Conceptos musicales
Al igual que en el coro polifónico mixto, la orquesta puede dividirse en cuatro cuerdas, y éstas, a su vez, en cuatro instrumentos. El “cuarteto” es, pues, la forma más simple y perfecta del juego musical. Cuatro melodías entrelazadas que, siguiendo la pauta de la inspiración creadora, la envuelven, la arropan y la embellecen. Casi todos los compositores famosos han usado la forma del “cuarteto” para su creación musical. En esta cinta está registrado el Cuarteto n. 2 en Do menor, de BIOTTI, siendo intérprete de la flauta Jean Pierre Rampal.
Por el contrario, la “sinfonía” es la expresión máxima instrumental. Hay grandiosas sinfonías. Piensa, por ejemplo, en las de Bruckner, en las de Mahler o en las de Beethoven. Otras, no tan enormes, gozan de la aprobación general por su inspirada construcción o belleza arrebatadora. Por ejemplo, las de Tchaikovsky, las de Mendelssohn, las de Schumann, Schubert o Brahms. No cito las de Mozart o Haydn, pues ellas merecen capítulo aparte. La brevedad de algunas sinfonías, bien sea en el tiempo, bien en la simplicidad constructiva, se consideran “pequeñas sinfonías”. No menos inspiradas, por cierto. Tal es el caso, aquí registrado, de la Pequeña Sinfonía, en Si bemol, para instrumentos de viento, de CHARLES GOUNOD, en versión del Conjunto Instrumental “Pierre Boulteau”.
La “fantasía” se encuentra entre el sinfonismo y las obras de concierto. Como su nombre indica, a través de la orquesta, como tutti, o por medio de algún instrumento solista, el autor quiere llevarnos a un mundo mágico, imaginativo, irreal. Es como la novela de aventuras en la literatura. También se han compuesto grandes “fantasías” en la literatura musical. En esta cinta está registrada la Fantasía para cello y orquesta de MASSENET. Pero hay otras varias archivadas en este despacho. Esta es muy bella. La interpreta la Orquesta de la Suisse Romande.
Sin duda, el piano es un instrumento imprescindible. La historia lo ha consagrado como tal. ¿Podríamos decir perfecto? Para él se ha escrito casi todo, y casi todo puede ser interpretado por él. Las más grandes obras de la música han empezado siendo partituras para piano. A partir de él, se ha llegado después a la complicada armonización e instrumentación posterior. Sólo el órgano se le impone por su ilimitada capacidad de registros. Aquí tenemos ejemplos de la belleza de la música pianística. Se trata de las Sonatas n. 4 y 14, y del Rondó en Si bemol mayor, de FELIPE RODRÍGUEZ, en versión de Angel Soler.
Luis Gasset, guitarra barroca, cierra la cinta con la interpretación del Preludio y Obra por la O, de SANTIAGO DE MURCIA.
Alfonso Gil González
Alfonso Gil González
Pequeña Sinfonía
Fantasía para violonchelo y orquesta
Sonatas de Felipe Rodriguez
