Un sello en el corazón
"Ponme como un sello sobre tu corazón" (Cantar de los Cantares 8, 6)
El amor con que Dios nos ha amado ha desatado los lazos con los que la muerte nos tenía prisioneros.
Es fuerte la muerte: ningún hombre puede resistirle; es fuerte el amor, hasta tal punto que triunfa de la muerte, quiebra su aguijón, detiene su ambición y arruina su victoria.
El amor con que amamos a Cristo es también poderoso como la muerte, porque es una especie de muerte: la extinción de la vida antigua, la abolición de los vicios, el abandono de las obras de la muerte.
A nosotros nos toca dejarnos imprimir con su imagen, quitarnos la máscara terrestre y revestir la figura celestial; nos toca amar a Cristo como él nos amó.
"Ámame como yo te amo. Llévame en tu espíritu, en tu memoria, en tu deseo, en tus suspiros, en tus gemidos, en tus sollozos... Y si me amas, muéstramelo; ámame no de palabra y de lengua, sino con hechos, en verdad... Ponme como un sello sobre tu corazón y ámame con todas tus fuerzas..."
Tú que purificas los corazones, Tú que amas los corazones puros, toma posesión de mi corazón y ven a habitar en él.
Balduino de Ford
Monje del siglo XII