¡Cuán distintos nuestro peregrinaje y nuestro destino!
La beneficencia debería nacer de la benevolencia como de su fuente.
La felicidad es aquello cuya ausencia
nos duele esencialmente.
La humildad ni ciega ni apoca;
simplemente nos ilumina.
La libertad es la inmunidad
ante toda coacción.
No es lo mismo evitar el mal que hacer el bien,
pero el primer bien es evitar el mal.
No hay culpa sin libertad,
ni ésta sin conocimiento.
Nos realizamos en la medida
que vivimos nuestra vocación.
Nuestro ser en sí es un ser para...
Pasión no atajada en su cuna
te lleva a la tumba.
Puede haber luz en la mente
y oscuridad en el corazón.
Piensa en tus postrimerías...
y puede que no peques.
¿Quién negará que la moral cristiana
está en perfecta armonía
con la luz de la razón?
Sin Dios no hay verdad,
y sin Verdad no hay verdades.
Si tanto el hombre ha de expiar,
¿a qué la pasión de Cristo?
Sólo lo bueno tiene la capacidad de ennoblecer al hombre.
Alfonso Gil González