La hija de Jairo
Mateo 9, 18-26 es el más escueto de los sinópticos en la narración de este episodio de la vida de Jesús. Escuetamente dice que un hombre importante accedió hasta Jesús y le adoró pidiéndole que pusiera su mano sobre su hija difunta para que reviviera. Jesús y sus discípulos fueron hasta la casa donde se hallaba la niña. Vio allí a vecinos y mucha gente, y les dijo que se apartaran, que la niña no estaba muerta sino dormida. Y se reían de él. Pero cuando la gente fue sacad de la casa, entró, tocó a la niña con su mano y la resucitó. Y se extendió su fama por todo aquel territorio.
Marcos 5, 21-24; 35-43 dice que el padre de la niña era uno de los archisinagogos, de nombre Jairo. Mientras hablaba con Jesús, le avisaron que su hija ya se había muerto, y Jesús le dijo que simplemente creyera, que no tuviera miedo. Y que los discípulos que le siguieron hasta la casa eran Pedro, Santiago y Juan. Cuando entró a la casa de Jairo, Jesús preguntó por qué lloraban y andaban inquietos. Cuando tomó a la niña de la mano le dijo en arameo "Talitha cumi", es decir, "niña, levántate". Inmediatamente la niña se levantó y caminaba por la casa. Tenía doce años. Y Jesús mandó que no dijeran nada a nadie, pero que dieran de comer a la niña.
Lucas narra el hecho en su capítulo 8, 40-42; 49-56. Añade que, además de los discípulos mencionados por Marcos, entraron a la habitación de la niña su padre y su madre. Al mandar Jesús a la niña que se levantara, dice Lucas que el espíritu volvió a ella, y resucitó.
Alfonso Gil
Marcos 5, 21-24; 35-43 dice que el padre de la niña era uno de los archisinagogos, de nombre Jairo. Mientras hablaba con Jesús, le avisaron que su hija ya se había muerto, y Jesús le dijo que simplemente creyera, que no tuviera miedo. Y que los discípulos que le siguieron hasta la casa eran Pedro, Santiago y Juan. Cuando entró a la casa de Jairo, Jesús preguntó por qué lloraban y andaban inquietos. Cuando tomó a la niña de la mano le dijo en arameo "Talitha cumi", es decir, "niña, levántate". Inmediatamente la niña se levantó y caminaba por la casa. Tenía doce años. Y Jesús mandó que no dijeran nada a nadie, pero que dieran de comer a la niña.
Lucas narra el hecho en su capítulo 8, 40-42; 49-56. Añade que, además de los discípulos mencionados por Marcos, entraron a la habitación de la niña su padre y su madre. Al mandar Jesús a la niña que se levantara, dice Lucas que el espíritu volvió a ella, y resucitó.
Alfonso Gil