Desde mi celda doméstica
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sábado, 9 de abril de 2016

MIS APUNTES PATRIOS (XXII)

La España traicionada


España vive un tiempo delicado. Ni ella misma sabe en qué va acabar este mare magnum, fruto de la ambición, del orgullo, del revanchismo… y de no sé cuántas miserias más en que se ve envuelta.
Pasó aquel tiempo en que los españoles se sentían solidarios protagonistas de una empresa común. Aquel tiempo en que, movidos por una idea católica, es decir, universal, eran capaces de proyectarse al mundo. Hoy, apenas, los misioneros perpetúan esa llamada a la fraternidad humana, sueño de aquellos que no sólo unificaron y reconquistaron la patria, sino que hicieron de ésta la primera nación europea en sentido estricto.
Ahora no. Ahora la tentación taifista atrae a los catalanes, aunque no a todos; a los vascos, aunque no a todos; a los gallegos, aunque no a todos; a los valencianos… Sí, hasta a los valencianos, cuyo Himno, hoy olvidado, proclama “para ofrendar nuevas glorias a España”. Y se intenta que, como las comunidades autónomas no son suficientes, pasen a ser naciones o estados. ¿Por qué Murcia, Andalucía, Castilla o Extremadura no van a tener los mismos estúpidos derechos que las demás regiones separatistas? 
Está, pues, la política española emponzoñada con las monsergas de sus próceres. España dividida, ¿podrá ser algo ya en el mundo? Sus enemigos lo tienen claro: Divide y vencerás. Porque, no nos engañemos, lo que pretenden es vencer. Pero, ¿vencer a quién? No importa. Vencer, vencer… Llevamos en la sangre la soberbia del caudillaje. Y surgen salva-patrias por doquier, como las setas en época de otoño. Y es que España está en esa estación histórica, intermedia, que no sabe si acabará bajo el frío invierno de las estepas, o habrá de rebrotar, por fin, en las suaves praderas de su glorioso estío.
Que Dios nos asista.

Alfonso Gil González

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