Curriculums

Teología

lunes, 31 de octubre de 2016

CONCIERTOS ALFONSINOS N. 140

Dos obras, dos autores

Dos grandes obras y dos grandes autores ocupan esta otra cinta. HONEGGER, con su Sinfonía n. 4. 
Entre esta obra y la siguiente, MÚSICA DE PIANO
HAYDN, con su Octeto en Re mayor.


Para completarse el espacio de la cinta, quedó registrado el final de la “quinta sinfonía” de Tchaikovsky. Sinfonía de la que hablaremos más adelante, como ya indiqué al escucharla completa en el estuche n. 5. Adelantemos que resulta asombrosa la música de este ruso, sin duda el más grande entre los grandes de esa nación.

Alfonso Gil
Honegger



MIS APUNTES PATRIOS (XLV)

Se ha impuesto la cordura


No olvidéis que los enemigos de España y de la civilización cristiana están alerta. Velad también vosotros y para ello deponed frente a los supremos intereses de la patria y del pueblo español toda mira personal. No cejéis en alcanzar la justicia social y la cultura para todos los hombres de España y haced de ello vuestro primordial objetivo. Mantened la unidad de las tierras de España, exaltando la rica multiplicidad de sus regiones como fuente de la fortaleza de la unidad de la patria.
A pesar de que algunos ya empezaban a dar la razón a quien esto escribiera, por fin, la sesantez se apoderó del PSOE y fue posible que, tras meses de interinidad, España volviera a tener un Gobierno que pueda servirla. Pero no todos. Porque ahora resulta que el defenestrado secretario general anda por ahí coqueteando con Podemos, es decir, con el caos. Y empecinado sigue en volver a ser Secretario General, porque, si no, ¿cómo va a poder satisfacer la irresistible pasión  de vivir en La Moncloa?
Yo no creo que eso vaya a ser ya posible. A España, ni a ninguna nación del mundo, no le conviene los devaneos políticos de los que acceden a servirla por intereses personales. Pero hay que estar alerta. Hoy hay muchos más que están al acecho de la caza. Y ya digo: no por amor a España, sino a sus mezquinos intereses. 
El miedo suele causar la mayoría de los males. Fue por miedo por lo que a Cataluña y a las Vascongadas se les privilegió en época del dictador. Luego, llegada la Democracia,  a una y otra les dio por creerse superiores, y ahora se hallan en la tesitura de romper con España, como si, alguna vez, hubieran sido algo fuera de la patria hispana. Esto lo sabe perfectamente el defenestrado socialista, lo saben los podemitas y lo sabemos todos. Y ya se buscarán sus mañas para que todos ellos queden contentos.
Mientras, España respira por poder seguir viviendo en la normalidad institucional y, así, poder crecer y dar trabajo y pan a todos sus hijos. De momento, se ha impuesto la cordura.

Alfonso Gil González 

GRANDES ÓPERAS... 4

El oro del Rin

Ópera wagneriana en dos Actos y cuatro Cuadros que, en realidad es un prólogo a la tetralogía completada con "La walkiria", "Siegfried" y "El ocaso de los dioses". Es de las más breves y más perfectamente asimilables por el gran público.
La sinopsis argumental vendría a ser así: En el fondo del Rin sus hijas custodian el oro ambicionado por Alberich que acecha sus juegos en el agua. Engañado por las ninfas, roba el oro, aunque sabe que perderá el amor, y huye. El Segundo Cuadro se realiza en la montaña, donde moran los dioses Wotan y Fricka. Alberich, el nibelungo, ya ha forjado un anillo con el oro. Loge y Wotan deciden descender para buscarle.
En el Acto II, Alberich reina como tirano absoluto. Además, el anillo le hace invisible. pero Wotan lo transforma en sapo y lo captura. Alberich se lamenta y pide le dejen libre. Unos gigantes parecen ofreciendo entregar a la hija Freia a cambio del oro. Wotan accede y les advierte que el oro traerá la desgracia a quien lo tenga. Los dioses regresan a su mansión sobre el arco iris, mientras se escucha el lamento de las Hijas del Rin por la pérdida del oro.


Alfonso Gil

TERCERA ESTACIÓN

TERCERA ESTACIÓN

*
Tercera estación. Primera caída. 
El peso de la cruz, Jesús, te aplasta. 
No puedes caminar y dices ¡basta! 
apenas iniciada la partida.

Sin embargo yo, cabeza erguida, 
que tu humillada posición contrasta, 
no llega a avergonzarme la nefasta 
forma con que pierdo mi pobre vida.

Y Tú logras de nuevo levantarte 
por ver si todavía mi arrogancia 
permitiérame ya el abrazarte.

Aquí sigo, Señor, con mi ignorancia, 
con tímidos deseos de alabarte 
como antaño amábate mi infancia.


Alfonso Gil González
Cehegín 2013  

domingo, 30 de octubre de 2016

GUÍAS DE AUDICIÓN... 47

JOSEPH HAYDN

La Creación
(coros y arias)

Haydn tuvo la ocasión de acudir a varios “oratorios” de Haendel, durante su visita a Londres, a partir de 1791. Y escribió: “Quiero escribir una obra que proporcione fama universal y eterna a mi nombre”.  Esta obra fue LA CREACIÓN. El texto lo tomó del libro del Génesis y de los Salmos, además del “paraíso perdido” de Milton. El estreno de LA CREACIÓN se produjo el 29 y 30 de abril de 1798. El éxito fue total, hasta el punto de representarse anualmente en Viena, además de haber recorrido los grandes escenarios de Europa. Aquí están registrados algunos números de las tres partes en que se divide el Oratorio:
1- Introducción. Representación del Caos. Recitativo con coros.
2- Aria con coro. Desaparición de las sombras y nacimiento del primer día.
6. Aria. El mar y sus olas embravecidas.
8. Aria. Evocación de los verdes prados y bosques frondosos.
12 y 13. Recitativo y coro con solistas. Salida del sol y visión de la noche con sus estrellas.
14 y 15. Recitativo y aria. Inicio de la segunda parte.
23 y 24. Recitativo y aria. Dios crea al hombre y a la mujer.
28. Coro. Júbilo por la creación concluida.
30. Dúo y coro. Tercera parte. Gratitud de Adán y Eva.
34. Coro final y solistas.


Alfonso Gil

sábado, 29 de octubre de 2016

GRANDES TEMAS PARA ENTENDER AL HOMBRE... 61


TIBERIO

La entrada en el primer milenio de nuestra era se produjo sin incidentes dignos de mención. El Imperio Romano disfrutaba de una paz y una estabilidad política como nunca antes se había conocido. El mayor problema de Augusto en los próximos años iba a ser el de la sucesión. Livia, su esposa, deseaba que ésta recayera sobre su hijo Tiberio, y había tratado de que su marido lo adoptara, pero Augusto había puesto como condición previa que se casara con su hija Julia, si bien un tiempo después de la boda Tiberio decidió que estaría mucho mejor exiliado en Rodas, lejos de su cónyuge. Tras un tiempo prudencial tras el destierro de Julia, Tiberio solicitó a Augusto permiso para volver a Roma, pero le fue denegado. Probablemente Augusto pensaba que si Tiberio hubiera ejercido dignamente su papel de marido, no se habría visto obligado a desterrar a su hija. En 2, a regañadientes y por la insistencia de su esposa, Augusto aceptó finalmente el regreso de Tiberio.
Sin embargo, los acontecimientos iban a favorecer los planes de Livia. Ese mismo año enfermó y murió Lucio Julio César, uno de los dos hijos de Julia y Agripa a los que Augusto había adoptado con vistas a la sucesión. Su hermano Cayo, siendo todavía un adolescente, fue enviado a una misión de escasa importancia en Asia Menor, pero recibió una herida y murió en el viaje de vuelta, en 4. Contando la muerte de su sobrino Marcelo, ya eran tres los intentos frustrados de Augusto para designar un sucesor. Julia y Agripa habían tenido dos hijas más, Julia y Agripina, y un hijo, Agripa Póstumo, llamado así porque había nacido tras la muerte de su padre y a la sazón tenía quince años. Augusto decidió designarlo como sucesor, para lo cual lo adoptó. No obstante, Augusto tenía ya casi setenta años y comprendía que si le sorprendía la muerte en un plazo breve, sería un desastre que el Imperio quedara en manos de alguien tan joven, pues las viejas intrigas resurgirían inmediatamente. Por ello a Livia no le debió de costar mucho convencerlo para que finalmente adoptara  también a Tiberio, que se convirtió, por consiguiente, en Tiberio Julio César. No obstante, Augusto conservaba su astucia de siempre: Druso, el hermano de Tiberio, había tenido un hijo que había heredado el sobrenombre de su padre y era conocido como Druso Claudio Germánico. Tenía entonces dieciocho años, y Augusto obligó a Tiberio a adoptarlo, con lo que pasaba a ser Druso Julio César Germánico, al que no hay que confundir con su hermanastro de trece años, hijo de Tiberio y su primera esposa, que con la adopción de su padre entraba también en la familia Julia y pasaba a ser Druso Julio César, conocido también como Druso el Joven. La maniobra de Augusto abría la posibilidad de que la sucesión saltara directamente a Druso Germánico si no podía recaer en Agripa Póstumo.
En 5 el emperador de China era un niño llamado Pingdi, pero pronto fue envenenado por un ministro llamado Wang Mang, que logró hacerse con el poder gracias a la ayuda de la madre del difunto emperador.
Tiberio recuperó el mando de las legiones destacadas en Germania. Seguía siendo el brillante general que había sido antes de su destierro, y en 6 Germania estaba totalmente en calma, así que Augusto lo destinó a Panonia, donde las cosas no iban tan bien. En Germania puso a Publio Quintilio Varo, que había sido gobernador de Siria, más corrupto de lo que cabría esperar de un funcionario de Augusto.
Años atrás, Druso había derrotado en Germania a un pueblo emparentado con los suevos, los marcomanos, y algunos de sus miembros fueron llevados a Roma como rehenes. Entre ellos estaba un niño llamado Marobodo, que ahora regresó a su pueblo y lo guió en una migración hacia el sureste que lo llevó a establecerse entre el Danubio y el Elba, y allí formó un reino hostil a Roma.
Donde tampoco iban nada bien las cosas era en Judea. Augusto había recomendado a Herodes Arquelao que tratase suavemente a sus difíciles súbditos judíos, pero éste decidió gobernar con mano dura y mantener la ley a toda costa, así que los judíos, ya predispuestos en su contra por ser medio idumeo y medio samaritano, lo odiaron más encarnizadamente que a su padre y no cesaron de enviar embajadas a Roma solicitando que fuera destituido. Finalmente, Augusto consideró que era la mejor opción, Herodes Arquelao fue destituido y se retiró de la política, mientras Judea era gobernada por un procurador, que era el nombre que recibía el gobernador de una parte de una provincia. En efecto, Herodes Antipas se las arregló mejor en Galilea para evitar enfrentamientos con sus súbditos, por lo que pudo conservar el poder. El único motivo de tensión fue su decisión de divorciarse de su esposa (hija del rey nabateo) para casarse con Herodías, hija de Aristóbulo, uno de los hijos ejecutados por Herodes. Herodías estaba casada con su tío Herodes Filipo (el tetrarca), con quien había tenido una hija llamada Salomé, pero decidió abandonar a su esposo y casarse con su otro tío Herodes Antipas. En realidad era medio sobrina de ambos, pues Aristóbulo, Herodes Filipo y Herodes Antipas sólo eran hermanos por parte de padre. No obstante, para los judíos más conservadores ese matrimonio era un incesto.
En 6 el rey parto Fraates V fue derrocado por su hermanastro Vonones I, que había sido educado en Roma como rehén y contaba con el respaldo de Augusto.
En 7 quedó patente que Agripa Póstumo era deficiente mental, así que Augusto revocó la adopción. Para tratar de que se olvidara la mala imagen que había dado el "sucesor", Augusto lo confinó en una isla, lejos de Roma. Ahora los más firmes candidatos a la sucesión eran Tiberio y su hijo adoptivo Germánico.
Augusto consideró que Tiberio había dejado a Germania lista para ser convertida en provincia romana, así se lo comunicó a Varo, que emprendió la tarea con arrogancia y sin ningún tacto, lo que pronto provocó la rebelión de los germanos.
En 8 Augusto tuvo que hacer frente a un nuevo escándalo en Roma. Esta vez lo provocó su nieta Julia, que seguía los pasos de su madre y, pese a estar casada con Lucio Emilio Paulo, fue sorprendida en un romance con el poeta Ovidio, que le cantó con el nombre de Corina. Parece ser que entre ambos hubo algo más que cantos, pues ambos fueron desterrados (a lugares distintos, naturalmente). Ovidio no caía bien a Augusto, pues su poesía distaba mucho del programa moralizante que habían seguido otros autores, como Horacio, Virgilio o Tito Livio destinado a promover las antiguas virtudes romanas entre la ciudadanía. La obra más famosa de Ovidio son sus Metamorfosis, donde narra algunos de los mitos griegos más conocidos y en la que se relatan toda suerte de amoríos, infidelidades, raptos, etc. entre dioses y mortales. Nada que hoy en día no suene normal, pero suficiente para escandalizar a Augusto, que era bastante puritano. El caso es que Ovidio terminó en la desembocadura del Danubio y nunca pudo regresar a Roma, pese a sus famosas Tristes, con las que en vano trató de conmover al emperador.
Entre tanto los germanos encontraron un líder de veinticinco años llamado Hermann. Su pueblo eran los queruscos. Había sido llevado como rehén a Roma, donde aprendió latín, terminó enrolado en el ejército y llegó a conseguir la ciudadanía romana. Es más conocido en la historia por la versión latina de su nombre: Arminio.
Arminio no se enfrentó directamente a Varo, sino que durante un tiempo realizó un doble juego. Se ganó la confianza de Varo y finalmente en 9 lo persuadió para que abandonase la segura frontera del Rin e instalase su campamento en el interior de Germania, hacia donde vivían los queruscos. Luego organizó una pequeña revuelta para atraer a Varo aún más lejos, en los bosques, mientras él mismo lo seguía con un contingente germano (supuestamente leal) como retaguardia. Cuando Varo llegó a la región conocida como Teutoburger Wald, a unos 130 kilómetros al este del Rin, sin saberlo estaba totalmente rodeado por insurrectos germanos, que, tras tres días de violentos combates, terminaron por exterminar a Varo y las tres legiones que tenía a su cargo.
Augusto no podía reconstruir las tres legiones sin imponer una inaceptable carga fiscal al Imperio, así que durante un tiempo las veintiocho legiones romanas se vieron reducidas a veinticinco. Se dice que Augusto pasó un tiempo desesperado gritando en su palacio: "¡Varo, Varo, devuélveme mis legiones!" Pero Varo había muerto con sus hombres. Tiberio y Germánico fueron enviados inmediatamente al Rin para evitar que los germanos invadieran la Galia.
Mientras tanto, el usurpador Wang Mang se proclamó emperador de China, fundador de la nueva dinastía Xin, tras lo cual inició una serie de reformas. El estado seguía siendo el único propietario del suelo, pero las tierras fueron redistribuidas. Se limitó la esclavitud y se fijaron precios máximos para los productos. El estado se convirtió en un acreedor despiadado, lo que llevó a una disminución del nivel de vida de los campesinos.
En 10 la actitud del rey parto Vonones I, tan servil hacia Roma, provocó una rebelión nacionalista encabezada por el gobernador de Media, que se convirtió en el nuevo rey, con el nombre de Artabán III.
En 11 Tiberio y Germánico estuvieron en condiciones de iniciar nuevas campañas en Germania, para dejar claro a los germanos (y a los romanos) que la derrota de Teutoburger Wald había sido un hecho aislado. Germánico se casó con Agripina, la hija de Agripa y Julia y hermana de la otra Julia, la cual seguía en el destierro. Tuvieron nueve hijos. En 13 Tiberio dejó a Germánico al mando y volvió a Roma.
En 14 Augusto agonizaba en el lecho, a sus setenta y siete años de edad. Había reinado durante cuarenta y tres. Dicen que sus últimas palabras fueron: "¿Creéis que he representado bien mi papel en la vida? Si es así, aplaudid." Tiberio se encontraba fuera de la ciudad, a punto de partir hacia Dalmacia, pero Livia le envió mensajeros con instrucciones, y al recibirlos se puso inmediatamente al mando del ejército y regresó a Roma para asumir el cargo de emperador. Al igual que había hecho Augusto, ofreció al Senado la posibilidad de restaurar la República, pero tanto él como el Senado sabían que no había más opción que rechazar la oferta, de modo que Tiberio recibió del Senado los poderes de Augusto y así la figura del emperador dejó de ser una figura excepcional, vinculada a Augusto, para adquirir carácter estable. De todos modos, por si acaso, Tiberio se apresuró a ejecutar a Julia, la hija de Augusto y a Agripa Póstumo. Tras su muerte, Augusto recibió honores divinos, con lo que se consolidó definitivamente el llamado Culto Imperial, por el cual el emperador romano era considerado un dios a todos los efectos.
Tiberio no tardó en tomar firmemente las riendas del poder. Incrementó la vigilancia sobre los gobernantes de las provincias para castigar la apropiación indebida de impuestos. Por algún motivo, Tiberio llamó a Roma al rey Arquelao de Capadocia, donde fue encarcelado. Inmediatamente después de la muerte de Augusto las legiones del Rin y del Danubio se amotinaron pidiendo más paga y menos horas de servicio. Tiberio envió a su hijo Druso el Joven al Danubio y a Germánico al Rin, y ambos se las arreglaron para resolver la situación con diplomacia (y aumentando la paga). Para mantener a los soldados ocupados Germánico dio un nuevo impulso a las campañas contra los germanos. En 16 los queruscos de Arminio fueron derrotados y Germánico recuperó los pendones de las legiones de Varo, pero Arminio logró huir. Intentó que los germanos lo proclamaran rey, pero lo que hicieron fue envenenarlo.
Aunque la posición de Roma en Germania volvía a ser favorable, Tiberio decidió que no merecía la pena mantener la ocupación: era tentar al destino, pues los germanos podían obtener una segunda victoria y ello podría acrecentarlos para invadir la Galia. Para evitar esta posibilidad ordenó a Germánico que se retirara al Rin y cuando la frontera estuvo firmemente establecida en el curso del río lo envió al Este, a ocuparse de las eternas disputas con los partos sobre Armenia. (No obstante, una estrecha franja de terreno entre la Galia y el Rin siguió siendo considerada territorio germánico gobernado por Roma, dividido en dos provincias: Germania Superior y Germania Inferior.)
En 17 Tiberio tuvo que hacer frente a una rebelión de los númidas, que decidieron luchar por su independencia a las órdenes de Tacfarinas, quien había servido en el ejército romano para luego desertar e iniciar la revuelta. El rey Arquelao de Capadocia murió en prisión, y su reino se convirtió en una nueva provincia romana.
También murieron Ovidio y Tito Livio. Éste llevaba escritos 142 libros, en los que narraba la historia de Roma desde su fundación hasta la muerte de Druso (el hermano de Tiberio). Su propia muerte le impidió llegar hasta la muerte de Augusto, que era lo que tenía planeado. La obra de Livio carece del rigor de los historiadores griegos. Al contrario, los hechos se presentan de forma muy novelada y están infestados de mitos y leyendas inverosímiles. Sólo sobreviven 35 de sus libros, más unos resúmenes del resto usados en las escuelas.
En 18 murió el rey Juba II de Mauritania (al que Augusto había casado con Cleopatra Selene) y el trono fue ocupado por su hijo, que recibió, como no, el nombre de Ptolomeo, conocido en la historia como Ptolomeo el Mauritano. Fue el último descendiente del general de Alejandro.
Tras la derrota de Varo, los germanos victoriosos supusieron una amenaza para otros pueblos germánicos, entre ellos los marcomanos, por lo que el rey Marobodo no tardó en reconciliarse con Roma. Sin embargo, en 19acabó siendo destronado por un rey vecino y tuvo que refugiarse en Ravena, en Italia, donde permaneció hasta su muerte.
Ese mismo año murió el derrocado rey parto Vonones I. Tres años antes había tenido que buscar refugio en Siria, donde acabó siendo un prisionero romano. Murió mientras intentaba escapar.
También murió Germánico, a sus treinta y cuatro años de edad. Tiberio no tenía el don de gentes de Augusto. Era muy eficiente y se tomó muy en serio las labores del gobierno, pero era taciturno, misántropo e introvertido. Mientras Augusto podía ir por las calles sin protección, Tiberio necesitaba una escolta. Despreciaba (probablemente con razón) a los senadores por su incompetencia, y no tardó en ganarse su enemistad. Los senadores difundieron el rumor de que Tiberio había envenenado a Germánico para que el Imperio pasara a manos de su hijo Druso el Joven. Parece ser que Agripina, la viuda de Germánico, así lo creyó.
La opinión pública consideró autor material del envenenamiento a Cneo Calpurnio Pisón, al que Tiberio pareció defender en un primer momento, pero luego lo abandonó a su suerte y fue condenado sin pruebas en 20.En realidad lo más probable es que Germánico muriera de alguna enfermedad.
En 21 un noble eduo llamado Julio Sacrovir encabezó un levantamiento de los galos, al que se le unió el trévero Julio Floro. Contaron con un importante ejército, pero mal equipado e insubordinado, y finalmente la revuelta fue aplastada por las legiones de Cayo Silio. Sacrovir se suicidó con sus principales compañeros.
Si hubo algo de cierto en que Tiberio pensó en dejar el Imperio a su hijo Druso, el caso fue que tuvo la misma suerte que Augusto con sus herederos, pues Druso el Joven murió en 23 a los treinta y ocho años. La muerte de su hijo afectó mucho al emperador, que empezó a buscar un hombre de confianza que pudiera encargarse del gobierno (a modo de primer ministro) y le permitiera retirarse de la vida política. Eligió a Lucio Elio Sejano,que a la sazón era el jefe de la guardia pretoriana (las tropas que Augusto había repartido por Italia a modo de policía). Sejano convenció a Tiberio de que reagrupara la guardia pretoriana en un campamento cercano a Roma. En general, Sejano se esforzó por aumentar el poder de Tiberio frente al Senado, lo que le granjeó, obviamente, la enemistad de los senadores.
Tiberio eligió como herederos a dos de los hijos que Germánico había tenido con Agripina: Nerón y Druso Julio César. Dos años antes, Nerón se había casado con Julia, hija del recientemente fallecido Druso y, por lo tanto, nieta de Tiberio.
Mientras tanto, en China se produjeron numerosos levantamientos de campesinos que terminaron derrocando a Wang Mang y restaurando la dinastía Han. El poder pasó a un miembro de la dinastía llamado Liu Xiu, pero que al subir al trono cambió su nombre por el de Huang Wudi. Una de sus primeras decisiones fue trasladar la capital hacia el este, a Luoyang, por lo que los historiadores distinguen entre los Han occidentales (oanteriores) y los Han orientales (o posteriores) para referirse a los emperadores que gobernaron antes y después de Wang Mang, respectivamente. El nuevo emperador inició un largo proceso de restauración del orden que propició el ascenso de la clase social de los mercaderes y de los notables, o grandes propietarios.
En 24 el procónsul Publio Cornelio Dolabela puso fin a la rebelión de Tacfarinas en Numidia con una sangrienta batalla.
www.un.es/ivorra/Historia/Indice.htm
Revisión textual y foto selecta: Alfonso Gil

TEMAS MUSICALES... 4

Temas geniales de Mozart

Mozart es, sin duda, uno de los compositores más admirados por el público melómano. Y no le falta razón. La preponderancia melódica, la jovialidad, la perfección formal y el dominio de todos los géneros musicales le hacen merecedor de todo elogio. Te ofrezco algunos ejemplos inmortales de su diversa temática:
Obertura de las Bodas de Fígaro
Concierto para piano n. 20
Sinfonía n. 40

Sonata para violín y piano K. 304

Aria de la Reina de la noche

Selección del Requiem

Alfonso Gil

viernes, 28 de octubre de 2016

PERSONAJES DE LA BIBLIA... 46

Caifás

Según Flavio Josefo (Antiquitates, XVIII, IV, 3), Caifás fue nombrado sumo sacerdote de los judíos por el procurador romano Valerio Grato, el predecesor de Poncio Pilato, alrededor del año 18 d.C. (Ant. XVIII, II, 2), y removido del puesto por el procurador Vitelio, poco después que éste se hizo cargo de los asuntos de Palestina, 36 d.C. (Ant., XVIII, IV, 3). Durante este período el famoso Anás, suegro de Caifás (Juan18,13), quien había sido sumo sacerdote de 6 a 15 d.C., continuó ejerciendo una influencia controladora sobre los asuntos judíos, como hacía cuando sus propios hijos ocupaban la posición. Esto explica la bastante misteriosa expresión de Lc. 3,2, epi archiereos Anna kai Kaiapha (durante el sumo sacerdocio de Anás y Caifás; cf. Hch. 4,6). Ciertamente Caifás era el único sumo sacerdote oficial en el tiempo a que se refiere San Lucas, al comienzo de la vida pública de Jesucristo; pero Anás todavía tenía su título anterior y una buena parte de su autoridad anterior. El rol que se le asigna en el juicio de Cristo en Juan 18 señala a la misma influencia continua. En las medidas tomadas por las autoridades judías para deshacerse de Jesús, Caifás ciertamente tuvo la parte más deshonrosa.
Luego de la resurrección de Lázaro, los sacerdotes y fariseos sostuvieron un concilio para determinar que se haría en vista de los signos manifiestos del profeta de Nazaret y para considerar los daños resultantes para el país. Las palabras de Caifás, sumo sacerdote para ese año, aparecen en San Juan: “Vosotros no sabéis nada, ni caéis en la cuenta que os conviene que muera uno sólo por el pueblo y no perezca toda la nación.” (Jn. 11,49-50). Muestran un desprecio por los demás, y una determinación de deshacerse de este hombre que les desagradaba, sin considerar la justicia de su causa. Pero mientras vemos en la declaración de Caifás la manifestación de sentimientos muy indignos, San Juan nos advierte que eran proféticos. El sumo sacerdote expresó de modo impactante el significado de los sufrimientos del Hombre-Dios (Juan 11,51-52), aunque él no se percatara del significado pleno de estas misteriosas palabras. Al resolver el asunto de la muerte de Jesús, se usaron los medios más inescrupulosos para realizarla, y Caifás es mayormente el culpable. La reunión pactada por los príncipes de los sacerdotes y los ancianos del pueblo, “para prender a Jesús con engaño” se realizó en la casa de Caifás (Mt. 26,3-5). La colina al sur de Jerusalén donde dice la tradición que estaba esta casa es llamada la “Colina del Mal Consejo”. Como sumo sacerdote, Caifás era el líder oficial del Sanedrín y por lo tanto responsable por la parodia del juicio a que las autoridades judías sometieron a Cristo, antes de entregarlo a Pilato y de agitar a la gente para que pidieran su muerte.
Luego de la muerte de Jesús, Caifás continuó persiguiendo a sus seguidores. Cuando San Pedro y San Juan fueron traídos ante el consejo después de la cura del cojo en la Puerta Hermosa del Templo(Hechos 4,6 ss), Caifás era todavía sumo sacerdote, pues fue removido en el año 36 ó 37 d.C. Podemos decir con casi igual certeza que él era el sumo sacerdote ante quien compareció San Esteban (Hch. 7,1), y que fue de él que Saulo obtuvo cartas autorizándolo a traer a Jerusalén los cristianos de Damasco (Hch. 9,1-2). En un tiempo cuando los sumos sacerdotes eran nombrados y removidos por los oficiales de Roma, y cuando la principal cualidad requerida parece haber sido el servilismo, no hay que extrañar que Caifás gozara de su favor por tanto tiempo. Josefo menciona su reinado en conexión con una serie de actos de Vitelio que le eran agradables a los judíos. No se nos dice qué fue de él luego de su deposición.

Fuente: Reilly, Wendell. "Joseph Caiphas." The Catholic Encyclopedia. Vol. 3. New York: Robert Appleton Company, 1908. <http://www.newadvent.org/cathen/03143b.htm>.
Traducido por Luz María Hernández Medina
Revisión textual y foto selecta: Alfonso Gil

TÍPICA ESPAÑOLA... 3

Gigantes y Cabezudos

Es una zarzuela del maestro Manuel Fernández Caballero, nacido en 1835 y muerto en 1906, con libreto de Miguel Echegaray y Eizaguirre. Está escrita en un Acto con tres Cuadros. Y el argumento dice así: 
Estamos en el mercado de Zaragoza. Pilar, bella mañica, acaba de discutir con una verdulera. Tras la intervención disuasoria del sargento municipal, muestra a éste una carta de su novio Jesús, que está en la guerra de Cuba. El sargento, que también está enamorado de Pilar, le lee la carta inventándose que el dichoso soldado Jesús se ha casado en Cuba. Pero, un día, regresa de Cuba con sus compañeros. Se ve con su amigo sargento, y éste vuelve a mentir al soldado diciendo que Pilar se ha casado.
Lo demás debes comprobarlo tú mismo.

Alfonso Gil

ASPECTOS MORALES DE LA EXISTENCIA... 2

El Bautismo

- Es, en primer lugar, el sacramento de la fe: la supone y tiene como fin introducir en la fe total. Incorpora al creyente a Cristo. Decía san Cipriano, Padre de la Iglesia, que los sacramentos y la fe eran los elementos fundamentales del depósito de la tradición que Cristo ha confiado a su Iglesia. Y otro Padre de la Iglesia, san Gregorio de Niza afirmaba que el Bautismo no produce su efecto sin una estricta fe cristiana. San Agustín subraya claramente que sólo la fe vivida en la Iglesia permite recibir la gracia del sacramento.
- Los Padres del siglo IV subrayan cómo el Bautismo es una expresión objetiva de la fe de la Iglesia en relación con la Trinidad y la resurrección de Cristo. Ello supone la renuncia a Satanás. "Como fue puesto en fuga por Cristo, luz primera, así se retira vencido de quienes han sido iluminados por Él. Tal es el beneficio que reporta el baño bautismal a quienes reconocen su poder" (San Gregorio Nazianceno).
- La reflexión teológica parte de un texto paulino: "Ignoráis que cuantos fuimos bautizados en Cristo Jesús, fuimos bautizados en su muerte? Para que como Cristo fue resucitado de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros caminemos en nuestra vida" (Rom. 6). Es decir, la muerte física de Cristo mira a su resurrección. El bautizado, configurado a la muerte de Cristo, es totalmente solidario con el destino entero de Cristo. Y ese acontecimiento real se realiza en el Bautismo. De manera que el camino en Cristo resulta posible, real y necesario.
- Ahora viene lo sublime: El Hijo envuelve a los bautizados en la relación que lo define como Hijo, en su relación con el Padre. Los acoge como hermanos. Nacidos a una misma Filiación, los bautizados nacen también a la vida fraterna en la Iglesia. Ligado al Hijo y al Padre en el Espíritu, todo hijo de Dios es íntimamente solidario con cuantos viven las mismas relaciones vitales. El Hijo asocia al bautizado a su propia filiación y el Padre prolonga su paternidad sobre él en el Espíritu Santo. El mismo Espíritu da testimonio juntamente con nuestro espíritu de que somos hijos de Dios. Tal es la estructura sólida e indestructible del ser y de la vida de los bautizados.
- La vida cristiana es, por tanto, esencialmente una vida de amor filial y fraterno. El bautizado ha muerto, pero debe morir cada día, crucificando al hombre viejo para que pueda vivir el hombre nuevo. Ese es el carácter dramático y hermoso de la vida cristiana. El bautizado se halla en una situación paradójica: está todavía en el mundo, pero ya no es del mundo. Está condicionado en los límites de espacio y tiempo, y, sin embargo, ha entrado ya en el mundo de la resurrección definitiva.

Alfonso Gil

ÉPOCAS MUSICALES... 2

Los hijos de Bach

Johann Christian Bach nace en Leipzig, en 1735, y fallece en Londres el 1 de enero de 1782.
Se le considera el "Bach inglés". A la edad de 20 años marcha a Italia, siendo discípulo del Padre Martini, en Bolonia. Converso al catolicismo, fue organista de la catedral de Milán en 1760. De hechos sus composiciones tiene un fuerte sabor litúrgico. En 1762 ya estaba en Londres, donde compuso diversas óperas italianas. Sus sinfonías contemporizaron con las de Haydn, influyendo igualmente en el clasicismo. He aquí una muestra:

Carl Philipp Emanuel Bach nace en Weimar el 8 de marzo de 1714 y muere en Hamburgo el 14 de diciembre de 1788. Es un compositor del período preclásico e importantísimo por sus magníficas obras. Estudió leyes en Frankfurt hacia 1735. En 1740 era instrumentista de clave en la corte de Federico II de Prusia. Entre sus muchas composiciones, se hallan un Magnificat y 22 Pasiones. Tiene una influencia evidente en Haydn, Mozart y Beethoven. He aquí un bello ejemplo de sus sinfonismo:
Sinfonía n. 1 en Re mayor


Wilhelm Friedrich Bach nace en Weimar el 22 de noviembre de 1710 y fallece en Berlín el 1 de julio de 1784. Su música está en la transición del Barroco al Rococó. Siguiendo las instrucciones de su padre, se matriculó en la Universidad de Leipzig en 1729. En 1733 era organista en la Iglesia de Santa Sofía de Dresde. En 1774 ya estaba en Berlín, donde compuso muchas de sus obras, cuyo estilo es modélico en cuanto a la melodía, armonía y ritmo. He aquí un ejemplo sinfónico:



Alfonso Gil


jueves, 27 de octubre de 2016

CANCIONERO MUDO... 1

Cancionero mudo

Quiero justificar ese título a un trabajo que iré desarrollando poco a poco. En realidad, podría titularlo "Evangelio desmenuzado" o "Evangelio masticado". Pero no está mal que lo llame "cancionero", pues, en realidad, cada frase, cada versículo del Evangelio es para mí como una canción. Y le llamo "mudo", porque estoy convencido de que es en la intimidad y soledad del alma donde puede percibirse un tal mensaje, tan interpelante al tiempo que misericordioso, y eso sólo se percibe en el total silencio.
He escogido esa bella cerámica del diálogo de Jesús con la mujer samaritana, y cada vez que continuemos leyendo y comentando las palabras evangélicas, procuraré buscar una imagen que de alguna manera ayude a esa meditación o estudio que vamos a emprender a partir de ¡ya!
Estoy convencido que el sagrado texto no dice lo mismo a todos por igual. De manera que sería muy pretencioso, por mi parte, pensar que lo que a mí me dice te lo dice a ti. Pero si me sincero diciendo lo que a mí me dice, es posible que te ayude a tener una lucecita más en la comprensión del texto que nos ocupe. Y viceversa.
Algunas personas que me conocen años ha siempre me dicen que por qué no plasmo mi pensamiento en materia tan importante, sobre todo pensando en la utilidad para la vida. Y no me gustaría morir antes de haber prestado este servicio a quienes tan bien me han querido siempre. Con la ayuda de Dios todo esto será posible, una vez más.

Alfonso Gil 

GENIOS DEL PENTAGRAMA... 2

Johann Sebastian Bach

Suites orquestales n. 1 y 2

Un crítico musical, que ha permanecido en el anonimato, escribió que la "suite" era, ya en tiempos de Bach, siglo XVII, un género musical antiguo, una adaptación sofisticada de las danzas populares que en el Renacimiento alcanzaron la dignidad de "danzas de corte".
Bach escribió cuatro suites para orquesta cuando tenía alrededor de los 30 años de edad. Estas dos suites están escritas al estilo francés, con una obertura solemne y una sucesión de danzas. La primera, en do mayor, muestra al austero Bach, que mezcla la perfecta elegancia con un refrescante sentido del humor. La segunda suite, en si menor, incluye un instrumento solista, la flauta travesera, con pasajes de un virtuosismo inusual para la época bachiana.
Dos joyas de primera categoría en la música de cámara de todos los tiempos, que muestran a un Bach sutil, irónico, amable, refinado y sentimental.

Alfonso Gil




miércoles, 26 de octubre de 2016

LECCIONES DE COSAS... 1

Rege Carolo Tertio

En la Puerta de Alcalá, de Madrid, levantada en 1778, está puesta esta inscripción, que hace referencia al tiempo de Carlos III. En realidad, se trata de un "ablativo absoluto" que puede traducirse así: "Siendo rey Carlos III". En un castellano más libre podríamos decir: "En tiempos de Carlos III". Hasta incluso "por orden de Carlos III", o "reinando Carlos III".
Pero ¿qué es un ablativo absoluto? Digamos que es aquella palabra o palabras que, por estar en ablativo y sin preposición, tienen significado oracional propio, como si se tratara de un paréntesis que, puesto o quitado, en nada alteraría el desarrollo literario de un texto más largo, en el que suele incluirse.
El "ablativo" es el último caso de cualquier declinación latina. En este caso, "Rege" lo sería de la Tercera Declinación, "Carolo" de la Segunda Declinación y "Tertio", igualmente, también de la Segunda Declinación y concertando con "Carolo". Naturalmente, en la inscripción pone en números romanos "III", pero al pronunciarse hay que decir "Tertio", es decir, "tercero".
Si declinamos en singular la palabra latina Rex, tendríamos este proceso: REX
                                                                                                         REGIS
                                                                                                         REGI
                                                                                                         REGEM
                                                                                                         REX
                                                                                                         REGE. 
Es decir: El o un Rey (nominativo)
                    del Rey (genitivo)
              Para el Rey (dativo)
                     Al Rey (acusativo)
                         Rey (vocativo)
Y ahora vendría el "ablativo" con todas sus posibles preposiciones. Lo mismo, si declinamos por la Segunda las palabras "Carolo" y Tertio". Sería algo así: Carolus Tertius
                                                                                Caroli    Tertii
                                                                                Carolo   Tertio
                                                                                Carolum Tertium
                                                                                Carole    Tertie
                                                                                Carolo   Tertio
En latín hay muchos Ablativos Absolutos. Por cierto, la palabra "absoluto" tiene sentido de "suelto", "aislado", "solo"... Término que, en español, aplicamos, por ejemplo, a Monarquía Absoluta, Mayoría Absoluta, Silencio Absoluto, Verdad Absoluta, etc...

Alfonso Gil                                                                            

lunes, 24 de octubre de 2016

MAESTROS INOLVIDABLES... 3

 George Friedrich Haendel

Conciertos para órgano

Haendel nace en 1685 y muere en 1759.
Compositor alemán, nacionalizado inglés, fue uno de los grandes maestros de la época barroca.
Formado musicalmente en Alemania, fue a los 21 años a Italia, donde encontró un nuevo camino de expresión musical, cosechando éxitos como organista y compositor de óperas.
En 1710 marcha a Inglaterra, que sería su residencia definitiva y en donde compuso sus mejores obras. A partir de 1739 compondría sus "conciertos para órgano". Suelen tener forma tripartita.
Alfonso Gil

ESPAÑOLEANDO... 1

José de Acosta

Nació en Medina del Campo, en 1539, y falleció en Salamanca el 15 de febrero de 1600.
Jesuita teólogo y misionero en el Nuevo Mundo, es conocido por su Historia natural y moral de las Indias. Sus trabajos marcan el límite de la incorporación de lo religioso y científico en la cultura americana.
Acosta se hizo jesuita en 1551 y marchó a Perú en 1571. Fue Provincial de su orden entre 1576 y 1581. Miembro del Sínodo de Perú de 1582, dejó escrito un Catecismo en lengua indígena, que fue la primera publicación escrita de aquel país.
Vuelve a España en 1587, donde escribe la primera obra citada en este comentario, y donde se muestra con detalle y geografía y naturaleza de Méjico y Perú, incluyendo instituciones religiosas y políticas de dichos países. Acosta se opuso a Claudio Acquaviva, general de los jesuitas. Reformador jesuítico en los años 1592 y 1593, asumió ser superior en Valladolid, en 1594, y rector de los jesuitas de Salamanca en 1598, hasta su muerte. Acosta escribió un trabajo sobre De procuranda indorum salute, en 1588, en que hace un examen sistemático de los problemas del Nuevo Mundo.

domingo, 23 de octubre de 2016

COMPOSITORES DE AYER... 3

Héctor Berlioz

Sinfonía Fantástica, op. 14
(Episodio de la vida de un artista)

Berlioz nace en 1803 y fallece en 1869. Es un compositor francés, considerado como una de las principales figuras del "romanticismo galo". Se relacionó con artistas románticos como Victor Hugo y Delacrois, y se dedicó por completo a la música, sensible y de gran expresión dramática. 
La Sinfonía Fantástica fue escrita en 1830 y se estrenó a finales de ese año. Su argumento trata de un joven músico de sensibilidad enfermiza y ardiente imaginación, que se envenena con opio en un acceso de desesperación amorosa. Como no logra matarlo, le sume en un sueño con extrañas visiones, que su cerebro traduce en imágenes musicales, incluida la de la mujer amada, reflejada en una melodía que aparece por todas partes.
Primer movimiento: Sueños y pasiones.
Empieza con un largo "do menor" que crea la atmósfera melancólica y que se articula en cuatro secciones de contraste para describir sus altibajos emocionales.
Segundo movimiento: Baile.
Es el encuentro con la amada en una brillante fiesta.
Tercer movimiento: Escena campestre.
Noche estival en el campo, con dos pastores en dúo melódico y un "adagio" de aparente calma. Hasta que la amada acude a sus atormentados pensamientos, y se genera un clima de misterio.
Cuarto movimiento: Marcha hacia el suplicio.
Piensa que ha matado a su amada y ha sido condenado a muerte. Acordes de marcha con sordo ruido de pesados pasos hacia sonoridades explosivas. El último pensamiento amoroso lo interrumpe la guillotina.
Quinto movimiento: Sueño de una noche de aquelarre.
Brujos y monstruos en su funeral. Inquietante "larguetto" evocador. La "ronde du sabbat" y el "dies irae" se alternan hasta un final de delirio.

Alfonso Gil

jueves, 20 de octubre de 2016

CURSO CATEQUÉTICO... 1

¿Catequesis o Pedagogía religiosa?

Cuando yo preparaba mi licenciatura en teología, en la rama de ciencias catequéticas, dábamos una asignatura de Pedagogía Religiosa, según el libro del mismo profesor, Pascual Maymí, Hermano de la Salle. De él aprendí las dos dimensiones de la pedagogía catequética, a saber, la pedagógica y la teológica. Y nos recalcaba que dicha pedagogía catequética rebasa los niveles nocionales, porque no se queda en la teoría y, sobre todo, porque es diálogo y relación.
La dimensión teológica tenía un punto común de partida, y era triple: que la actualización de la misión de la Iglesia constituye la actividad pastoral, que la pastoral de la palabra o profética tiene que transmitir, proclamar y actualizar, bajo la guía del Espíritu, la palabra de Dios, y que, por tanto, el término CATEQUESIS se relaciona con la pastoral de la palabra, juntamente con la preevangelización, la evangelización y la homilía.
Llamaba el profesor "diversificaciones múltiples" al hecho de que la teología se puede enfocar cargando el acento en el pasado y en lo totalmente objetivo, esencial, válido siempre y necesariamente. Y también que una teología para el hombre de hoy se puede entender de manera muy distinta, es decir, como transigencia o como exigencia. Y es más: que esta misma exigencia de la teología tendrá sentido más o menos profundo según el concepto que se tenga de Revelación, o según la relación teológica que se establezca entre lo "sagrado" y lo "profano". Otra de las "diversificaciones" era que las ciencias humanas están planteando, a cierto tipo de teología, una serie de interrogantes cada vez más profundos y turbadores sobre una pretendida objetividad e intemporalidad. Y concluía diciendo que hay que revisar las viejas posiciones sobre la relación que existe entre la filosofía y las ciencias humanas, por una parte, y la teología, por otra. La Biblia misma, decía, es una prueba viva de que el lenguaje de la fe está profundamente enraizado en el lenguaje del mundo.
Respecto a la dimensión pedagógica, tomé nota de que la pedagogía es la ciencia y el arte de la educación, entendiendo por ésta el progreso del educando hacia una perfección que no tenía antes. En este sentido, hoy se tiende a humanizar el sistema educativo, adaptándose y creativándose como respuesta al cambio creciente. También se tiende a una formación permanente y que ésta comprometa al hombre. Todo ello obliga a tener en cuenta algunos puntos importantes: la "no directividad", la "dinámica de grupos", la "educación personalizada", el "replanteamiento del sentido de centro educativo".
Ahora bien, toda actividad pastoral es teándrica, pues es acción de Dios y de los hombres. Esto supone una clara noción de lo "cristiano" y de la "acción humana". Y es, por eso, que la relación entre teología y pedagogía se complica. A nadie se le escapa que la Catequesis atraviesa un período de crisis y de cambio. Se precisa una situación radicalmente nueva y esencialmente dinámica. Y ello nos hace dar paso a un tercer elemento: la psicología.
A este respecto, la Iglesia admite la existencia de cambios profundos en el hombre y en la sociedad. Nuestra visión de la fe, de la Iglesia... depende de una determinada antropología y sociología. Por ello, la Catequesis encuentra a veces indiferencia u hostilidad, y eso perturba nuestra identidad y nuestra fe.
Resumiendo este tema introductorio: Lo más urgente no es cambiar de métodos sino de mentalidad. Pero no basta cambiar de ideas, hay que cambiar de estructuras: mantener estrecho contacto con la realidad, respetando su ritmo y sus riquezas peculiares. Y dar a la Catequesis una dimensión profética, no poniéndola al servicio del "statu quo" o de las seguridades antiguas. En esto, el catequista es, debe ser, la pieza clave, con un programa tan fácil de tratar como difícil de cumplir: vivir la espiritualidad del éxodo.

Alfonso Gil

miércoles, 19 de octubre de 2016

MÚSICA DEL BARROCO... 3

Marais, D´Anglebert y Forqueray

Tres compositores franceses de los siglos XVII y XVIII al servicio del Rey en Versalles. Gracias a ellos se adoptó el modelo francés de la Suite. Escriben "preludios" no medidos, según la técnica divulgada en Francia en el siglo XVII, diríamos casi improvisados, pero cargados de lenguaje afectivo.
Marin Marais nace el 31 de marzo de 1656, en París, y allí fallece el 15 de agosto de 1728. Célebre virtuoso de la viola de gamba, escribe varios tratados sobre dicho instrumento. Entre sus óperas están Ariane et Bacchus, Alcyone y Sémélé.
Jean Henri D´Anglebert nace en 1635 y muere en 1691. Fue discípulo de Jacques Champion de Chambonnières y clavecinista como él en la corte francesa. Es más preciso en la ejecución rítmica.



Antoine Forqueray vino al mundo en 1625 y partió de él en 1745. Como compositor, no es tan prolífico como los anteriores, pero fue niño prodigio al que amparó tanto el rey Luis XIV como el Duque de Orleans. Su obra la publicó su propio hijo. Su estilo tiende hacia lo italiano.
Alfonso Gil

ESPIRITUALIDAD... 23

La mentira

Continuamos escuchando a san Doroteo de Gaza.
- Hace falta mucha vigilancia para no dejarse sorprender por la mentira. Pues ningún mentiroso está unido a Dios; la mentira es extraña a Dios. Si queremos realmente ser salvados, debemos amar la verdad con todas nuestras fuerzas y con todo nuestro ardor, cuidándonos de toda mentira, para no ser separados de la verdad y de la vida.
- Hay tres formas diferentes de mentir: con el pensamiento, con la palabra o con la vida misma. Miente con el pensamiento aquel que acepta las sospechas. El que miente con el pensamiento no se basa en la verdad, sino en conjeturas. De ahí salen las curiosidades indiscretas, las murmuraciones, el hábito de estar a la escucha, de discutir, de juzgar.
- Nunca te fíes de tus sospechas, porque una regla torcida tuerce incluso lo que es derecho. Son tan perjudiciales que a la larga nos llegan a persuadir y a hacernos creer como evidentes cosas que ni existen ni existieron nunca. No hay cosa más dañina que la sospecha.
- No hay nada que aleje tanto al hombre de la preocupación por sus propios pecados, haciendo que se ocupe constantemente de aquello que no le incumbe. La sospecha está llena de malicia y no deja el alma en paz. Y esto es mentir con el pensamiento.
- Todo pecado tiene su origen en el amor al placer, en el amor al dinero o en la vanagloria. La mentira proviene igualmente de esas tres pasiones. 
- Miente con su vida el libertino que se precia de casto; el avaro que habla de limosnas y elogia la caridad, o también el orgulloso que admira la humildad. Ninguna maldad, ninguna herejía, ni el mismo diablo podrá engañar si no es simulando virtud.

Alfonso Gil 

CONCIERTOS ALFONSINOS N. 139

Para cerrar el estuche

De SHOSTAKOVICH, Concertino para dos pianos. Gracia y soltura, aquí demostradas.

En la interpretación del Trío de cuerdas de Lieja, está en esta cinta el Trío de cuerda op. 49 de BOURGUIGNON.
Sonata para guitarra y continuo n. 4, EN Re menor, de GEMINIANI. 
Te Deum y Iubilate Deo, de HENRY PURCELL. El “Te Deum” es un himno a la Santísima Trinidad, que la liturgia católica utiliza en las grandes solemnidades o efemérides notables: canonizaciones, elecciones papales, nombramientos de obispos, congresos internacionales, clausura de sínodos o concilios, festividades varias, etc… 



Alfonso Gil

martes, 18 de octubre de 2016

GUÍAS DE AUDICIÓN... 46


GEORG FRIEDERICH HAENDEL

Música acuática, suie n. 3
Música para los reales fuegos artificiales
Concerto grosso en Do mayor
 –ALEXANDER-
Concierto n. 3 para oboe, cuerdas y bajo continuo en Sol menor

Haendel nace 1685 y muere 1759. En la noche del 19 de julio de 1717, el rey Jorge I de Inglaterra, acompañado de la Corte, va a realizar un paseo por el Támesis. El rey irá en una barcaza. La Corte, en otras. En medio, de una y otras la que portará a la orquesta con esta música de Haendel. De película. 

Años más tarde, en 1748, se van a celebrar unos festejos conmemorativos de la Paz de Aquisgrán. Una vez más, la música de Haendel amenizará la fiesta al aire libre. Esta vez, como los cohetes y el tronar de la pólvora apagaría el sonido de las cuerdas, Haendel hará esta música para solos instrumentos de viento. Gustaría tanto al personal, que el propio Haendel revisaría la partitura para añadirle las cuerdas, con vistas a hacerla pieza de concierto. 

Antes, el 25 de enero de 1736, con vistas a estrenarlo en el Coven Garden de Londres, compuso este Concerto Grosso.

Y mucho antes, 1703, Haendel había escrito este Concierto para oboe, joven como él, donde revela la influencia italiana, junto a la solidez, inspiración y fuerza melódica que el compositor posee.

Alfonso Gil

SEGUNDA ESTACIÓN

SEGUNDA ESTACIÓN

*

Y carga mi Jesús la cruz pesada 
de todas mis mentiras y pecados, 
y veo que sus pies están dañados 
y, de golpes, su cara profanada.

Sus ovejas, por miedo, en la majada. 
Va buscando corderos extraviados, 
que hoy gritan cual lobos alocados 
al paso del Pastor sin su manada.

Ahí va el Cordero inmaculado 
borrando los pecados mundanales 
con sangre que le mana a borbotones.

Con corazón aún empecatado: 
“Abre, Dios, para mí tus ventanales, 
bendíceme con todos tus perdones”.



Alfonso Gil González
Cehegín, 2013

GRANDES ÓPERAS... 3

Tannhäuser

Tannhäuser y el torneo poético del Wartburg (título original en alemán, Tannhäuser und der Sängerkrieg auf Wartburg) es una ópera en tres actos con música y libreto en alemán de Richard Wagner, basada en dos leyendas alemanas. Wagner utilizó principalmente dos historias que aparecen en la obra de Ludwig Bechstein, entre otras fuentes: una de ellas es la leyenda del caballero Tannhäuser y la otra es la llamada Der Sängerkrieg auf der Wartburg, es decir el «concurso de canto del Castillo de Wartburg». Los temas principales de la ópera son la lucha entre el amor sagrado y profano, y la redención a través del amor, tema dominante en gran parte de la obra de Wagner. Es la quinta ópera de Wagner. El libreto fue escrito entre 1842 y 1843 y la música entre 1843 y 1845.
Wagner dirigió el estreno en Dresde en 1845. 
En 1860 Wagner emprendió una revisión de la obra para su representación en París un año más tarde. 
En España se estrenó el 11 de febrero de 1887, en el Gran Teatre del Liceu de Barcelona, cantada en italiano y en la versión de París. 
El libreto de la ópera surge de la conjunción de tres leyendas medievales:
1. Tannhäuser, Venus y el Papa
La leyenda de Tannhäuser apareció por primera vez en el siglo XVI, en una canción que narra la historia de un caballero que había vagado por el mundo hasta llegar a Venusberg (en alemán montaña de Venus), el reino de la diosa del amor, Venus, donde disfruta de los placeres de aquel mundo secreto. Sin embargo, cansado de los placeres que le provee la diosa, se arrepiente y decide volver al mundo real. Venus intenta impedirlo, y Tannhäuser evoca a la Virgen María con lo cual regresa bruscamente al mundo real. Dispuesto a rehacer su vida, Tannhäuser hace una peregrinación a Roma para pedir el perdón de sus pecados, pero el Papa, escandalizado con su relato, le dice que su bastón reseco de madera se llenará de brotes antes de que Jesús perdone a un pecador como Tannhäuser. Amargado y desilusionado, Tannhäuser vuelve a Venusberg.
Poco después, el bastón del Papa se llena de brotes. El pontífice envía apresuradamente mensajeros que intentan encontrar a Tannhäuser y traerlo de regreso al Vaticano para que sea perdonado, pero el poeta ha desaparecido para siempre, y es el Papa quien es condenado.
2. El concurso de canto en Wartburg
El concurso de canto del segundo acto está inspirado en un hecho histórico. El Landgrave Hermann I Landgrave de Turingia, soberano de Turingia y conocido por su patrocinio de las artes, realizó una gran competencia artística en el castillo de Wartburg. Cinco de los trovadores iniciaron la competición de canto con alabanzas al Landgrave Hermann, pero Heinrich von Ofterdingen elogió a su maestro, el Duque Leopoldo. Los temperamentos se tornaron cada vez más agresivos y se decidió que el perdedor del concurso sería llevado a la muerte. Heinrich von Ofterdingen fue juzgado perdedor, pero pidió la protección de Sofía, la esposa del Landgrave, quien lanzó su manto sobre él, evitando que lo hiriesen.
3. Santa Elisabeth
Wagner también se inspiró en Santa Elisabeth, nuera del Landgrave Hermann.
Elisabeth enviudó a los 20 años, y dedicó su vida a las buenas acciones. Es conocida por su piedad, pureza y devoción por los pobres y enfermos. Wagner fundió la figura de Sofía, esposa del Landgrave que había protegido a Heinrich von Ofterdingen en el concurso de Wartburg, con el personaje de Santa Elisabeth.
En la ópera Elisabeth es la sobrina del Landgrave Hermann y objeto del amor de Tannhäuser.

Alfonso Gil

GRANDES TEMAS PARA ENTENDER AL HOMBRE... 60


EL AÑO CERO  

Los antiguos numeraban los años según sistemas muy diversos. Por ejemplo, los griegos usaban las olimpiadas, de modo que, para ellos, Pericles llegó al poder el segundo año de la septuagésimo séptima olimpiada(460 a.C.). En general los romanos no numeraban los años, sino que los indicaban nombrando los cónsules correspondientes. Así, el año 100 a.C. era el año en que fueron cónsules Cayo Mario y Lucio Valerio. No obstante, para aquellos casos en que una numeración correlativa era imprescindible, terminaron elaborando un sistema de datación que, teóricamente, comenzaba el año en que Rómulo fundó Roma. En este sistema, el año 100 a.C. era el año 653 a.u.c., donde las siglas a.u.c. significan ab urbe condita (desde la fundación de la ciudad). Importa poco si Rómulo existió o no y si, en caso afirmativo, fundó Roma o no el año 1 a.u.c. Lo importante es que los romanos usaban coherentemente este sistema, que, por razones obvias, pronto fue el más extendido en Europa.
En 532 d.C., Dionisio el Exiguo, un monje de origen sirio que vivía en un convento de Roma, matemático y teólogo, tras profundos estudios de la Biblia y de las fuentes históricas, llegó a la conclusión de que Jesucristo había nacido el 25 de diciembre del año 754 a.u.c., y propuso que dicho año fuera llamado 1 a.D. (anno Domini), es decir, el año 1 del Señor. El clero difundió rápidamente este sistema de datación, si bien su introducción oficial tuvo lugar en épocas muy distintas en cada país. Por ejemplo, Carlomagno decretó su uso el mismo año de su coronación, que, de 1554 a.u.c., pasó a ser el año 800 a.D.
Los eruditos siguieron usando el sistema a.u.c. para numerar los años hasta el 753 a.u.c. y, a partir de aquí, consideraban que empezaba la Era Cristiana, con lo que el año siguiente pasaba a ser 1 a.D. No fue hasta el siglo XVII que los historiadores empezaron a nombrar los años anteriores al 1 a.D. contando hacia atrás. Por aquellas fechas, el sistema de numeración arábigo estaba plenamente difundido y los matemáticos hacía mucho tiempo que manejaban con soltura los números negativos, pero parece ser que los historiadores no, lo que les llevó a cometer un crimen contra la Humanidad: impusieron la costumbre de que el año anterior al 1 a.D., esto es, el año 753 a.u.c., pasara a ser el año 1 antes de Cristo, en siglas 1 a.C., tras el cual venía el año 1 a.D o, equivalentemente, el año 1 d.C. (año 1 después de Cristo). Dicho así puede sonar razonable, pero el crimen queda patente si miramos la tabla de conversión resultante:

750 a.u.c - 4 a.C.   
751 a.u.c - 3 a.C.   
752 a.u.c - 2 a.C.   
753 a.u.c - 1 a.C.   
754 a.u.c - 1 d.C.   
755 a.u.c - 2 d.C.   
756 a.u.c - 3 d.C.   
757 a.u.c - 4 d.C.  
¡No hay año cero! Este atentado contra el álgebra elemental puede inducir a mil equívocos y errores a quien no sea consciente de sus múltiples consecuencias. Por ejemplo, si la temperatura pasa de 4 grados bajo cero a 4 grados sobre cero el aumento ha sido de 8 grados, pero entre el año 4 a.C. y el año 4 d.C. no han transcurrido 8 años, sino sólo 7 (porque falta el año 0), tal y como se ve claramente si pensamos que estamos hablando de los años 750 a.u.c. y 757 a.u.c.
Entre los errores más sonados a este respecto figura la celebración del bimilenario de Augusto. En efecto, todos los historiadores coinciden en que Augusto nació el año 63 a.C. Si hubiera año cero, el bismilenario se cumpliría el año -63+2000 = 1937, pero así hemos contado un año inexistente, luego nos falta uno más para tener los dos mil. La fecha correcta, es, pues, el año 1938. Sin embargo, Mussolini, en su campaña de exaltación de la Roma Imperial, celebró en 1937 el citado bismilenario, con toda la magnificencia y los faustos propios de la Italia de la época. Un profesor de la Universidad de Oxford, J.K. Fotheringam, hizo notar la equivocación, lo que suscitó rabiosas reacciones de la jerarquía fascista (que, por supuesto, se negó a reconocer el error). De hecho, era la tercera vez que los literatos, historiadores y políticos italianos metían la pata, pues lo mismo les había sucedido con los bismilenarios de Virgilio y Horacio (que se cumplían en 1931 y 1936, respectivamente, pero se celebraron también con un año de antelación, eso sí, más discretamente).
Recientemente, los principales beneficiarios de la sociedad de consumo fomentaron la incultura popular al propagar la peregrina idea de que el 1 de enero del año 2000 empezaban el siglo XXI y el tercer milenio de la Era Cristiana. El siglo I comprende los 100 primeros años de la Era Cristiana, de modo que abarca el periodo comprendido entre el 1 de enero de 1 d.C. y el 31 de diciembre de 100 d.C., por lo que el siglo II da comienzo el 1 de enero de 101 d.C., el siglo III da comienzo el 1 de enero de 201 d.C. y así, el siglo XXI empezó el 1 de enero de 2001. Igualmente, el primer milenio de la Era Cristiana comprende los mil primeros años, es decir, el periodo comprendido entre el 1 de enero de 1 d.C. y el 31 de diciembre de 1000 d.C., con lo que el segundo milenio comenzó el 1 de enero de 1001 d.C. y el tercer milenio comenzó el 1 de enero de 2001.
Notemos, en cambio, que el criterio es diferente para los siglos y milenios anteriores a Cristo. Igual que no hay año cero, tampoco hay siglo cero, de modo que el siglo I a.C. comprende los 100 años anteriores al 1 d.C., esto es, el periodo comprendido entre el 1 de enero de 100 a.C. y el 31 de diciembre de 1 a.C. Así, el siglo I a.C. empieza en el año 100 a.C. y  el siglo XX a.C. empieza en el año 2000 a.C.
Desgraciadamente, el sistema vigente de numeración de los años está tan extendido que intentar modificarlo introduciendo un año cero es prácticamente impensable.
Para terminar, al respecto de la teoría de Dionisio el Exiguo diremos que no es imposible que Jesucristo naciera el 25 de diciembre del año 754 a.u.c. (o 1 d.C.), pero, desde luego, no pudo ser así según la Biblia, pues ésta dice que Jesucristo nació durante el reinado de Herodes, el cual murió en el año 750 a.u.c. (4 a.C.) Por otra parte, Jesucristo murió el año 30 d.C., luego, si aceptamos la tradición de que murió a los 33 años, su nacimiento debió de producirse precisamente en 4 a.C. Ahora bien, del mismo modo que no importa si Rómulo fundó o no Roma el año 1 a.u.c., el hecho de que Jesucristo haya nacido o no el año 1 d.C. tampoco tiene ninguna relevancia.

Nota: He recibido un par de mensajes defendiendo la "lógica" de que no exista un año cero. Esencialmente, la idea es que el año 754 a.u.c. es el primer año de la Era Cristiana y el año 753 a.u.c. es el primer año anterior a la Era Cristiana, por lo que no hay lugar para un año cero. Ciertamente, es una forma coherente de concebir la situación, pero, tal y como hemos explicado, la coherencia se pierde en cuanto se intenta identificar los números que nombran los años con números enteros para aplicarles su aritmética.

Lo que afirmamos es que nadie con un conocimiento básico del álgebra elemental hubiera aplicado esa "lógica" para nombrar los años, sino que, en su lugar, habría usado esta otra: el año 754 a.u.c. es simplemente (aceptando los cálculos erróneos de Dionisio el Exiguo) "el año en que nació Cristo"; el año 755 a.u.c. es el primer año posterior al nacimiento de Cristo, el año en que Cristo celebró su primer cumpleaños, el año en que la Virgen María podía decir "ya hace un año que nació mi Hijo", y por ello podría haber sido considerado el primer año después de (el nacimiento de) Cristo (1 d.C.); similarmente, el año 756 a.u.c. hubiera podido ser considerado como el segundo año posterior a (el nacimiento de) Cristo, es decir, el año 2 d.C., y así sucesivamente; por otra parte, el año 753 a.u.c. podría haber sido considerado como el primer año anterior a (el año del nacimiento de) Cristo, el año en que los profetas podrían haber dicho "falta un año para que nazca Cristo" y, por lo tanto, llegaríamos al mismo número que ahora se le asigna: 1 a.C., y así sucesivamente. En estos términos, el año 754 a.u.c. no sería ni anterior ni posterior al año del nacimiento de Cristo. Ese año, ni faltaría ningún año para el nacimiento de Cristo ni pasaría ningún año desde el año del nacimiento de Cristo, por lo que le hubiera convenido el nombre de año 0. No 0 a.C. ni 0 d.C, igual que el número entero 0 no es ni +0 ni -0 (o admite ambos signos a la vez).

Esta concepción no es menos lógica que la anterior y tiene la ventaja de ser compatible con la aritmética. En estos términos, diríamos que el primer año de la Era Cristiana es el año 0 (sería absurdo hablar del año cero de la Era Cristiana), y ese desfase entre primer año y año 0 es el mismo que se da entre "primer año" y 1789 cuando ahora decimos que el primer año de la Edad Contemporánea es el año 1789: una cosa es el primer año de un periodo y otra cosa el número asignado a ese año, que bien podría haberse fijado de forma más sensata, tal y como acabamos de describir, como el número de años transcurridos (positivos o negativos) desde el nacimiento de Cristo.

Por otra parte, debemos reconocer que es injusto en parte atribuir la responsabilidad del desaguisado a los historiadores del siglo XVII, que se encontraron con que "el mal ya estaba hecho", pues el año que podría haber sido considerado de forma natural como año cero ya estaba inamoviblemente asentado como año 1 a.D., y hubiera resultado artificial llamar año cero al año anterior al nacimiento de Cristo. La "culpa", pues, recae sobre Dionisio el Exiguo, que a su vez podría argüir en su defensa que en su época se desconocía el número cero. Por otra parte, no es menos cierto que, si los matemáticos del siglo XVII hubieran sido aficionados a la historia, no habrían dudado un instante en sacrificar la naturalidad a la aritmética y hubieran llamado año cero al año 753 a.u.c. como un artificio conveniente más de los muchos que emplean los matemáticos (del estilo de 50 = 1, 0! = 1, etc.)
www.uv.es/ivorra/Historia/Indice.htm
Revisión y foto selecta: Alfonso Gil