Desde mi celda doméstica
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lunes, 23 de julio de 2018

MIS APUNTES PATRIOS... 101

La muerte de Israel

En realidad y verdad: "El tránsito de Israel".
17 de julio de 2018.
Era el 70 cumpleaños de su madre.
Tras cuatro largos meses de enfermedad, llevada entre el hospital y su propia casa, Israel pasó de este mundo al Padre, a su seno paternal.
Pocas veces hemos visto a un hombre, con enfermedad tan terrible, que pasara sus días alentando a los demás enfermos, al tiempo que aceptaba su propio final.
Sabedor de las miles de plegarias que por él se hacían en todas partes, fue agradeciendo a todos esa solidaridad espiritual. 
Su lema: FE FUERZA POTENCIA MÁXIMA NI UN PASO ATRÁS. Así, sin comas, fue estimulando a todos a seguir adelante.
Pero la grandeza de Israel no está en eso solamente.
Israel, sí, estuvo acompañado de sus padres y hermanos, y del resto de su familia. Y, por supuesto, de sus amigos, de sus muchos y fieles amigos. También del sacerdote que le ungiera en dos ocasiones con el óleo de los enfermos, le celebrara la misa en casa y le administrara varias veces la sagrada Eucaristía. Pan del cielo, que le iba fortaleciendo e iluminando hasta llegar al Banquete Celeste, donde Jesús le sentaría cabe sí, como a san Juan, para celebrar las Bodas eternas en que sólo reina el amor y el gozo indescriptibles.
Israel fue en vida un niño entre los hombres y un hombre entre los niños. Supo conjugar la inocencia y la responsabilidad. Jamás llegó tarde al trabajo -¡y cómo trabajaba!-. Era un orgullo para cualquier patrono. Su prodigiosa memoria y su capacidad de servicio la puso enteramente a disposición de aquellos que debía atender o visitar.
Ahora Israel, en los brazos del Padre, cumple en plenitud su deseo de felicidad, él, que era el más feliz, positivo y generoso de los mortales.
Sí. Llorad su muerte, mas sabed que la "hermana muerte" le ha hecho inmortal.
¡Viva san Israel!

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