Desde mi celda doméstica
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martes, 17 de abril de 2018

APUNTES TEOLÓGICOS... 6

Enfermo y apaleado

La enfermedad de nuestro hijo me centra en estos apuntes teológicos.
Como la parábola del Evangelio, él está echado, derribado no sólo por su enfermedad, sino por los golpes de la vida.
Diríase que ahora es como la sombra de lo que era hace unos meses. Su ánimo está pronto, porque, siempre a tiempo, el Buen Samaritano se le acercó y lo lleva como en sus brazos.
Sí. El cáncer de colon y la metástasis han ajado la robustez física de quien era como un cedro, alto y robusto. Y el Señor sabrá por qué.
La enfermedad derriba el cuerpo. ¿Qué pasa con el alma? De sus 39 años, ha dedicado casi todos a hacer el bien, a ayudar a los amigos y no tan amigos. Ha trabajado como pocos. Se ha compadecido, porque el amor es así, de quien le pedía expresamente que lo hiciera, sin dolerle prendas, sin tener en cuenta tiempo y dinero. Ha defendido al débil, al marginado, al inmigrante...
¿De dónde pensáis le han venido los palos que no dañan directamente al cuerpo? Pues de la ingratitud, de la soledad, de la arrogancia, de la vanidad, de la desidia y pereza de los "salteadores" de caminos.
De manera que nuestro hijo, aunque en brazos de Quien le creó y murió por él, se siente enfermo y apaleado. Naturalmente, también reconfortado por los que le aman. No caerán en saco roto las miles de oraciones, las súplicas de tantos, las visitas, las llamadas, las atenciones. Claro que no.
Y todo es un misterio. Y todo es teología.

Alfonso Gil González
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