Desde mi celda doméstica
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sábado, 20 de junio de 2015

LÁMINA Y MENSAJE (36)



Cristo lamentándose de Jerusalén


Los evangelistas Mateo y Lucas coinciden en las mismas palabras de lamentación sobre una ciudad, capital del judaísmo, que bien puede aplicarse a cualquier iglesia, comunidad o fiel. “Cuántas veces quise arroparte como la gallina a sus polluelos, y tú no has querido. De modo que tu casa será abandonada”.
La iniciativa de nuestra consolación y fortaleza no procede de las súplicas de nuestra debilidad, sino de la misericordiosa providencia de Dios, que vela por que mantengamos nuestra integridad, por otra parte imposible sin Su ayuda.
¡Bendito el que viene en nombre del Señor!


Alfonso Gil González
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