ENVEJECER
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Viejas manos. Con el tiempo asumo
caduca realidad de la materia.
He dado tantas vueltas en la feria,
que con ella termino y me consumo.
Si miro para atrás, es solo humo
de torpe vanidad y de miseria.
Pero aún llevo yo la filacteria
con tu nombre de Padre, ¡oh Dios sumo!
Y ese nombre me es tan agradable,
derrama tanto amor en mi vacío,
que creo estar aún en la alborada.
Yo mudo quedaré, mas, mientras hable,
a todos gritaré que en Ti confío,
que Tú serás mi última morada.
Alfonso Gil González
Cehegín