Desde mi celda doméstica
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jueves, 2 de noviembre de 2017

LECCIONES DE COSAS... 30

El incienso

Es una resina aromática que se quema para que exhale su aroma en señal de adoración o de veneración religiosa.
La "incensación", en la antigüedad, era un gesto de adoración en honor de los dioses, cuyo repudio acarreó la muerte a muchos mártires cristianos.
En el templo de Jerusalén, cada mañana y cada tarde un sacerdote de servicio hacía humear el incienso en honor de Yahvé sobre el altar de los perfumes.
Al ocaso del paganismo, la liturgia cristiana volvió a adoptar el uso del incienso, primeramente, para embalsamar la atmósfera de la asamblea; luego, como honra fúnebre a las reliquias de los mártires y, finalmente, como gesto de veneración.
En nuestros días, no sólo se inciensa el altar eucarístico, sino de todo lo que participa, en realidad o simbólicamente, de la gracia redentora de Cristo.
De todos los simbolismos que se han atribuido al hecho de incensar, el más sencillo es el de la oración que se eleva a Dios como el humo se eleva al cielo.
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