Curación de un leproso
El pasaje está narrado por los tres evangelistas sinópticos: Mateo, Marcos y Lucas.
Dice Mateo que, al descender del monte, desde donde había predicado su famoso "sermón", le seguía mucha gente. Entonces pasó por una ciudad y, viéndolo, se le acercó un enfermo de lepra que, adorando a Jesús de rodillas, le dijo que, si quería, podría curarlo. Jesús se compadeció de él y, extendiendo su mano, toco al leproso, diciendo: "Quiero, cúrate" y, al instante, la lepra se apartó de él, quedando limpio de ella. Y Jesús le pidió que no lo dijera a nadie, sino que fuera al sacerdote y ofreciera por ello lo que Moisés mandaba. Pero el enfermo empezó a proclamarlo de tal manera que Jesús ya no podía entrar en la ciudad y tuvo que irse fuera, a lugares sin habitar, mas la gente empezó a acudir a Él desde cualquier sitio, para escucharle, y le traían a sus enfermos para que los curase. Pero Jesús seguía en lugares solitarios para orar.
El texto de Mateo se encuentra en 8, 1-4; el de Marcos, en 1, 40-45, y el de Lucas en 5, 12-16.
Alfonso Gil