Desde mi celda doméstica
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sábado, 17 de octubre de 2015

FLORECILLAS ALFONSINAS (Capítulo Nonagesimoprimo)

Capítulo XCI


Música en Semana Santa

Empezaba el mes de abril de 2006 con la invitación que le hacía el presidente de la Universidad Católica de Murcia para que asistiera, el 3, al acto de lectura del Pregón de Cuaresma y Semana Santa por parte del obispo de la diócesis, entonces, Juan Antonio Reig Pla, en la iglesia del Monasterio de los Jerónimos.
Recibía, en cambio, carta del Delegado del Gobierno en Murcia, agradeciendo y declinando la invitación que le fue hecha por mi padre para asistir a los actos programados con motivo de la Semana Santa ceheginera. Cosa normal, pues es de suponer que tuviera compromisos adquiridos previamente.
Uno de esos actos era el Concierto de Semana Santa dado por el Coro y Orquesta “Ciudad de Cehegín”, en el templo parroquial de Santa María Magdalena, el día 8, con interpretaciones de polifonía religiosa de Tomás Luis de Victoria, Cristóbal de Morales, Tartini, Fauré, Bach, Mozart y Gounod. Intervinieron como solistas: Antonia Fajardo de Gea, Laura Giménez de Béjar, Juan Ródenas Gómez, Cristóbal Abellán Cava y Juan Ibernón Durán. Al órgano, Pedro López Sánchez y Antonio Agustín González Hidalgo. Todos ellos bajo la batuta de mi padre Alfonso. Él mismo presentaría, al día siguiente, el que diera la Banda de la Sociedad Musical de Cehegín, en el mismo lugar.
Problemas bancarios con alguna entidad hace escribir, el 18, recordando una de las frases de Jesús: A los pobres siempre los tendréis con vosotros. Y encuentra en Cajamurcia solución momentánea con un préstamo hipotecario a diez años, que cubriría los gastos del BBV, de Cajamar y de la compra del “Nissan”.
El 27, le invita el Instituto “Alquipir”, a través de su director Onofre A. López Alarcón, a la celebración de su XXV aniversario, con un acto musical llamado Música de raíz de las culturas del mundo, a cargo de Carlos Blanco Fadol, en el salón de actos de la Casa de la Cultura.
Abre mayo de 2006, yendo con el Coro a cantar, a Caravaca, en la Misa de la Ofrenda Floral, al aire libre, en la explanada del castillo-santuario de la Vera Cruz. Con el mismo Coro interviene, el 3, en la iglesia del Salvador de Caravaca, en la Misa Solemne emitida en directo por la Televisión Autonómica de Murcia y por la Televisión local. Presidio el obispo de la diócesis. Ese mismo día, por la noche, daría en la Parroquia de San Antonio de Padua de Cehegín una charla sobre la Iglesia, con motivo de un  cursillo prematrimonial.
A raíz de recibir un espeluznante correo informático sobre la muerte martirial de los religiosos de Barbastro, entre julio y agosto de 1936, escribe en su agenda: Resulta increíble, Señor, que se sufriera de ese modo, y que de ese modo actuaran los verdugos, ellos también bautizados. Que yo sepa vivir y morir con la misma dignidad de tus mártires.
El 13 de mayo, va con el Coro al Asilo de Caravaca, para participar en la fiesta de la Madre Superiora. La Misa fue concelebrada por siete sacerdotes, y asistieron, entre otros muchos, el alcalde de la ciudad, Domingo Aranda, y el Hermano Mayor de la Cofradía de la Santísima y Vera Cruz. Las Hermanas, luego, les dieron un refrigerio.
En estos días, papá fue escribiendo la memoria de sus primeros ocho años de presidente de la Semana Santa. Y escribe, el 16: Hoy, Señor, ha sido algo especial, compartiendo la alegría de ver a Daniel cómo se graduaba de Psicólogo en el paraninfo de la Facultad de Económicas de la Universidad de Murcia. A la noche, hubo cena en un restaurante de Churra (Murcia).
El 25, deja reflejado en su diario: Nada escapa a tu sabiduría, Señor, y tú debes iluminar a médicos y enfermos. Y es que mayo acabaría teniendo que ir mi padre al hospital Morales Meseguer, a recogerme de Urgencias y traerme al pueblo. Él, también, hubo de visitar a su médico de cabecera, a causa de la conjuntivitis vírica de su ojo derecho, recetándole un colirio con antibiótico. Y, luego, hubo de volver al polígono industrial de Alcantarilla, a El Palmar y a Murcia, pues estaba buscando piso para mi hermano mayor, teniéndose que hospedar momentáneamente en el piso de su amigo Juan de Cañada de Canara. 



La luz de la Pascua

En junio de 2006, fue invitado por el alcalde José Soria a la inauguración de una exposición pictórica, titulada La luz de la Pascua, la Palabra de Vida, de Tomás Gómez Fernández, sacerdote ceheginero, y pintor, que, a la sazón, estaba de párroco en La Raya (Murcia). Exposición celebrada en le interior de la renovada iglesia de Santa María Magdalena, con asistencia del obispo de la diócesis, entonces, Juan Antonio Reig Pla. Hubo, luego, comida en el Bar Sol. Día hermoso, 10, ensombrecido por el fallecimiento de su prima hermana Antonia Gil.
Es de notar que, a partir de ahora, las reuniones del grupo de oración de cada sábado se harían con papá en casa de Raúl Romera, que se había amputado una pierna, yendo en moto, al caerse contra la mediana de la autovía Murcia-Caravaca. Por otra parte, como mi salud andaba un tanto resquebrajada, máxime en este tiempo de inicios del verano 2006, papá escribe en su agenda: Señor, tú sabes que apenas puedo hacer algo, y su madre tampoco. Toda nuestra confianza está puesta en Ti, Dios nuestro. Sé que Tú solo puedes ayudarle como bien sabes. Nosotros, aunque queramos o amemos, no sabemos amar ni querer y, además, somos muy limitados. En realidad, sólo sabemos confiar en Ti, porque somos obra tuya. No entiendo por qué unos deben morir para que otros vivan, pero, si en tus designios de amor, mi vida debe ofrendarse, para su bien y para tu Gloria, tómala. Sé que he nacido para Ti, que vivo por Ti, y que he de irme adonde Tú. ¡Cuánto me gustaría que mis hijos fueran tuyos y, por tanto, felices! Así era mi padre Alfonso.
El 22, la Junta Central de Cofradías volvería a nombrarlo su Presidente, con 12 votos a favor, 3 en contra y 1 nulo. Pero papá no continuaría en la Semana Santa sin haber hablado, antes, con el señor obispo. Entonces, aceptó su renovado cargo y carga como la voluntad de Dios. Dos días después, sería el 56 aniversario de su Primera Comunión, y lo celebró como cada año. El 27, en cambio, fallecería en La Arrixaca su cuñado Cristóbal Reales Sánchez, viudo de mi tía María. Como se le enterraría en el mismo nicho que a ella, se vio que su cuerpo estaba intacto. A su funeral vendría su hija Mavi desde Méjico.
El 28, llevaría a su otro cuñado, Pedro Franco, al hospital de Cieza, a que le extrajeran un grano de la espalda. Les acompañó su hermano Pablo Franco. 
Julio, en cambio, comenzó con la Primera Comunión de una sobrina suya, Cristina Veri Gil, celebrada en la iglesia de la Concepción. La comida posterior fue en el restaurante La Fama.
Como el 4 era la onomástica de su sobrina Isabel María, bajó a comer al molino de la huerta, acompañado de mi abuela Flora. Comer allí, sobre todo en verano, era muy habitual para él y para nosotros. Por lo escrito hasta ahora, puede colegirse la unión tan íntima entre las dos familias: la Franco Gil y la Gil Abascal. Esa casa del molino nos ha sido común durante medio siglo.
El 8, vendría el Papa Benedicto XVI a Valencia. Allí estaría hasta el día siguiente. Vino a encontrarse con las familias españolas. Papá iniciaría la lectura del libro El fenómeno del Nuevo Testamento, de CFD Moule. Apologético. 
Con motivo del 13 de julio –ojo a los historiadores- escribe en su diario: Hay fechas, como ésta, que casi inevitablemente te retrotraen a una triste época de hace setenta años, cuando el crimen de Estado se hallaba por cualquier esquina.
El 17, aniversario de mi madre, fue un claroscuro. Yo seguía mal, y papá escribe: Señor, no me gusta nada lo que le pasa. ¿Cuándo me has fallado Tú? Nunca, Jesús mío. Sabes que te amo con todas mis fuerzas, que son tuyas, y con todas mis debilidades, que son mías. Que no tenga que decirse que tus milagros son sólo de hace dos mil años. Tú eres Dios de vivos. ¿No te parece ridículo que tenga que recordarte estas cosas? ¿Acaso quiero yo a alguien más que a Ti?
Tremendo, mi padre.
El 20, come en casa de mi tía Maravillas y de su esposo Pepe. Arroz y conejo. Está presente su hijo Pedro José. Hablan de lo humano y de lo divino, y toman el fresco en su amplio y bello patio.
Por estos días finales de julio, mi padre reinicia el comentario sonético a la Imitación de Cristo, que le llevaría algún año más. Entretanto, fallece nuestro amigo madrileño, Pepe el de Julita, y mis padres se desplazarán a Madrid, al tanatorio de la M-30. José Luis, su hijo, su hermana Julita y su madre se le echaron al cuello llenos de dolor. Allí se celebró una Eucaristía, presidida por el cura que había casado a Pepe y Julita, y fueron hasta el cementerio de La Almudena, donde fue enterrado. Saludó al padre Goñi y otros parroquianos del Caldeiro. Llevó a mamá a la óptica Monteserín. Comieron con Cesi y Fernando, sus amigos, en el restaurante chino Palacio Oriental, y regresaron a Cehegín. 
Apunta el día 27: Me vino a la mente el Salmo que dice “El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién me hará temblar? He ahí el secreto de papá.

Para alabanza de Cristo. Amén.

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