Desde mi celda doméstica
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martes, 15 de septiembre de 2015

AMADEUS - 12


A cada cual su Vivaldi

Eso es lo que se deducía, en octubre del 93, en que Vivaldi y sus Estaciones daban que hablar, una vez más, a causa de la genialidad interpretativa de Nikolaus Harnoncourt. El CD publicado te lo quitaban de las manos. Era un Vivaldi muy particular, en palabras de Nuria Fontova. Se acuñaba, por entonces, la frase de que Vivaldi no escribió seiscientos Conciertos, sino seiscientas veces el mismo Concierto.Y es que Vivaldi está considerado como el principal estandarte de la revolución musical barroca, según Fausto Torrefranca.
Por su parte, parece que Harnoncourt tenía una visión filológica del barroco, por lo que usaba instrumentos antiguos o de época, recuperando un estilo desaparecido dos siglos antes. De manera que podía decirse que surgía el "estilo Harnoncourt".
El Ballet Nacional de España contaba con tres mujeres excepcionales: Aurora Pons, Nana Lorca y Victoria Eugenia, que sustituían en la dirección al bailarín José Antonio.
Una entrevista a Salvatore Accardo, que confiesa que la música da más felicidad a menudo que la vida.
Y un viaje a través de las fronteras de la imaginación consideraba al pintor Joan Miró como la música visual.
Los de Cremona estaban en fiestas, descubriendo, una año más, las raíces de Monteverdi.
Y Vladimir Horowitz, genio y pajarita, era, en realidad, el mundo del piano, tras doce años de ausencia por su crisis personal.

Alfonso Gil González

Recreación de las Cuatro Estaciones


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