LA IGLESIA MISIONERA
La evangelización de los siglos XV, XVI y XVII va unida a los grandes descubrimientos de la época y a la expansión colonial y comercial de los países europeos. Los misioneros que salen de Europa y van con los conquistadores y comerciantes a otros continentes, se encuentran bruscamente con unas civilizaciones y unas culturas completamente desconocidas para ellos. Son portadores de un cristianismo que se ha configurado después de quince siglos de contacto con la cultura europea. Difícilmente pueden distinguir el mensaje cristiano original de su revestimiento cultural posterior. Se plantea, por tanto, dos formas de entender la evangelización:
· El método de la “tabla rasa”, imponiendo el cristianismo occidental con su ropaje cultural europeo.
· El método de “inculturización”, intentando comprender primero los valores y las características de las diversas culturas que van a recibir el mensaje cristiano. Destacan en esta línea el franciscano Bernardino de Sahagún y el dominico Bartolomé de las Casas.
Lamentablemente, el centralismo cultural europeo y el estilo impulsivo de algunos misioneros hicieron que se emplease más el método primero que el segundo.
La inquietud misionera aprovechaba las rutas abiertas por conquistadores y mercaderes para llegar a todos los continentes.
La primera evangelización de América es una demostración de fe y fuerza siguiendo el primer método, pero muy pronto los misioneros se dan cuenta de que necesitan conocer mejor las culturas locales y sus lenguas, y componen catecismos y sermones en las lenguas de los indígenas, aunque siguiendo la estructura y el estilo de los catecismos españoles.
En la tarea evangelizadora tienen una importancia decisiva las Órdenes Religiosas, cuya experiencia más significativa viene constituida por las llamadas Reducciones que los jesuitas establecieron en la región situada entre los ríos Paraná, Paraguay y Uruguay. Eran unas aldeas cristianas formadas por pueblos nómadas que se hacían sedentarias, organizadas al estilo de las primeras comunidades cristianas, y que alcanzaron un espectacular desarrollo.
Dos hechos históricos hacen desaparecer las Reducciones: el “Tratado de límites”, que las somete a dominio portugués, y la supresión de la Compañía de Jesús.
En Asia, la primera sede episcopal que se crea es la de Goa. San Francisco Javier, compañero de san Ignacio de Loyola, y enviado por éste para ser misionero en la India, es el prototipo del evangelizador de Asia.
Alfonso Gil González