Lavabo
Es una de esas palabras que provienen directamente del latín. De hecho, "lavabo" es la primera persona del futuro del verbo "lavare". En este caso se traduciría por "lavaré".
Por tanto, en su primera acepción, es un fragmento del salmo 25 que reza el sacerdote cuando se prepara para la celebración eucarística, mientras el acólito le ofrece agua para la ablución de sus manos.
En su segunda acepción, "lavabo" ha pasado a designar el bacín utilizado para lavarse las manos en casa.
En tercera acepción, se llama así al pequeño mueble necesario para esta ablución doméstica.
Por último, se llama así también al lugar o aposento donde se realiza el baño.
Alfonso Gil