Elogio del Precursor
Los evangelistas Mateo (11, 7-15) y Lucas (7, 24-30) continúan la escena anterior haciendo que Jesús preguntara a la gente acerca de Juan Bautista, diciéndoles que qué habían visto en el desierto, que si era una caña agitada por el viento, que si era un vestido ricamente. De ser así, sería raro, porque los que visten ricamente viven en palacios. Entonces, ¿será un profeta? Claro que sí -les dijo Jesús- y más que profeta. Y citando al profeta Malaquías, les recuerda que Juan es ese mensajero que va delante de él para preparar el camino al Señor. Y añadió que, entre los nacidos de mujer, ninguno es mayor que Juan Bautista, aunque el menor en el reino de los cielos sea mayor que él.
Y pasa hacer la siguiente reflexión. A saber: que desde los días de Juan Bautista hasta ahora el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan. Pues todos los profetas y la Ley, hasta Juan, profetizaron; y, si queréis aceptarlo, él mismo es el Elías que tenía que venir. De modo que, quien tenga oídos lo escuche bien.
Lucas añade que todo el pueblo, y los publicanos, que se bautizarían con el bautismo de Juan, al oír estas cosas, daban gloria a Dios. Pero los fariseos y los juristas pensaron para sí que seguían el consejo de Dios si no se bautizaban por Juan.
Alfonso Gil