El Icono
Es el nombre que recibe en las iglesias orientales toda pintura o imagen religiosa.
La colección más importante de "iconos" se halla en la Galería Tretiakov, de Moscú.
La palabra viene del griego eikona, que significa imagen sagrada. De manera que, con ese término, se denomina cualquier imagen de Cristo, de la Virgen o de los santos, propuesta a la veneración de los fieles.
La elaboración de un "icono" está sujeta a reglas muy estrictas. Su técnica se remonta a los retratos del Egipto helenístico. Y su canon quedó fijado hacia los s. IX y X, con la victoria de la Ortodoxia sobre los iconoclastas.
Efectivamente, éstos , durante los siglos VIII y IX, prohibían el culto a las imágenes y representaciones sagradas. Eran herejes surgidos en el imperio bizantino. El emperador León III, basándose en una prohibición del Antiguo Testamento, mandó destruir las imágenes en el año 725.
La situación provocó crueles persecuciones hasta que la emperatriz Irene convocó el Concilio de Nizea, en el 787, en que fueron condenados los iconoclastas y nuevamente se permitió la veneración de las imágenes que representaban a Dios o Jesucristo, a la Virgen y a los santos. Hasta el día de hoy.
Alfonso Gil