Desde mi celda doméstica
Buscando...
miércoles, 16 de noviembre de 2016

LECCIONES DE COSAS... 3

La Tota Pulchra

En casi todos los conventos franciscanos hay una escalera central, en cuya pared frontal, conforme se sube, hay una pintura o imagen de la Purísima Concepción o Inmaculada, ante la cual los religiosos de san Francisco, antes de subir a sus aposentos para el descanso, se detenienen allí para rezar o cantar la "Tota Pulchra". Se llama así ese lugar, esa imagen y ese rezo o canto, porque la tota pulchra, es decir, la "toda hermosa" es, precisamente Ella, la virgen María. Ya se sabe que, históricamente, la Orden Franciscana ha sido la gran defensora de la Inmaculada en su misterio de la Purísima Concepción.
Pues bien, este es un recuerdo vivo, que permanece en mi memoria, de cuando seráfico, subíamos de la cena a nuestros dormitorios. En la escalera de la Tota Pulchra nos parábamos a cantar:
TOTA PULCHRA ES MARIA
ET MACULA ORIGINALIS NON EST IN TE
TU, GLORIA IERUSALEM
TU LAETITIA ISRAEL
TU HONORIFICENTIA POPULI NOSTRI
TU ADVOCATA PECCATORUM
OH MARÍA
VIRGO PRUDENTISSIMA
MATER CLEMENTISSIMA
ORA PRO NOBIS
INTECEDE PRO NOBIS 
AD DOMINUM IESUM CHRISTUM.
 Supongo que no precisa traducción. Había tres versiones cantadas: una simple, para los días normales; otra un poco más solemne, para los sábados y domingos; y una tercera, solemnísima, para días de gran celebración litúrgica o fiestas propias de la Santísima Virgen. Es un canto en diálogo entre un solista y el resto del coro monacal. En realidad, una preciosidad que, de algún modo, cubría los defectos del día a día. La versión sencilla era en estilo gregoriano; las otras dos, en música figurada a dúo o polifónica.

Alfonso Gil
Compartir en :
 
Back to top!