Desde mi celda doméstica
Buscando...
jueves, 9 de marzo de 2017

POESÍA... 4

La Caridad

Niño que en mullida almohada
recuestas tu cabecita,
que duermes al acento
de maternales caricias,
recuerda que hay niños pobres
que en las noches, tristes, frías,
no tienen techo y se duermen
soñando con sus desdichas.

Niño que tienes juguetes,
que allá en la alfombra de Esmirna,
en sala reluciente
descansan de tus caricias,
acuérdate de los pobres,
que sin juegos, sin sonrisas,
lloran porque tienen hambre
de pan, besos y caricias.

Ese niñito harapiento
de tez pálida, amarilla,
que llama junto a la puerta
de la casa que tú habitas,
es tu hermanito que pide
pan que tú desperdicias.

¡Oh, si eres bueno, si tienes
dentro del cuerpo una almita,
si tienes un corazón,
corre y dile a la mamita
que te dé un trozo de pan
para el pobre que hace días
no ha probado ni un bocado
de ese pan que desperdicias.

Y llévaselo tú mismo;
pónselo en la manecita,
y así podrás ver de cerca
su tez pálida, amarilla;
verás sus ojos hundidos,
verás sus tristes pupilas,
verás cómo son los niños
que en las noches tristes, frías,
tienen hambre retrasada
de pan, besos y caricias.

I. P.

NB.- Sin comentarios.
Compartir en :
 
Back to top!