IGLESIA Y ABSOLUTISMO
Durante el siglo XVII, las monarquías que ya habían triunfado sobre las estructuras feudales se convirtieron en poderes soberanos y absolutos. Esta forma absolutista de ejercer el poder encontraba una justificación doctrinal en los escritos del obispo francés Bossuet. En su obra Política fundamentada en las Sagradas Escrituras defendía la necesidad de que existiera una única autoridad que gobernara a cada nación, sin estar sometida a ningún otro poder, ni siquiera al del Papa.
El principal representante de las monarquías absolutas era el rey de Francia Luis XIV, cuya forma de gobernar provocaba graves conflictos con el papado. El origen de dichos conflictos estaba en el llamado problema de las regalías. La regalía era el derecho que venía ostentando la corona francesa de cobrar rentas en las diócesis más antiguas. Luis XIV quiso extender este derecho a todas las diócesis del reino, a lo que se negó el papa Inocencio.
Ante esta situación, Luis XIV buscó apoyo en el clero francés y convocó una asamblea en la que se adoptaron unas decisiones y se exponían unas doctrinas que constituyeron el fundamento del galicanismo o movimiento independentista de la Iglesia francesa respecto a Roma.
Las controversias galicanas se mezclaron con las jansenistas en la Iglesia francesa del siglo XVII. En otros países donde gobernaron monarcas absolutistas surgieron algunos indicios de iglesias que se sometieron al poder real y se independizaron de Roma de forma esporádica y sin grandes consecuencias. Los nombres que recibieron fueron: en España, regalismo; en Alemania, febronianismo, y en Austria josefinismo. Todos ellos tenían un denominador común:
· Independencia del rey en cuestiones temporales.
· Superioridad del concilio de obispos nacionales sobre el Papa.
· Importancia decisiva de las costumbres eclesiales o diocesanas.
· La infalibilidad del papa quedaría sometida al consentimiento de la Iglesia.
Época dura, ésta del XVII, que daría paso a un siglo XVIII ilustrado, con nuevos principios en la cultura europea, principalmente en Francia y Alemania.
Alfonso Gil González