La Hermana
Verano. Agosto. Declinaba el día
manchando el cielo de vapores rojos,
y volvían, pisando los rastrojos,
dos niños -ella y él- a la alquería.
Ella callaba. El chiquitín decía:
"Yo era un saldado, y cuanto ven tus ojos
no eran parvas de trigo; eran despojos
de una batalla en la que yo vencía".
Pero ¿y yo? -¡Calla, espera! Ebrio de gloria
yo volvía después de la victoria,
y a ti, que eras la reina, te buscaba.
No, no...; la reina es poca cosa... Yo era,
dice la chiquitina, una enfermera
y tú estabas herido, y te curaba.
Eduardo Marquina
Poeta español (s. XIX-XX)