Desde mi celda doméstica
Buscando...
sábado, 2 de mayo de 2015

SEGUNDA ESTACIÓN


SEGUNDA ESTACIÓN


Y carga mi Jesús la cruz pesada 
de todas mis mentiras y pecados, 
y veo que sus pies están dañados 
y, de golpes, su cara profanada.

Sus ovejas, por miedo, en la majada; 
va buscando corderos extraviados, 
que hoy gritan cual lobos alocados, 
al paso del Pastor sin su manada.

Ahí va el Cordero Inmaculado, 
borrando los pecados mundanales 
con sangre que le sale a borbotones.

Con corazón aún empecatado: 
Abre, Dios, para mí tus ventanales. 
Bendíceme con todos tus perdones.


Alfonso Gil González
Compartir en :
 
Back to top!