Aunque absurda, la autodestrucción es posible.
Bienaventurados los pacificadores,
porque las guerras las promueven
los esbirros del demonio.
Bienaventurados los perseguidos,
porque el reino de Dios lo constituyen
los machacados de la tierra.
Con la muerte de Cristo
se rasgó el velo del templo.
Cristo fue crucificado
y el hombre cristificado.
¡Demasiadas personas con ciencia oculta!
Es un gran misterio que la historia
sea un drama universal.
Hacer política es igual a mentir,
pero mentir no es hacer política.
La verdad no depende de las urnas.
Lo que define al charco
no es la extensión de agua,
sino su superficialidad.
No compadezcas al ciego por no ver lo que tú.
¿Acaso tú ves lo que él?
Si vas detrás de la verdad,
cuida que no huya de ti.
Todo cristiano es un consagrado.
Todo cuanto nos quita la sonrisa
procede del diablo.
Alfonso Gil González