Desde mi celda doméstica
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viernes, 15 de enero de 2016

MIS APUNTES PATRIOS (IV)



LA ESPAÑA ROMANA



La guerra contra los cartagineses provocó la invasión de España por parte de Roma. Cneo Escipión impediría que Aníbal recibiera refuerzos a través de se hermano Asdrúbal. De manera que, tras desembarcar en Ampurias, se apoderó de Tarragona. La batalla decisiva contra los cartagineses la daría el general romano, ayudado por su hermano Publio cerca de la actual Tortosa.
De nada serviría una tal victoria cuando, luego de separarse los hermanos para la conquista del sur español, fueron derrotados cerca del Guadalquivir. Fue necesaria la presencia de Publio Cornelio Escipión, hijo del anterior general, para, desembarcando en Cartagena, infringir a los cartagineses definitiva derrota expulsándolos de la península ibérica.
Roma dividió a Hispania en dos provincias: la “citerior” compuesta por Cataluña, Aragón y Valencia, y la “ulterior” o lo que hoy sería Andalucía. No obstante, Roma tardó doscientos años más en apoderarse del resto de España. Supo de la valentía de Indívil y Mandonio, que mandaban un ejército de treinta mil celtiberos. Más tarde, Roma se las tuvo que ver con el joven pastor Viriato, que se había enfrentado a la crueldad de Lúculo y Galba, en una guerra de guerrillas, hasta conseguir el hispano un vergonzoso tratado de paz para Roma. Ésta, convencida de no poder vencer al caudillo pastor, le traicionó comprando a tres de sus capitanes: Ditalco, Audax y Minura, de infeliz memoria, cual la de todos los traidores.
Muerto Viriato, sus soldados se refugiaron en Numancia, y ya se sabe lo que pasó. El cerco a que la sometió el general romano Escipión Emiliano, hizo que los numantinos murieran de hambre, sed y enfermedad, inmolándose los supervivientes en la hoguera, tras destruir la ciudad.
La conquista definitiva de España la realizó Octavio Augusto, que la dividió en tres partes: la tarraconense, la lusitana y la bética. Después se añadieron dos más: la cartaginense y la galaica. España, ya en paz, era el granero de Roma. Ésta les traspasó su cultura y costumbres, sus leyes y religión. Fruto de esta romanización son los innumerables monumentos arquitectónicos que aún perviven. España dio a Roma tres emperadores: Trajano, Adriano y Teodosio. Llegó a ser la provincia más culta de su Imperio con los cordobeses Séneca y Lucano, con el gaditano Columela, con el sevillano Silvio,  con el aragonés Marcial, y otros como Quintiliano, Prudencio, Pomponio Mela y Floro…

Alfonso Gil González

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