Fuerza en la debilidad
La Iglesia tiene la misión de reproducir y de continuar a Jesucristo.
Esta vocación de todo el cuerpo es también la vocación de cada uno de sus miembros.
Los santos tienen la vocación de reproducir cada cual especialmente un aspecto, de continuar más especialmente un gesto de Jesucristo.
La caridad cristiana no es una simple filantropía, una simple empresa de beneficencia, sino que debe llevar los estigmas de la caridad de Cristo.
La caridad de Cristo es una caridad de la cruz, una caridad que conduce a la cruz.
Sobre la cruz, desnudo y muerto, Cristo nos enriquece y nos hace vivir.
Toda acción cristiana, toda vida en Cristo debe llevar de alguna manera esta señal de Cristo.
Si nosotros vivimos de la muerte de Cristo, su muerte es para nosotros el principio de una nueva vida, en la que hay que nacer de nuevo para hacerse hijo de Dios.
Ives Congar
Teólogo dominico del siglo XX