Genio atormentado
1996 se cerraba con el adiós a Sergiu Celibidache.
El CD de diciembre nos ofrecía las VARIACIONES GOLDBERG de Bach, nada menos, en los prodigiosos dedos de Glenn Gould. Decía Víctor Estapé que, a medio camino entre lo cotidiano y la abstracción erudita de sus últimas obras, esta obra ocupaba un puesto singular en la producción de Bach. Aunque una tradición le haya asignado la función de distraer la vela de un insomne, hoy se impone ante nosotros como un microcosmos donde cabe toda la música de su tiempo en una visión múltiple surgida de un único principio, el "Aria en Sol mayor".
Bayan Northcott escribía que Glenn Gould es una de las leyendas musicales más extraordinarias de nuestro tiempo. Este pianista, criticado en los inicios de sus carrera, sorprendió y desconcertó a muchos oyentes, aunque más tarde logró la admiración de todos. La auténtica verdad de su vida es casi ficción.
Roberto Alagna y Abgela Gheorghiu, tenor y soprano, eran una extraña pareja en todos los sentidos.
El director Bruno Walter era el último romántico, en palabras de Vicente Casas. Nacido en 1876 en el seno de una familia judía de clase media berlinesa, su pasión por la dirección nacía con solo trece años tras asistir a un concierto.
La música medieval parecía estar de moda. Por todas partes surgían formaciones dedicadas a interpretar polifonía. Y había un grupo integrado sólo por mujeres: ANONYMOUS 4. Eran norteamericanas.
Silvia Pérez escribía sobre el Rey Loco y su pasión por Wagner. Incomprendido mecenas de las artes, monarca romántico, sensible a la belleza y al arte, Luis II de Baviera era uno de los personajes más fascinantes que había dado el siglo XIX.
En este año de 1996 se celebraba el centenario de Robert Gerhard, compositor catalán, y Benjamín Britten era recordado, tras veinte años de su fallecimiento, como "un operista del siglo XX".
Alfonso Gil González
Una joya: GLENN GOULD interpretando a BACH