A Alfonso Gil (II)
Cuyo segundo soneto no fue malo
No debo responder a la ligera
a tan espléndido y cabal soneto,
que para mí el poema nunca es reto
hacia la vida y el mirar de fuera...
Siempre busqué la sencillez sincera
para expresar mi mundo recoleto,
y lo vestí de un traje tan escueto
que a veces se confunde con prosa dominguera...
Pero aquí la excepción será la norma
para animar al padre alicaído
frente a la oscura nube del dolor.
¡Ánimo, Alfonso! ¡De ninguna forma
puede un padre dejar su corazón vencido
junto al hijo que pide más fe y más valor!
Desiderio López Martínez
(29-V-18)