Extremadura
Toda la belleza extremeña se inicia con el Valle del Jerte, con sus catedrales.
Hay que reconocer sus "descubridores" y demás hombres ilustres en las artes y las ciencias.
El Monasterio de Yuste, con su jardín y estanque. La leyenda de Juan de Austria.
La cocina extremeña.
Navalmoral de la Mata.
El Monasterio de Guadalupe, con ocho lienzos de Zurbarán en la sacristía.
Los Parques Naturales.
Trujillo, con sus famosos personajes históricos, especialmente Pizarro, y su feria internacional del queso.
Y Cáceres, ciudad-patrimonio de la humanidad. Palacios e Iglesias con torres majestuosas.
Luego, Mérida, con su Arco de Trajano y su anfiteatro, aún sobrecogedor. Cerca, Villa Patricia y el Museo Nacional de Arte Romano.
Badajoz, bañada por el Guadiana. Tiene Museo Arqueológico Nacional. Y los fértiles páramos llegando a Zafra, blanca de fachadas, con su Alcázar y su Feria de Ganado. Cerca de allí nació Zurbarán.
Y Jerez de los Caballeros, con su Semana Santa, ya a las puertas de Andalucía.
Medellín, con puente sobre el Guadiana. Aquí nació Hernán Cortés.
Y Don Benito.
Alfonso Gil
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