Johann Sebastian Bach
La Cantata n. 147, tal y como la conocemos hoy, se estrenó el 2 de julio de 1723.
Bach empezó a componerla en 1716, en Weimar, pero la concluyó en Leipzig.
La Cantata se cierra con uno de los corales más sublimes de la obra de Bach, ampliamente popularizado en nuestros días: "Jesús, que mi alegría permanezca".
Se compuso con ocasión del Adviento, pero se adecua perfectamente a una celebración mariana.
Alterna medidas de 3/4 y 3/2, porque el ritmo ternario era un símbolo de la Santísima Trinidad y por lo tanto la expresión musical de la perfección.