A mi amigo Antonio "Motolite"
Vinieron de Cehegín las mensajeras
palomas de papel, y dulces muestras
a mis manos pasaron de las vuestras,
haciéndonos las horas más ligeras.
Hoy parten de Madrid, con las primeras
luces que el rubio Apolo envía, extras
gratitudes para vos y que, nuestras,
ni lo son ni serán nunca postreras.
¡Qué bello este volar intercambiable,
sin atascos, ni ruidos, ni fronteras!
1Qué forma de viajar tan envidiable!
¡Qué cerca estás, Cehegín, así estuvieras
perdido en la distancia indescifrable!
¡Qué próximo a mí, aunque no fueras!
Alfonso Gil González
Madrid, 4 octubre 1991