Desde mi celda doméstica
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lunes, 24 de abril de 2017

CANCIONERO MUDO... 11

La observancia de la ley

Leemos en Mateo 5, en boca de Jesús, que él no ha venido a destruir la ley o los profetas, es decir, el Antiguo Testamento,, sino que ha venido a darle plenitud o cumplimiento. Y añade que no pasarán el cielo y la tierra -exageración semita- sin que se cumple una coma o ápice de la ley. La conclusión de todo esto sería, según el texto evangélico, que la grandeza o pequeñez en el Reino de Dios estaría en razón de enseñar o quitar la más pequeña ley del mismo Testamento.
Pero es evidente la enseñanza de Jesús en esta materia, concorde con su trayectoria vital, cuando Mateo, en el versículo 20 de ese mismo capítulo, apostilla: Si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos, que san Jerónimo tradujo así: Nisi abundaverit iustitia vestra plus quam Scribarum et Pharisaeorum, non intrabitis in regnum caelorum. Traducción literal del texto original griego.
Sobre el tema de la "observancia de la ley" hay que leer a san Pablo. Si realmente el acceso al cielo nos lo proporcionara el fiel cumplimiento de la ley, la venida de Cristo hubiera sido inútil. Pero, precisamente, él es el cumplimiento del Antiguo Testamento, es decir, de la esperanza mesiánica, y será su respuesta de amor a los hombres lo que haga que todos puedan entender qué sea eso de cumplir la ley. No se trata, por tanto, de la aplicación literal de lo mandado, sino de captar el espíritu que movió a Moisés y a los Profetas, a fin de que el pueblo fuera entendiendo en su vida cuál era el designio de Dios para toda la humanidad, y que se resume en el llamado "mandamiento nuevo": AMAOS COMO YO OS HE AMADO.

Alfonso Gil

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