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martes, 14 de junio de 2016

CONCIERTOS ALFONSINOS N. 111

Sinfonismo y canción

De HAYDN, Sinfonía n. 10, en Si bemol mayor.
A Haydn se le considera el padre del sinfonismo clásico, admirado, incluso, por el propio Mozart. Esta sinfonía es una prueba de su categoría. La interpreta la Orquesta de Cámara Inglesa.
De SCHUBERT, Sinfonía n. 1 en Re mayor, por la Orquesta Sinfónica de Stuttgar.
Cambiando el tercio, tenemos al tenor español PEDRO LAVIRGEN cantando diversas arias de óperas de Verdi, con la Orquesta de Conciertos de Madrid, dirigida por Eugenio Marco. Fue, en su época, un buen tenor. Pero no duró mucho su tiempo de éxito. La aparición en la escena del canario Alfredo Kraus dejó en la penumbra a otros tenores, incluido Jaume Aragall. En cambio, se mantuvieron más tiempo en el estrellato, además de Kraus, José Carreras y Plácido Domingo. En cuanto a los españoles, naturalmente. Otros tenores de mediados del siglo XX no pasaron de ser buenos cantantes de Zarzuela. En el panorama mundial, en la segunda mitad del siglo XX, destacó, además la asombrosa voz de Luciano Pavarotti.
La Orquesta de la Ópera del Estado de Viena, dirigida por Julios Rudell, interpreta la Caballería ligera, de FRANZ SUPPÈ. Esta breve pieza puede considerarse como música descriptiva, pues, a todas luces, refleja el galopar de los caballos. Dividida cual pequeño concierto, posee un bellísimo tiempo central de aire lento. Es una obertura muy conocida.

Alfonso Gil González
Haydn
Schubert

Pedro Lavirgen

Suppe


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