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A Jesús crucificado
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En el principio eras Tú, de Dios Verbo,
por quien todas las cosas fueron hechas;
recibe de mi amor estas endechas
nacidas de mi corazón protervo.
Que de tanta maldad ya hice acervo,
abriendo de tu cuerpo miles brechas
con miles de pecados, como flechas,
y Tú, paciente cual humilde siervo.
Mas, fue tánta tu sangre redentora,
tánta me dio tu caridad fraterna,
que quiero serte tuyo desde ahora.
Ya no importa que ruja la galerna.
Ya mi alma en tu regazo mora.
Ya vida viviré contigo eterna.
Alfonso Gil González
Cehegín 2013