Franz Schubert
En 1822 la Sociedad de Música de Graz lo nombró miembro de honor, y Schubert contestó enviándoles la Octava Sinfonía, que la tenía a medio hacer. Pero eso que les envió es una joya de inigualable valor.
La Quinta Sinfonía de Schubert es beethoveniana, y, como la Octava, es una delicia para el oído y la sensibilidad.