HACE UN SIGLO
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Hace un siglo de no verte,
no verte ni oírte apenas,
y se acrecientan las penas,
las penas, ay, de perderte.
De perderte por las calles,
las plazas y los rincones,
mientras musito oraciones
por hallarte, por que me halles.
Me halles Tú, que yo, ciego,
tan sólo escucho que pasas
y que tu amor no lo tasas,
sea pobre o palaciego.
Y palaciego seré
el día que entre en tu Casa,
que ya el corazón me abrasa
de pensar que te tendré.
Tendré lo que tanto ansío:
la paz, el gozo, la dicha…
Tengo en mis manos la ficha
garante de cuanto fío.
De quien me fío es de Ti,
esposo dulce del alma,
que ya la tienes en calma
tras hallar lo que perdí.
Alfonso Gil González
Cehegín, 2016