funcionamiento del poder. A lo largo de la historia se han producido distintas formas de legitimar y ejercer el poder. Ateniéndonos al presente, podemos agrupar los distintos regímenes en torno a tres modelos: el totalitarismo, el autoritarismo o dictadura y la democracia. Los regímenes fascistas y comunistas de los siglos XX y XXI pertenecen al modelo totalitario. Las llamadas democracias orgánicas (régimen franquista y algunas dictaduras de países latinoamericanos y afroasiáticos) son, con distintos grados, formas autoritarias de gobierno. Los regímenes democráticos nunca alcanzan el verdadero ideal democrático y, desgraciadamente, en algunas ocasiones, caen en defectos típicos de los autoritarismos y los totalitarismos.
III
Los conflictos son inevitables en toda sociedad de hombres libres, pues los intereses de unas personas y grupos chocan con los de otras personas y otros grupos. Los antagonismos generan el avance de la historia, pero también pueden convertirse en fuerzas destructoras. Para regular los conflictos se han empleado, y se siguen empleando, desgraciadamente, dos formas de violencia: la física (guerras) y la estructural (dictaduras). La democracia es, por tanto, la única forma pacífica de regular los conflictos sociales. Para que un régimen político merezca ser llamado democracia debe sustentarse sobre los siguientes pilares fundamentales:
- Reconocimiento efectivo de la soberanía popular, es decir, de que el poder se legitima en la voluntad mayoritaria del pueblo, expresada en un sistema de elecciones libres.
- Libertad real para difundir y conocer todas las opiniones, ideas y creencias.
- Existencia de alternativas a la fuerza política que ejerce el poder en cada momento concreto.
- Separación de los tres poderes del Estado: legislativo, ejecutivo y judicial. Y
- Cumplimiento efectivo de los derechos humanos fundamentales.
Hemos de tener en cuenta que la democracia se construye con demócratas. Por tanto, un régimen democrático se sustenta sobre una sociedad de mujeres y hombres que han asumido, de forma personal, los principios de libertad, tolerancia, igualdad y solidaridad.
IV
La democracia, aunque no necesariamente, necesita los partidos políticos en cuanto medios para canalizar las distintas opciones políticas que pretenden acceder al poder. Por otra parte, los partidos políticos sólo pueden desarrollarse adecuadamente en el seno de un régimen democrático. 
Los partidos políticos son agrupaciones de personas que se unen en torno a unos objetivos e intereses sociales y, para llevarlos a la práctica, intentan conseguir la adhesión del mayor número posible de ciudadanos y la conquista democrática del poder. La diferencia entre los partidos políticos y otros grupos de presión (económicos, culturales, religiosos…) está en que los partidos buscan el acceso al poder para gobernar, y los grupos de presión sólo intentan influir en quienes gobiernan. 
Pero conviene distinguir dos aspectos en los partidos políticos: la organización interna y la ideología. Según su organización interna, se distinguen tres clases:
- Partidos de cuadros. Están formados por pocos miembros, pero muy influyentes. Se desarrollaron sobre todo en épocas en que sólo tenían derecho al voto quienes poseían un determinado poder económico y social. Ese sufragio se llama censitario.
- Partidos de masas. Surgen cuando el derecho al voto se extiende a todos los ciudadanos mayores de edad (sufragio universal). Tienen una organización y estructura más rígida que los partidos de cuadros. Su ideología está también más definida. Su financiación se sustenta, en parte, por la cuota que pagan los militantes, aunque cuentan con importantes subvenciones estatales. Tienen gran dinamismo y su actividad no se limita a las campañas electorales.
- Partidos de fieles. En los momentos de crisis de militancia, los partidos de masas reducen su número de afiliados y se convierten en partidos de fieles. Estos partidos se sustentan sobre la fidelidad basada en tradiciones familiares de un determinado número de afiliados.
En cambio, según la ideología –hay que tener en cuenta que durante los siglos XIX y XX existía una clara definición de las ideologías políticas de izquierdas y de derechas-, todos los posibles partidos, aún los llamados de centro, se alinean así:
- Los de izquierdas, que tiene como objetivo cambiar el sistema libre de mercado (capitalismo) por el sistema de planificación centralizada (socialismo real). La extrema izquierda pretende conseguir este objetivo por medio de la revolución. La izquierda reformista persigue el mismo objetivo a través de métodos democráticos y respetando las libertades públicas.
- Los de derechas, que tienen como objetivo conservar el sistema capitalista. La extrema derecha se propone este objetivo a través de la implantación de un régimen absolutista. La derecha moderada pretende conservar el capitalismo dentro de un régimen democrático.
Hay que tener en cuenta que, en las últimas décadas han tenido lugar importantes acontecimientos históricos y políticos que han cambiado, de forma significativa, el cuadro de ideologías de derechas e izquierdas, generándose una integración de los partidos comunistas en los regímenes democráticos de occidente. Y, lo que es más importante, se ha producido una nueva situación política internacional y, concretamente, europea.
V
Ante lo expuesto, la Iglesia siempre ha exhortado a los cristianos a participar en la vida pública, sin inhibiciones de la vida social. Participación que debe estar guiada por los siguientes principios básicos:
- Inspirarse en el seguimiento de Jesucristo y en el estilo de vida propuesto en las Bienaventuranzas y en el llamado Sermón de la Montaña. No se trata de imponer por la fuerza la concepción cristiana de la vida, sino respetar las distintas opciones y propuestas que existan en la sociedad, aunque sin dejar de criticar y oponerse, con espíritu evangélico, a cuanto vaya contra los valores básicos de la persona.
- Colaborar con las personas e instituciones que pretenden regir legítimamente la sociedad humana, pero manteniendo la libertad evangélica para denunciar las personas y estructuras que utilicen medios o formas injustas de gobierno.


Alfonso Gil González




MÚSICA INFRECUENTE... 4

De D´Albert a Dussek

Cuando se trata de asimilar lo bello, toda avaricia es poca. Y lo mismo habría que decir con lo bueno o con lo verdadero. No sé cómo cayó en mis manos "Tieflaud" de D´Albert. Ya tenía yo la "Pequeña suite para piano a cuatro manos" de Debussy, o sus "Juegos". Pero la "Suite en sol mayor" de Dieupart me resultaba un hallazgo. 
Algo parecido sucedía con "Esther, liberadora del pueblo judío", de Dittersdorf, tan atractiva como en el texto sagrado. Y otras tres piezas de Dowland, "Gallarda del rey de Dinamarca", "Lágrimas antiguas" y "Pavana" las consideré privilegiada adquisición. O estas otras tres de Dunstable: "Credo", Agnus Dei" o "Quam Pulchra es", por su tema religiosos, siempre tan atrayente.
En cambio, "La vida anterior", "Phidylé", "Canción triste" e "Invitación a viajar" de Duparc hacía reencontrarme con la música gala, y la "Sonata para arpa, viola y violonchelo" de Dussek, con "Los sufrimientos de la reina de Francia" me retrotraía a tiempos heroicos. 

Alfonso Gil González
  Gallarda del rey de Dinamarca
Lágrimas antiguas
Pavana
Quam Pulchra es
La vida anterior
Phidylé
Canción triste
Sonata para arpa, viola y violonchelo




  

sábado, 28 de mayo de 2016

ESCATOLOGÍA CRISTIANA... 3

¿Resucitan los muertos?

A esa pregunta respondía la charla de Pagola Elorza, que la dividió en tres puntos: la resurrección de Cristo, el contenido de nuestra fe y el dinamismo de esa misma fe. Os la resumo, porque no tiene desperdicio, como casi todo lo que escribe o dice.
- El acontecimiento que constituye la garantía y la promesa de nuestra propia resurrección es la resurrección de Jesús. Durante muchos siglos los israelitas pensaron que la muerte era el destino definitivo de los hombres. Una radical separación de Dios que hundía al muerto en el olvido. El motivo último que subyace a esta concepción de la muerte parece ser la idea de que Yahvéh sólo interviene en la historia terrestre y, por tanto, no hay esperanza alguna para los que han muerto. por otra parte, aparece en los Salmos la experiencia de creyentes que viven con tal profundidad su "comunión con Dios" que no parece poder admitir una ruptura. Es más, Israel cree en la "justa retribución de Yahveh a los hombres. No siempre los justos, como Job, reciben de Dios lo que merecen en esta vida. Pero será la gran persecución de Antíoco Epifanes la que pondrá en crisis la fe tradicional y empujará decisivamente a Israel a esperar para sus "mártires" una vida más allá de la muerte. El "sheol" ya no será el país definitivo de la muerte, sino el lugar de espera donde los muertos aguardan el juicio y la resurrección final.
Pero la fe de las primeras comunidades cristianas no ha surgido como desarrollo o articulación de ninguna especulación apocalíptica del judaísmo tardío. Tampoco de una especie de revelación que Jesús habría descubierto a sus discípulos. Ni tampoco se trata de un optimismo sin fundamento alguno contra el destino brutal del hombre que parece acabar definitivamente en la muerte. El punto de partida dela fe cristiana es Jesús experimentado y reconocido como viviente después de su muerte. Si Dios ha resucitado a Jesús, esto significa que la resurrección que esperaban los judíos para el final de los tiempos ya se ha hecho realidad en Él. por eso, la meta de nuestra esperanza no es simplemente nuestra resurrección, sino la comunión con el Señor resucitado. En Él alcanzará la humanidad su verdadera plenitud.
- Naturalmente, la nueva vida después de la muerte resulta inaccesible a todo lenguaje que pretenda describirlo. Si Dios ha resucitado a Jesús, esto significa que Dios no abandonará nunca a los hombres, no permitirá su fracaso final. La muerte no tiene la última palabra. La Vida es mucho más que esta vida. Si no hay otra vida, ¿cuándo podrá triunfar la víctima inocente sobre su verdugo?
Cuando los primeros cristianos confiesan su fe en la resurrección de los muertos, no piensan nunca en una prolongación indefinida de lo que ha sido la vida en la tierra.El hombre no resucita a la vida biológica, sino a la vida eterna que ya no se ve amenazada por la muerte. Pero esta radical transformación no es una ruptura con nuestra realidad actual. Seré yo ismo el que resucite, aunque no sea el mismo. Nuestra condición futura será la que corresponde al modo de existencia de Cristo resucitado. Seremos configurados y conformados con "el cuerpo de su gloria". No se nos pide que creamos en la reconstrucción del cuerpo según un modelo que pertenece al reino de la muerte, sino creer que tanto la muerte del cuerpo como la muerte del espíritu han sido vencidos por Cristo.
No creemos en la continuidad material de nuestra actual condición corporal, pero sí en una transformación de nuestra actual corporalidad. Los cristianos no deberíamos hablar de otro mundo, de otra vida, sino de este mundo y de esta vida nuestra que serán transformados y serán "otros" por la acción resucitadora de Dios inaugurada en Jesucristo. Resurrección del cuerpo significa que el hombre no recupera en Dios únicamente su último momento, sino toda su historia.
Ciertamente, nuestra transformación gloriosa tendrá lugar cuando venga el Señor. El hombre, con la muerte, está "desnudo", es decir, sin cuerpo, pero vive en el Señor. Este "vivir en el Señor", sin el cuerpo, es más deseable que vivir en la tierra con cuerpo pero lejos del Señor. La muerte no nos podrá separar de Cristo, que es Señor de vivos y muertos.
- Creemos que más allá de la muerte, más allá de los límites de todo lo que en esta vida experimentamos, Dios tiene la última palabra. Nosotros afirmamos que este mundo no lo es definitivo, la realidad última en la que debemos enraizar nuestra felicidad. Y, sin embargo, la esperanza en la resurrección consiste precisamente en buscar y esperar la plenitud y realización total de esta tierra.
Una de las situaciones más crueles de nuestra sociedad es la soledad en la que queda abandonado el moribundo con sus dudas, sus miedos y angustias, privado de su derecho a conocer, preparar y vivir humanamente su propio morir. Quien cree en la resurrección adopta una actitud nueva ante el morir. Su muerte es un "con-morir con Cristo" hacia la vida, la libertad y la plenitud.
La fe en la resurrección ha de impulsar al creyente a hacerse presente allí donde "se produce muerte", para luchar contra todo lo que ataque a la vida. El creyente sabe que desde ahora y aquí mismo se nos llama a la resurrección y a la vida. El gesto resucitador de Dios nos descubre no sólo el triunfo de la omnipotencia de Dios, sino también la victoria de su justicia sobre las injusticias de los hombres. Quien no hace nada por cambiar este mundo, no cree en otro mejor. Quien no hace nada por cambiar y transformar la tierra, no cree en el cielo.
- Gracias, reverendo.

Alfonso Gil González

CONCIERTOS ALFONSINO N. 103

Vocal e instrumental

Nuevas Canciones de amor,op.65, de Brahms, escritas sobre texto de Goethe, para cuatro voces con acompañamiento de piano. Edith Macis, Mariana Boksec, Peter Rayer y Walter Berry son los cantantes.
De BELA BARTOK, Divertimento para cuerdas, interpretado por la Orquesta de Cámara Catalana, dirigida por Gonzalo Comellas.
Miembros del Cuarteto Giuliani interpretan la Sinfonía Concertante, para contrabajo, viola, 2 oboes, 2 trompas y orquesta de cuerda, en Re mayor, acompañada de armonium, que interpreta el Conjunto Barroco de Viena.


De GIOVANNI BOTESSINI, está en esta cinta la Elegía para contrabajo y piano, en Re mayor.

Alfonso Gil González
Brahms
Bela bartok

Botessini


DIÁLOGOS ECLESIOLÓGICOS... 3

Acerca de la Historia de la Iglesia

Preguntado del porqué de sus "Reflexiones para una visión panorámica de la Historia de la Iglesia", el jesuita Manuel Sotomayor Muro decía que la Historia de la Iglesia es una ciencia joven en muchos aspectos. El mensaje de Cristo establece unos principios fundamentales, que son el norte de nuestro caminar; pero el camino es el camino de la historia, de la lucha, de la búsqueda difícil y condicionada por las circunstancias, el ambiente y las culturas en que todos los componentes de la Iglesia nos movemos.
- ¿Cuáles serían esas circunstancias?
-  Lo primero: Hay dos visiones del mundo, dos coordenadas fundamentales de nuestro pensamiento, que son el espacio y el tiempo, y que hace que la humanidad se divida en dos grupos: los estáticos o fijistas y los dinámicos o evolucionistas. Esta última forma de ver la realidad y la historia, en forma dinámica y temporal, es la propia del mundo judío en el que nace el cristianismo. El mundo griego, en cambio, posee una visión de la historia estática o espacial. Es verdad que hay movimiento en su historia, pero ese movimiento es cíclico, no lineal. Aunque nuestra cultura occidental ha vivido por siglos de estas ideas griegas, en nuestros días nuestra concepción de la historia está más cerca de la concepción judía. Estas consideraciones pueden ayudarnos a comprender una de las dificultades que han complicado más la evolución de la Iglesia a lo largo de la historia.
- Lo segundo: De hecho, Jesús era judío y hablaba a judíos: concepción temporal. Pero el mensaje de Jesús pasa pronto a un ambiente griego y de él hemos vivido nosotros hasta nuestras últimas generaciones. En la historia de la Iglesia, a partir de su inculturización en el helenismo, se descubren dos grandes líneas de evolución, que pueden parecer a primera vista contrapuestas, pero que, en realidad, son consecuencia de esta misma visión espacial, griega, de dos mundos diferentes y antagónicos. las dos líneas de evolución son: separación, por un lado, y abandono de las realidades terrenas; y, por otro lado, asunción de éstas, pero desviándolas de sus fines propios y privándolas de su autonomía real. Solamente una lenta y laboriosa reflexión de siglos va haciendo posible una mejor comprensión del sentido mismo y de la misión de la comunidad cristiana en este mundo. Por eso puede advertirse cómo, con el correr de los siglos, el progreso de la comprensión del mundo y de las realidades, y el mejor entendimiento del mismo Reino de Dios, va haciendo que los que quieren consagrar sus vidas a Dios vayan entendiendo que la consagración no consiste en una huida total del mundo, sino en una misión que hay que realizar en él.
- Lo tercero: Los judíos que aceptaron a Jesús como el Mesías prometido vieron cómo éste proclamaba la llegada del Reino de Dios, pero no veían que se hubiesen realizado con él todas las promesas: ni las naciones se sometías a Israel, ni la justicia y la paz quedaban implantadas automáticamente. El Reino de Dios había quedado iniciado, pero su plenitud llagaría tan sólo al final de los tiempos. Fueron muchos los condicionamientos históricos derivados de la concepción unitaria Iglesia-Imperio. Uno de los más graves y más duraderos fue, sin duda, la identificación del cristianismo con la cultura occidental cristiana. He dicho más duradero, porque esta gran confusión está en vigor todavía y sigue estorbando el necesario proceso de inculturación del Evangelio en las diversas culturas humanas.
- Eso de la INCULTURACIÓN nos parece relevante, ¿no cree?
- El problema de la inculturación del cristianismo es fundamental para la vida de la Iglesia que, según creo, es uno de los hilos conductores de su historia y uno de los más válidos. Todos tienen que tener la posibilidad de recibir el mensaje y nadie lo puede recibir si no le llega a través de su propia cultura, que es el único vehículo con que contamos para ponernos en contacto con la realidad. El cristianismo no puede realizar su misión si no es inculturándose en cada pueblo. Veamos: El cristianismo nace judío. Pero no fue fácil para los primeros cristianos entender que el cristianismo podía ser judío para ellos y no judío para los demás. El cristianismo, una vez liberado de su monopolio cultural, fue llegando a diferentes pueblos y en ellos fue arraigando. En la marcha ordinaria de la vida de la Iglesia, la autonomía de cada una de esas inculturaciones del cristianismo era prácticamente total. Durante muchos siglos, el pluralismo en la Iglesia fue mucho mayor y más visible de lo que nosotros estamos acostumbrados a ver. Era un pluralismo en comunión. Y esto lo podíamos llamar el PRIMER PERÍODO.
No es fácil conocer todas las circunstancias históricas que condujeron a la rotura de la unión fundamental entre las iglesias que formaban la Iglesia universal. La falta de madurez, la falta de comunicación y la sobra, a veces, de apasionamiento, conducían con frecuencia a posturas intransigentes, que no admitían otra aproximación a los problemas religiosos que no fuese la propia filosofía. La primera gran disputa fue la cristológica entre las escuelas de Antioquía y Alejandría, que llevó a la condena de Nestorio y a la separación de la iglesia sirio-oriental. Todo fue a peor hasta la famosa excomunión -hoy levantada- del año 1054 entre las iglesias oriental y latina. Y ese fue el SEGUNDO PERÍODO.
Y hay una transición al TERCER PERÍODO. tres circunstancias principales parecen habernos obligado a reflexionar y habernos hecho avanzar en la autocomprensión de la Iglesia: En primer lugar, el choque de los misioneros con unas realidades muy diferentes a las europeas. En segundo lugar, el final de los colonialismos y sus consecuencias. Por último, las diferentes causas que han favorecido la puesta en marcha y el desarrollo del Movimiento Ecuménico, fortalecido en el Concilio Vaticano II, que ha dio los pasos hacia una renovada unidad en la variedad.
-Gracias, padre.

Alfonso Gil González

jueves, 26 de mayo de 2016

GUÍAS DE AUDICIÓN... 6

Sexta Sinfonía de Tchaikovsky

En palabras de propio Tchaikovsly, esta es una sinfonía programática, llena de sentimientos subjetivos. La concibió en Paris, en el año 1893. Pretendió escribir una sinfonía sobre la “vida”, y yo creo, sinceramente, que la escribió sobre la VIDA, ya que él moriría poco después. Es, valga la paradoja, una sinfonía de amor, de desilusión y de muerte. Me impresionó tanto la primera vez que la escuché, allá por los 60 del pasado siglo, que la he vuelto a oír, mejor, a contemplar, cientos de veces, y nunca me resulta aburrida; al contrario, me inunda por dentro de una calma total, emocionante… hasta las lágrimas. Me suele pasar, también, con otras sinfonías suyas, y de otros autores, pero no como ésta. Modesto, hermano del compositor, la definió como “patética”, pero no creo que ese adjetivo sea el exacto. Lo cierto y verdad es que Tchaikovsky terminó con ella su sinfonismo y su vida. Y dejó a los hombres de su tiempo, y a todos los que vendríamos después, una misteriosa muestra del acá y del más allá, como ninguna otra sinfonía no vocal lo ha conseguido hasta el día de hoy. ¡Y ya vamos por el siglo XXI!
Estos son sus Movimientos:
1- Adagio- Allegro non troppo. Lo inicia el fagot. Es un movimiento largo, dividido en seis secciones.
2- Allegro con gracia. Es una vals en compás de 5/4, que supone un momento de evasión.
3- Allegro molto vivace. Surge de la combinación magistral de un scherzo y una marcha. 
4- Adagio lamentoso. Es un verdadero “requiem” sin canto, profundamente emotivo. 

Alfonso Gil González



PERSONAJES DE LA BIBLIA...24

Amrafel


Rey de Sennaar (Sinar), o Babilonia, uno de los cuatro reyes de Mesopotamia---los otros tres son Aryok, rey del Ponto (El-lasar); Kedorlaomer, rey de Elam; Tidal (Tedal), rey de naciones (Goyim)---quienes, según el capítulo 14 del Génesis, invadieron juntos a Canaán, derrotaron a los cinco reyes de las planicies, y capturaron a Lot y su familia, junto con un rico botín. En su camino a casa fueron asaltados y derrotados en una sola noche por Abraham y sus 318 hombres en el valle de Savé (Sidim), cerca del Mar Muerto. Entre los prisioneros rescatados estaban Lot y su familia. Abraham, por otra parte, cuando iba camino de regreso de su victorioso ataque, se encontró con Melquisedec, el sumo sacerdote de El-Elion, en Jerusalén, quien celebró la victoria con una ofrenda de acción de gracias de pan y vino, y tomó para él como su parte sacerdotal, la décima parte del botín. Para los estudiosos de la Biblia y los teólogos la personalidad de Amrafel es de considerable interés, debido al hecho de que desde hace tiempo la mayoría de los asiriólogos y críticos bíblicos lo han identificado con el gran rey de Babilonia, Hammurabi, el sexto monarca de la primera dinastía babilónica, que reinó cerca del 2250 a.C. El famoso código de leyes de este gobernante, el código de leyes más antiguo en el mundo, fue descubierto en 1901-2, en Susa, la antigua capital de Elam, por la expedición arqueológica francesa, y fue descifrado y traducido por primera vez por el erudito dominico francés, el padre Scheil, de París.
Los asiriólogos y críticos bíblicos ahora aceptan unánimemente la identidad de Amrafel y Hammurabi. Fonéticamente, los dos nombres son idénticos. Las variantes de la segunda forma se Ammi-Rabi, Ammurapi y Hammum-rabi, etc. Hammu, o Ammu, era con toda probabilidad el nombre de un dios, tal como se encuentra en muchos nombres compuestos, tales como Sumu-hammu, Jasdi-hammu y Zimri-hammu. El elemento rabi es muy común en Babilonia, y significa "grande"; el nombre completo, por lo tanto, significa "El dios Ammu es grande", en la misma analogía que nombres como Sin-Rabi, Samas-Rabi y muchos otros. Según el Dr. Lindle, seguido por Sayce y otros, el nombre se pronunciaba también Ammurabi, y, como el Dr. Pinches fue el primero en señalar, la forma Ammu-rapi se encuentra también al lado de Hammurabi, y como muchos de los reyes babilónicos de ese período, fue divinizado, y se le invocaba como ilu-Ammurabio Ammurabi-ilu, es decir, “Ammurabi el dios”, siendo ilu el equivalente del hebreo El, que significa "dios". Ahora Ammurabi-ilu o Ammurapilu es letra por letra el Amrafel, o Amrapel, del Génesis. Según otra hipótesis, sugerida por el Dr. Hüsing, la l al final de la forma "Amrafel" es superflua, ya que se uniría a la siguiente palabra, y leería: "Y aconteció en los días de Amrafel, como Aryok rey de El-lasar estaba sobre Sinar, que Kedorlaomer…” Otra explicación, y según el doctor Pinches quizás más probablemente, es que esta letra l adicional se debe a una lectura defectuosa de un escrito distinto del mismo nombre, con un carácter polifónico que tiene el valor de pil, así como bi, cuya forma, de hecho, todavía puede ser hallada. Pero cualquiera sea la hipótesis que adoptemos, la identidad de Amrafel y Hammurabi está fonéticamente fuera de disputa.
La situación política presupuesta en Génesis 14 refleja, además, con un notable grado de probabilidad, la condición de los tiempos del reinado de Hammurabi. El líder de la fuerza y el soberano a quien los príncipes cananeos estaban sujetos, era un rey de Elam. Elam, por lo tanto, debe haber sido la fuerza predominante en ese tiempo, y el rey de Babilonia debe haber sido su vasallo. La narrativa, sin embargo, está fechada en el reinado del rey de Babilonia, y no en la del rey de Elam, y es al reinado del rey de Babilonia que se adscriben los hechos descritos en ella. Babilonia, sin embargo, no era un país unido; había otro rey, Aryok de El-lasar, que compartió con Amrafel de Sennaar el gobierno de la misma, y, como Amrafel, reconocía la supremacía de Elam. Por último, las "naciones" (goyim), quienquiera que fueran, eran también súbditos de Elam, así como la distante provincia de Canaán. Si volvemos nuestra mirada a la condición política de los tiempos y período de Hammurabi, veremos que los monumentos contemporáneos de Babilonia están en perfecto acuerdo con la situación presupuesta en Génesis 14.

Bibliografía: OUSSANI en New York Review (ago-sept., 1906), 204-243, con bibliografía completa.
Fuente: Oussani, Gabriel. "Amraphel." The Catholic Encyclopedia. Vol. 1. New York: Robert Appleton Company, 1907. <http://www.newadvent.org/cathen/01441a.htm>.
Traducido por Luz María Hernández Medina

Revisión textual y fotografía: Alfonso Gil