Los esclavos felices, de Arriaga
Pero, ¿como no van a ser felices con estas melodias?
He aquí una "obertura" singular.
Lucimiento de las cuerdas agudas, que soportan el motivo principal. El viento madera las remeda humildemente.
Crea un clima distendido, alegre, casi jovial. Una gozada de 8 minutos.