A la violencia física suele preceder
la violencia verbal.
Apenas habrá quien no desee ser bueno.
A veces se nos olvida que el Espíritu Santo
es quien guía a la Iglesia.
Cuando gritas,
hasta tu razón
se esconde temerosa.
La ignorancia es vencible,
la estupidez no.
Nada como el poder de la Palabra.
Resulta preocupante
la crisis política
de nuestra Patria.
Sin Cristo, el hombre se desconoce.
Un amor excluyente
no procede de Dios.
Alfonso Gil González