Desde mi celda doméstica
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viernes, 11 de diciembre de 2015

AMADEUS - 34

El espíritu del Kantor


Así titulaba Nuria Fontova una semblanza interesante sobre la personalidad de Juan Sebastián Bach. 
Había comenzado el curso 1995-1996.
Manuel Galduf estaba al frente de la Orquesta de Valencia.
El concurso de ópera "Plácido Domingo" llegaba a su final. Se habían presentado cantantes de todo el mundo, seleccionados previamente en las correspondientes fases eliminatorias.
El barítono de Menorca, Joan Pons, daba recitales con lo mejor de Giuseppe Verdi.
El CD del mes era todo un lujo: nada menos que los Conciertos para Violín de Juan Sebastián Bach. Concretamente, el BWV 1041, el BWV 1042, el BWV 1043 y el Concierto para oboe BWV 1060.
A raíz de esta emisión discográfica, Alberto Basso escribía sobre Bach, a quien veía como una mente pedagógica, con una biografía llena de lagunas, con cierta propensión al eclecticismo y sobre su sentido de la irrepetibilidad.
A su vez, Carmen García escribía sobre Zubin Mehta, que había vuleto a España para dirigir una obra de gran intensidad, la Sinfonía n. 6 de Gustav Mahler, al frente de la Orquesta Filarmónica de Israel.
El "mundo de la ópera" rendía homanje a Puccini, pues habían pasado setenta años de su muerte y, no obstante, era una verdad palmaria el éxito y la clarividencia de su escritura.
Se cumplían, también, cincuenta años del óbito de Bela Bartok, dual entre lo contemporáneo y lo tradicional, según el análisis que de su obra hacía Josep Pascual.
La "Rapsodia en blue", de Gershwin, era como el símbolo por excelencia de la época del Jazz en que negros, blancos y orquestas, tras la I Guerra Mundial, lo convertían en la más pura expresión norteamericana.

Alfonso Gil González

Concierto para violín BWV 1041


Concierto para violín BWV 1042


Concierto para 2 violines BWV 1043


Concierto para oboe BWV 1060


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