Desde mi celda doméstica
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martes, 6 de marzo de 2018

POESÍA... 42

La lluvia

Bien venida, ¡oh lluvia! seas,
a refrescar nuestros valles 
y a traernos la abundancia
con tu rocío agradable.
Bien vengas ¡oh fértil lluvia!
a dar vida a las fragantes
flores, que por recibirte
rompen ya su tierno cáliz.
Bajad, bajad, que la tierra
su angostado seno os abre,
y os esperan mil semillas
para al punto fecundarse.
Bajad, ¡oh cómo al oido
encanta el ruido suave
que entre las trémulas hojas
cayendo las gotas hacen!
Saltando de rama en rama, 
regocijadas, las aves,
del líquido humor se burlan,
con su pomposo plumaje.
El pastor el vellón mira
del corderillo escarcharse
de aljófares, que al moverse
invisibles se deshacen.
Mientras él se goza y salta
y con balidos amables
bendice al cielo, y ansioso
la mojada hierba pace.
Todo brilla y se renueva;
de aromas se puebla el aire;
las tiernas mieses espigan
y florecen los frutales.
La Naturaleza entera
de galas se orna y renace;
¡oh benigna, oh vital lluvia
con tus ondas saludables!
Ven, pues, ¡oh ven! y contigo
la rica abundancia trae,
que de frutos coronada
regocija a los mortales.

Meléndez Valdés
Poeta español (1754-1817)


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