La no directividad
Continuamos en clase con Pascual Maymí.
Se han barajado factores muy diversos, a la hora de explicar y valorar la introducción de la no directividad en la catequesis: el fracaso de otras formas; la importancia que se concede actualmente al diálogo; la dinámica de grupo; una mentalidad más antropológica; el cultivo de la adaptabilidad; la creatividad, y las tendencias antiintelectualistas.
Creo que lo fundamental de la educación no directiva se puede resumir así: Lo importante no es la enseñanza sino el APRENDIZAJE; la garantía del aprendizaje radica en la VISIÓN ALTAMENTE POSITIVA DEL HOMBRE; por consiguiente, la MADURACIÓN HUMANA.
Hay aprendizaje significativo cuando el tema es importante, cuando uno lleva la responsabilidad del proceso y cuando la autoevaluación favorece la independencia y la creatividad.
Sólo facilitará verdaderamente el aprendizaje significativo quien tenga una profunda confianza en el ser humano y en sus potencialidades. Esto requiere una condición previa: la libertad de experiencia, es decir, que el individuo esté abierto a sus vivencias más íntimas, a sus reacciones y a sus sentimientos.
La madurez lleva a ciertos valores comunes a todos los hombres, sea cual fuese su cultura. La naturaleza humana es fidedigna. Desde la perspectiva de la educación de la fe. hay que tener en cuenta: la antropología, la moral y la pedagogía catequética. El ser humano, al sentirse aceptado sin condiciones, va aceptando más y más su experiencia profunda. Esta libertad interior lleva a la madurez.
Una educación centrada en el alumno, con autenticidad y congruencia por parte del educador, ofreciendo aceptación incondicional, aprecio y confianza; es decir, comprensión. Introducir la no directividad es mucho más que cambiar de métodos.
Alfonso Gil