Desde mi celda doméstica
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jueves, 11 de mayo de 2017

POESÍA... 9

Plegaria a la Virgen

María cuyo nombre
como conjuro santo,
ahuyenta con espanto
la saña del Luzbel;
escríbeme en el pecho
tu nombre omnipotente,
para que jamás intente
aposentarme de él.

María, soberana
de cuanto el orbe encierra,
rocío de la tierra,
estrella del mar:
tu nombre misterioso
erá el final tranquilo
que alumbrará el asilo
de mi terreno hogar.

María, cuyo nombre
es fuente de pureza
que lava la torpeza
del frágil corazón:
tu nombre será el agua
que el mío purifique
de cuanto en él radique
maligna inclinación.

María, luz del cielo,
cuya brillante esencia
es luz de toda ciencia
y del saber raudal:
tu nombre será antorcha
cuyo fulgor ahuyente
de mi acotada mente
la lobreguez letal.

María, cuyo nombre
es música más suave
que el cántico del ave
y que del agua el son:
tu nombre sea fuente
do beban armonía
mi tosca poesía,
mi pobre inspiración.

María, cuyo nombre
la divinal justicia,
al pecador, propicia,
se inclina a perdonar:
tu nombre sea, cuando
la eternidad se me abra,
la última palabra
que axhale al expirar.

José Zorrilla
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