Desde mi celda doméstica
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viernes, 13 de octubre de 2017

CANCIONERO MUDO... 24

Eficacia de la oración

Mucha gente duda de la eficacia de la Oración.
Muchos creen que en la oración, simplemente, nos hablamos a nosotros mismos.
Pero debemos estar equivocados, ya que Jesús, en el capítulo 7, 7-11 de san Mateo, dice otra cosa:
Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad a la puerta, y se os abrirá. Pues todo el que pide recibe, y el que busca halla, y al que llama se le abre la puerta. ¿Quién hay entre vosotros que, si su hijo le pide pan, le da una piedra; o, si le pide un pez, le da una culebra? Ahora bien, si vosotros, que sois malos, les dais buenas cosas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre del Cielo dará lo bueno a quienes se lo pidan!
De esto, deberíamos sacar algunas conclusiones.
Primera, que no somos mejores que Dios y, por tanto, no podemos portarnos mejor que Él.
Segunda, que hay que pedirle a nuestro Padre celestial.
Tercera, que no se le puede pedir sino lo que es "bueno", porque Dios es bueno y no podría darnos lo que no fuera propio de Él.
Tres condiciones para asegurar que nuestra Oración siempre será eficaz.
Pero me temo que muchos de nosotros seguirán con su rollo y no pensarán que la Oración les es absolutamente necesaria.

Alfonso Gil
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