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sábado, 30 de mayo de 2015

MORAL Y ECONOMÍA

MORAL Y ECONOMÍA


La Economía es una de las estructuras más conflictivas de la sociedad.
Jesús no elaboró una teoría económica, pero tuvo una actitud profética ante las desigualdades e injusticias de la sociedad; su opción preferencial por los pobres aparece con toda claridad en los evangelios. 
Los cristianos, por tanto, no podemos vivir al margen de las estructuras económicas, ni ser indiferentes ante las injusticias y desigualdades de la sociedad.
En la actualidad existe una gran variedad de estudios económicos que analizan rigurosamente la producción, distribución y uso de los bienes en el conjunto del planeta.
Para medir las escandalosas desigualdades, los economistas emplean el concepto de "renta per cápita", cálculo que se consigue dividiendo la renta o producción nacional de un país durante el año entre el número de habitantes.
Si esto lo ampliamos al mundo entero y sumamos las poblaciones de los países pobres y los países ricos, descubrimos que dos tercios de la población tienen su renta por debajo de la media mundial. Por tanto, un tercio la tiene muy por encima. Y ese desequilibrio a nivel mundial lo padece cada nación a nivel interno. Es decir, que la opulencia está rodeada de pobreza. 
En la Biblia y en la tradición de la Iglesia no existe una respuesta técnica a los problemas económicos, pero sí poseen los grandes principios morales por los que deba regirse la humanidad en relación con la posesión de bienes. La primera enseñanza de Jesús fue su opción por una vida sencilla y pobre y su actitud de cercanía hacia los marginados. Mensaje ese que está directamente relacionado con el del reino de Dios por él proclamado. Incluso nos llega a recordar que el destino final de nuestra vida está vinculado al amor y la solidaridad que hayamos entregado a nuestro prójimo.
Por otra parte, los Padres de la Iglesia nos han dejado muchas y variadas enseñanzas sobre el destino de los bienes y sobre la posesión de las riquezas. "Todo rico es ladrón o hijo de ladrón", diría san Basilio..
La Doctrina Social de la Iglesia, fiel al mensaje evangélico y a la Tradición, sostiene algunos principios irrevocables sobre la economía en el mundo actual, tales como:
* Dios ha destinado la tierra y cuanto ella contiene para uso de todos los hombres y pueblos.
* El derecho a la propiedad privada está limitado por las necesidades urgentes de los demás.
* El sistema económico dominante no es capaz de remediar el grave problema del hambre.
* El verdadero progreso humano es aquel que atiende todas las dimensiones del hombre.
* Las causas de la pobreza y el hambre son de dos tipos: personales y estructurales.
* En caso de extrema necesidad, estamos obligados a compartir aún lo necesario para vivir.
* La conquista de la justicia social requiere la eliminación de estructuras económicas injustas.
* La paz en la humanidad depende del desarrollo integral de los hombres y de la justicia entre los pueblos.

Alfonso Gil González

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