Los dos gatos
¡Qué dolor!, por un descuido
Micifuz y Zapirón
se comieron un capón
en un asador metido.
Después de haberle lamido
trataron en conferencia
si obrarían con prudencia
en comerse el asador
¿Le comieron?
No, señor.
Era caso de conciencia.
Félix María de Samaniego
Comentario de la Enciclopedia Alvarez:
Como estos dos gatos obran muchas personas. No tienen escrúpulo alguno para atropellar todo lo que se les pone por delante con tal de beneficiarse ellas. Pero, ah, cuando una cosa no está a su alcance o no le interesa, ¡qué honradez la suya! Al igual que los gatos de la fábula se comen la carne y dejan el asador alegando que, el comerlo, sería faltar a su escrupulosa conciencia.