Preludios e intermedios
El término "preludio" adquirió un sentido específico a partir del siglo XVI.
Con el desarrollo de la música instrumental consiguió un talante más lírico y expresivo.
Fue poco a poco adquiriendo la personalidad de "obertura operística".
El vocablo "intermedio" o "intermezzo" guarda cierto parecido con el anterior, sobre todo, a partir del siglo XIX.
Está destinado a enlazar una acción o a engarzar distintos cuadros de la obra musical.
Verdi: Preludio de La Traviata
Verdi: Preludio de Rigoletto
Wagner: Preludio de Lohengrin
Chopin: Preludio n. 15
Brahms: Intermezzos op. 117
Mascagni: Intermezzo de Cavalleria Rusticana
Schumann: Intermezzo del Concierto para Piano