Desde mi celda doméstica
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viernes, 18 de marzo de 2016

MIS APUNTES PATRIOS (XVIII)

La España bélica (II)

1937-1938

Al tiempo en que Unamuno moría, se prohíbe en la España Nacional la circulación de los libros pornográficos, socialistas y comunistas, con multa de hasta cinco mil pesetas (B.O. 29 de diciembre de 1936).
Y el POUM, el Partido Obrero de Unificación Marxista, lanzaba un manifiesto comunista y revolucionario, aunque antistalinista.
Por su parte, el presidente norteamericano Roosevelt firmaba la ley votada por el Congreso, prohibiendo la venta de armas a España. El Senado USA la había aprobado con 81 votos totales, y la Cámara de representantes con 406 votos contra 1. Era el 6 de enero de 1937.
Martínez Barrio creía que la República que saliera de la guerra sería federal y socialmente avanzada, en un discurso que pronunció por Unión Radio, en el teatro Olimpia de Valencia, el 31 de enero de 1937. Mientras, el órgano del Partido Obrero de Unificación Marxista protestaba por la campaña se le hacía en contra, por ejemplo, el Partido Comunista, que lo consideraba como una partida del trotskismo fascista que debía ser disuelta y juzgada como tal, según leemos en La Batalla del 4 de febrero, de Barcelona, o en Frente Rojo publicado en Valencia dos días después.
Existía un plan de control del Comité de No Intervención, en que las naciones implicadas controlaban el reparto de gastos, los observadores, la vigilancia de los barcos mercantes, las patrullas navales y las zonas marítimas (Le Petit Parisien del 6 de febrero).
Tres días más tarde, el 9, ABC de Sevilla daba cuenta de que Málaga caía en manos de las tropas nacionales. Esa caída la aprovechan los socialistas catalanes para exigir un ejército más unido y disciplinado, según Treball del 10 de febrero. 
La España nacional, aunque rica en recursos agrícolas y ganadero, sufría penuria de papel, y Franco envió una nota restringiendo el consumo en la correspondencia oficial. Asimismo, dispuso que el Himno Nacional fuera la antigua marcha granadera o Marcha Real, según documento en Salamanca del 27 de febrero.
Mientras, se produce dos hechos aparentemente contradictorios. Por un lado, el batallón norteamericano “Abraham Lincoln” se incorporaba a las Brigadas Internacionales a favor de la república, y ésta, en un comunicado publicado en El Socialista del 5 de marzo, acepta la propuesta de retirar los voluntarios extranjeros. Fecha, además, en que el Partido Comunista pide la unificación del Ejército y el fin del P.O.U.M., “por el carácter de nuestra guerra y las condiciones para ganarla”, depurando el aparato militar de arriba abajo y estrechando las relaciones con los camaradas anarquistas. Y, al tiempo de consolidar las relaciones con las nacionalidades de Cataluña, Euzkadi y de Galicia, educando al pueblo en el odio y en la intransigencia contra sus enemigos.
Entre tanto, en Salamanca, el Gobierno nacional determina por ley obligar a ceder al Estado las divisas extranjeras. Esto fue el 14 de marzo del 37. Y se produce un intento de penetración nacional y contraofensiva republicana que vence en Guadalajara, según El Socialista del 19 de marzo. Pero esa nota no coincide exactamente con el parte del Ejército nacional que publicaba el ABC sevillano del siguiente día. Lo cierto es que el embajador alemán en Roma describía a Mussolini el revés de Guadalajara para las tropas italianas, y comentaba la reacción del Duce. Y se generaba un Protocolo secreto entre el Gobierno alemán y el de Franco.
Por otro lado, con fecha 4 de abril, el periódico La Batalla atacaba al comunismo oficial, tratándolo de hipócrita, y exponía el programa revolucionario de P.O.U.M. ante la situación de crisis en la Generalitat.
En la zona nacional se hacía obligatorio el culto a la Virgen María en todas las escuelas para impetrar, maestros y alumnos, todos los días el feliz término de la guerra (B.O. del 10 de abril). Pero en Barcelona, los anarquistas, que esperaban la solución de la crisis de la Generalitat para el 2 de abril, contemplan un gobierno catalán que se constituye, el 17, con menos ventajas para la C.N.T., según Solidaridad Obrera de este día.
Dos días más tarde, el general Franco ordena la unificación de las fuerzas políticas con el nombre de “Falange Española Tradicionalista y de las JONS, y bajo su mando. Sus veintiséis puntos programáticos serán la Base del Nuevo Estado Español. Quedaba suprimido el punto 27 de la Falange que soñaba con ganar la guerra ella sola. Y, a este programa definitivo se adhirieron los Carlistas, los de Renovación Española y los de Acción Popular, según Heraldo de Aragón del 22 de abril. Y se declara obligatorio, en la España nacional, el saludo de brazo en alto y mano extendida, a excepción de los militares. (Salamanca, 24 de abril).
Mientras, en la zona republicana, la prensa anarquista se quejaba de la persecución gubernamental, insistiendo en considerar la revolución social como parte integrante de la guerra (Solidaridad Obrera, 30 de abril).
Desde Valencia, el Ministerio de Marina y Aire daba un parte oficial sobre el hundimiento del acorazado nacional “España” en el Cantábrico. Pero dicho parte era contradictorio con el que daba el Gobierno de Franco en Salamanca. (ABC del 2 de mayo). Entretanto, el embajador alemán en Salamanca informaba a su Gobierno de la tensión política en la España nacional con el caso Hedilla, que se había opuesto a la decisión franquista de la unificación con los Requetés.
Es el 2 de mayo del 37, cuando El Socialista da la noticia de que las tropas republicanas tomaban el santuario de la Virgen de la Cabeza, que era un enclave nacional en la provincia de Jaén. Y, dos días después, Solidaridad Obrera daba la noticia de cómo los anarquistas de Barcelona apelaban a la fuerza pública para que detuvieran la inminente acción contra los de  la CNT y los de la FAI. Y empezaban las “Jornadas de mayo”, en que el POUM, unido a los anarquistas, se declaraba beligerante (La Batalla, del 4 de mayo). El 6, el Gobierno de la República asumía los servicios de Orden Público en Cataluña, y la CNT se ofrecía al Gobierno lamentando que continuara la persecución contra sus afiliados. El Gobierno de Valencia reforzaba su autoridad en Cataluña y enviaba 5.000 guardias de asalto a Barcelona, según el órgano central del Partido Obrero de Unificación Marxista, del día 9 de mayo.
La situación bélica se empeoraba en el País Vasco y, ante el ataque definitivo a Bilbao por parte de los nacionales, Franco envía una proclama  al pueblo de Vizcaya (8 de mayo), al tiempo que el Gobierno británico trataba de evacuar a la población civil. Y se organizaban oficialmente las capellanías castrenses en la España nacional (B.O. 7 de mayo).
El 11, ABC de Sevilla se hacía eco de la llamada a la unión alrededor de Franco. Decía: No es español quien vacile en la adhesión incondicional a ese hombre y a su magna tarea de Reconquista. Y es que Manuel Hedilla, Secretario Político de Falange había sido oficialmente relevado de su cargo en la Junta Nacional, y las milicias pasaban a depender de los jefes militares. Mas el Secretariado político de FET y de las JONS reafirmaba su propósito de mantener los avances en el terreno laboral.
Como la situación en Vizcaya se agravaba, el presidente Aguirre asumía el mando militar por acuerdo del Gobierno de Euzkadi, según La Batalla del día 13 de mayo. Y el Comité central del POUM explicaba su situación durante las jornadas de mayo, al tiempo que el de la UGT pedía la disolución del Partido Obrero de Unificación Marxista. Pero, entretanto, en Valencia se mascaba la crisis política y la CNT se declaraba contra el propósito de prescindir de Largo Caballero, según leemos en Solidaridad Obrera del 18 de mayo. Y hubo una declaración ministerial explicando la salida de los anarquistas del Gabinete. Incluso el ministro de Justicia, señor Irujo, anunciaba su deseo de liberar a los sacerdotes y permitir sus actividades religiosas. Es importante este párrafo suyo: Existen en las prisiones cientos de ministros del culto católico que no han cometido delito alguno. Bastó su carácter sacerdotal para ser detenidos (Buenos Aires, 1944). Y, prueba de que eran ciertas esas palabras, Solidaridad Obrera, del 25 de mayo, comentaba sarcásticamente esas declaraciones.
El Gobierno Nacional prohibía, por estas fechas, que en el comercio de Vasconia se empleara otro idioma que no fuera el castellano (B.O. 26 de mayo). Tres días después, aviones republicanos bombardeaban el buque alemán “Duetschland” en aguas de Ibiza, según nota de Valencia; pero la respuesta del Gobierno alemán no se hizo esperar: Este nuevo y criminal ataque contra un navío alemán obligará al Gobierno del Reich a tomar medidas (ABC de Sevilla, del 1 de junio.)
Había dos partes diferentes del ataque republicano hacia Segovia para aliviar la ofensiva nacional contra Bilbao, según las notas de ABC o del Socialista del mismo día 1 de junio. Y, por otro lado, buques de guerra alemanes bombardeaban Almería en represalia por el ataque republicano contra el “Deutschland”. Y ello también tenía dos versiones distintas: la alemana y la republicana. Y hubo protesta oficial del Gobierno de la República (El Mercantil Valenciano, 1 de junio).
La consecuencia internacional fue la retirada de Alemania e Italia del Comité de No Intervención y del Comité de Control Marítimo Internacional. Es, en estos primeros días de junio cuando el general Mola, jefe del Ejército nacional del Norte, muere en accidente de avión, y Franco le concedió la Laureada de san Fernando, el 3 de junio.
Nota curiosa la de Falange vallisoletana, declarando que ella no luchaba contra la revolución, sino por su Revolución Nacionalsindicalista. Al coincidir que ello se unía a la conspiración contra la seguridad del Estado por parte de Manuel Hedilla, de Falange Española, éste sería condenado a muerte, pero la sentencia no se cumpliría, según The Times de Londres del 17 de junio. Y, el 19, las tropas nacionales entrarían en Bilbao “rescatando más de mil presos que tenían en la cárcel los rojos-separatistas” (ABC sevillano del 20). Y, desde Salamanca, se da la orden de quedar suprimido el régimen económico preferente de Vizcaya y Guipuzcoa, al tiempo que se mantenía el de Navarra y Álava por declararse a favor del Movimiento Nacional (ABC, 24 de junio).
El primer ministro británico, Chamberlain, hablaba en la Cámara de los Comunes sobre la guerra civil de España, en la sesión del 25 de junio, y proponía al Gobierno de la República la continuación de las patrullas navales de control. Pero éste le contesta, desde Valencia, acusando de parcialidad a los buques alemanes e italianos que ejercían dicho control (El Socialista, 27 de junio.) Mientras, el Gobierno Nacional reclamaba el derecho a ser reconocido como beligerante. Y es que, además, por esos días, se iba a producir la famosa batalla de Brunete, a causa de la República quería cortar las comunicaciones de la España nacional en Navalcarnero, produciéndose partes de guerra de ambos contendientes (El Socialista y ABC del 7 de julio). Faltaban unos pocos días para cumplirse el primer año de guerra, y Franco hizo unas declaraciones al corresponsal del “Liberpool”, rechazando la posibilidad de una paz de compromiso y acusando a los republicanos de la destrucción de Guernica. Por su parte, Manuel Azaña, presidente de la República, echó un discurso conmemorativo explicando lo que les hizo empuñar las armas contra una rebelión que habría fracasado sin la complicidad extranjera, y enumerando los motivos “reales” de la invasión de España y de la “ficción” de la No ingerencia internacional. (El Socialista, 19 de julio del 37).
Y lo mismo hizo Franco, explicando los antecedentes del Movimiento salvador, determinado por el asesinato de Calvo Sotelo, de la traición de las Logias masónicas, de la labor social del nuevo Estado, y terminó con un canto a la Juventud (ABC de Sevilla, 20 de julio).
En Barcelona, su secretario general daba la Primera Conferencia Nacional del Partido Socialista Unificado de Cataluña. Comorera pedía lógica en los salarios y atacaba al POUM, y afirmaba no tener enemigos en el campo antifascista. Pero, en Salamanca, se publicaban los Estatutos de FET y de las JONS, en que los jefes y oficiales del Ejército serían militantes por derecho propio, siendo Franco su jefe nacional que sólo respondería ante Dios y la Historia. Era el 7 de agosto de 1937. Un día antes, el Heraldo de Aragón publicaba la Carta colectiva del Episcopado español, dirigida a los obispos de todo el mundo, para explicar las razones del Alzamiento nacional y los fines de la guerra. De ella saco el siguiente párrafo: Nuestro régimen político de libertad democrática se desquició, por arbitrariedades de la autoridad del Estado y por coacción gubernamental que trastocó la voluntad popular, constituyendo una máquina política en pugna con la mayoría de la nación, dándose el caso, en las últimas elecciones parlamentarias, febrero de 1936, de que, con más de medio millón de votos de exceso sobre las izquierdas, obtuviesen las derechas 118 diputados menos que el Frente Popular, por haberse anulado caprichosamente las actas de provincias enteras, viciándose así en su origen la legitimidad del Parlamento.
En Valencia, el Gobierno prohibía las críticas a la URSS por parte de periódicos anarquistas o trotskistas (El Socialista, 15 de agosto). Al tiempo, se producía un ataque republicano hacia Zaragoza, con la famosa Batalla de Belchite, intentando detener la ofensiva contra Santander que, por fin, caería en manos de los nacionales. Lógicamente los partes de guerra eran desiguales, según qué frentes.
Los Gobiernos de Francia e Inglaterra hacen convocatoria para que se reúnan en Nyon los Gobiernos invitados para tratar sobre los ataques a barcos por parte de aviones y submarinos desconocidos, y se decide hundir a todo submarino que ataque a un mercante (Ginebra, 17 de septiembre). Por otro lado, la Sociedad de Naciones lamentaba la creciente actuación de fuerzas extranjeras en España, en un comunicado del 2 de octubre.
Mientras tanto, el Gobierno de Burgos establece el servicio Social obligatorio para la mujer (B.O. del 11 de octubre). Este mes, octubre, fue decisivo para que la zona norte cayera en manos de Franco, siendo el propio Indalecio Prieto quien explicara las causas de la derrota republicana (El Socialista del día 30). Las batallas de Brunete y Belchite habían sido de las más sangrientas de la guerra civil. El Gobierno de la república se trasladaba de Valencia a Barcelona. El Conde Ciano temía por la creciente influencia inglesa en la España nacional. Y se preparaba la Batalla de Teruel. Mientras, el Comité nacional de la CNT explicaba la actuación anarquista desde el principio de la guerra. Estamos en el 12 de noviembre.
El año 1937 concluiría con la España republicana partida y con la entrada de sus tropas en la ciudad de Teruel.

Alfonso Gil González


  

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