Beata sí, que no santa/que los santos son felices/sin bodas y sin perdices/, mas con ¡alegría tanta!
Consumámonos así/al tiempo que caminamos/. En Dios lo somos y estamos/¡el cielo comienza aquí!
Cual vendaval que arrebata/las hojas del árbol triste/los gozos que no tuviste/por tu pensar de beata.
Después de escuchar al coro/cantando la Vida Breve/no es mi disgusto la leve/ante tamaño desdoro.
Desdoro por la desgana/con que sonaron sus voces/sin inspirarse en los goces/de tan solemne mañana.
De tercera se supone./Que si tanto valoramos/el dinero vil que usamos/¿dónde la fe nos compone?
El sufrimiento es dolor/porque el ego así lo quiere;/el sufrimiento es amor/porque el amor lo digiere.
Has perdido la cartera/nublándose tu semblante:/Buena prueba del talante/de cristiano de primera...
La confianza y el respeto/son la base principal/de la vida conyugal:/lo demás es parapeto.
Ojalá fuera posible el término medio, pero... o se ama o se odia.
Si piensas en no aceptar/a tu... tal cual es,/ve de otro campo a través/que por éste andas mal.
Tanta alegría rezuman/vayan lentos o deprisa/que su faz es de sonrisa/mientras en Dios se consuman.
Tiendes a juzgar muy mal/a quien se muestra sincero/y yo que no soy certero/te temo cual vendaval.
Tú guardas desde muy joven/pensamientos poco puros/pensamientos tan oscuros/que no hay quienes ellos troven.
Vámonos ya, me decías/mientras el reloj mirabas./Ahora mismo, sin trabas,/a rezar avemarías.
Yo no creía en el vicio/ya que el hombre nace bueno/pero si no usa el freno/caerá en el precipicio.
Alfonso Gil González