Desde mi celda doméstica
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sábado, 23 de mayo de 2015

HACIENDO TESTAMENTO


HACIENDO TESTAMENTO

*
Vuelto a casa tras general ensayo, 
agotado, cansado y casi muerto, 
¿quién me manda meterme en este huerto? 
¿quién me trae al suplicio en que me hallo?

¡Quién va a ser sino tú, cantante mío; 
quién va a ser sino tú, coro del alma! 
Canta tú como quieras, pero calma  
la furia impropia de un hombre pío.

Y luego que te luzcas con tus voces 
y se quede este pueblo boquiabierto, 
dame tú sepultura en la montaña.

Mas llévate cuidado no destroces, 
con lamentos y ayes, el concierto 
que harás sonar, por fin, en toda España.


Alfonso Gil González

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